Qué es la dormancia en animales

Esta se produce ante adversas condiciones climáticas en las que las especies no tienen la posibilidad de obtener comida; ralentizan el metabolismo y reducen las funciones vitales para ahorrar energía
Qué es la dormancia en animales

Escrito por Yamila

Última actualización: 06 abril, 2018

El periodo biológico durante el cual el organismo reduce su metabolismo y funciones vitales es conocido como dormancia en animales. Este proceso es llevado a cabo por muchas especies y está relacionado a las condiciones climáticas.

Dormancia en animales: qué saber

La dormancia en animales es un mecanismo dentro del ciclo biológico de muchas especies a partir del cual el organismo suspende temporalmente las funciones de crecimiento, actividad física y desarrollo.

Básicamente, el individuo está ‘adormecido’ porque a su alrededor las condiciones climáticas son adversas –sucede mayormente en invierno– y no puede conseguir el alimento que necesita para sobrevivir.

Dentro de la dormancia podemos encontrar dos tipos de sincronización: la predictiva y la consecuente. En la primera el organismo entra en estado de adormecimiento antes de que comiencen las condiciones adversas. En la segunda, después, y es más común en aquellas áreas donde el clima fluctúa imprevisiblemente.

Tipos de dormancia en animales

La dormancia permite a los animales sobrevivir durante aquellos meses en los que la comida es escasa y la temperatura muy baja. Según la especie y el tipo de ‘siesta’ que realicen los animales, se clasifica en diferentes tipos:

1. Hibernación

Podría decirse que es la más conocida de las técnicas, pero no la única. La hibernación se produce para que los animales puedan huir del frío y de la escasez de alimentos durante los meses que dura el invierno; es del tipo predictivo.

Los animales que hibernan se preparan con varias semanas de anticipación; algunos comen más y otros acumulan alimento en sus madrigueras. De esta manera cuentan con energía o suministros suficientes para sobrevivir.

En esta etapa de dormancia, los animales experimentan muchos cambios a nivel fisiológico, entre ellos reducción de la temperatura corporal y disminución de hasta el 95% del ritmo cardíaco. Algunos ejemplos de hibernación son: murciélago, marmota, lémur, oso polar, liebre, erizo –foto que abre este artículo– y ardilla.

2. Brumación

Es el proceso de hibernación que llevan a cabo los reptiles, pero difiere de la primera por los procesos metabólicos implicados. La brumación comienza a finales del otoño y antes de ello los animales comen más de lo habitual.

Brumación en reptiles y anfibios

Durante toda esa etapa –que puede durar entre uno y cuatro meses según la temperatura ambiente– los reptiles se despiertan para beber agua, no así para comer. La actividad disminuye y no necesitan alimentarse tanto.

En la brumación, que es reactiva porque tiene relación con el descenso de la temperatura y la disminución de las horas de luz, los reptiles –y algunos anfibios– están en estado de semialerta.

3. Diapausa

Esta estrategia es predictiva y está determinada por la genética del animal. Es más frecuente en los insectos –por ejemplo, larvas de escarabajos– y en algunos mamíferos como el ciervo rojo europeo. En el primer caso reduce el desarrollo entre el invierno y la primavera, y en el segundo permite que las crías nazcan cuando las condiciones climáticas son más favorables.

La diapausa aparece para que los animales puedan sobrevivir en temperaturas extremas, carencia de alimento o sequía. La actividad metabólica se reduce así como también las necesidades fisiológicas. Es importante destacar que este mecanismo precisa ciertos estímulos específicos para terminar: contacto con el agua, enfriamiento o congelación.

4. Estivación

Finalmente, otro de los tipos de dormancia en animales es la estivación, la cual es protagonizada por los invertebrados, entre ellos las lombrices de tierra y los caracoles del género Helix. En ocasiones puede ocurrir en los peces pulmonados.

Lombrices hermafroditas

Este tipo de adormecimiento también se produce como respuesta a las condiciones climáticas, pero a diferencia de las otras tres formas es por aumento de la temperatura o de la resequedad del terreno. Hay que tener en cuenta que ciertos animales que respiran por la piel precisan un hábitat húmedo para sobrevivir.


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