El puerperio canino es el momento inmediato después del parto de la perra. Se trata, por lo tanto, del tiempo que necesita el cuerpo para reacomodar sus órganos y las hormonas.
Aunque hay mucho de instinto en el parto de un animal, asistirlo permite que la experiencia sea más rápida; y cabe señalar que, además, ayuda a una mejor recuperación.
Es muy común que después del nacimiento toda la atención se vierta sobre la camada, por la emoción de los cachorros. Sin embargo, no debe olvidarse a la perra y los cuidados que requiere para atender a sus crías. Cuanto más tranquila y saludable esté la madre, mejores serán la condición de los cachorros.
Cuidados básicos durante el puerperio canino
La higiene
Para empezar, resulta fundamental que, inmediatamente tras el parto, se limpie bien a la perra y también el lugar donde ha dado a luz a la camada.
Con un paño húmedo y cálido se limpia la cara y el cuerpo del animal. A continuación, se desechan las mantas donde parió y se eliminan los residuos de sangre, placenta y otros desechos como heces u orina.
En este sentido, la higiene reduce el riesgo de infecciones tanto en la madre como en los cachorros. Por ejemplo, la coccidiosis es una enfermedad generada por un parásito que se reproduce en las heces del animal.
El contacto con material fecal transmite la coccidiosis, una patología muy común en los cachorros. Los riesgos de esta infección se reducen con la limpieza del espacio donde estará la camada.
La salud
En el puerperio canino la madre está expuesta a padecer cualquier infección. Por eso, es importante monitorear su salud a través del estado de ánimo.
Es normal que en un principio el animal se muestre cansado y somnoliento, e incluso puede que duerma más de lo habitual. Aunque con alguna molestia, después de cada siesta debe mostrarse activo y de buen ánimo; pero si ocurre todo lo contrario puede ser producto de una infección, o de que algo no está marchando bien con sus hormonas.
Otra señal de infección puede ser la presencia de fiebre. Algunos de los síntomas de la fiebre son la nariz seca y caliente, ojos llorosos, letargo, falta de apetito y temblores; y en este caso se debe acudir de inmediato al veterinario.
La alimentación
En el puerperio canino la alimentación es esencial, y es que no solo debe tratarse de una dieta balanceada, sino también de porciones completas y seguidas. Las perras recién paridas suelen comer tres o cuatro veces al día; cantidad que puede extenderse hasta tres semanas después de haber dado a luz.
Una buena opción de alimentación es la comida para cachorros, porque es alta en proteínas y carbohidratos. También la hidratación es importante durante este período; el agua ayuda a la reproducción de leche materna.
La lactancia
Las mamas son un elemento en lo que hay que fijarse durante el puerperio. No basta solo con asegurarse de que estén produciendo leche, sino también de cuidar a la madre de alguna mastitis o eclampsia.
Cabe señalar que cualquier infección en la madre contamina la leche materna. Esto, a su vez, podría terminar por intoxicar a los jóvenes cachorros.
El control médico
Después de parir la perra debe ir a su control médico; y el especialista verificará el estado de salud del animal. Hay que asegurarse de que todos los cachorros hayan sido expulsados, al igual que la placenta, para evitar una metritis.
Otros elementos a considerar durante el puerperio canino
Existen otros factores que son importantes monitorear durante la recuperación post parto del perro:
Los loquios
Durante los siguientes 15 días es normal que la perra deseche unos fluidos conocidos como loquios. Estos son el resultado del desprendimiento de la película que recubre el útero de la perra. Los loquios deben ser inodoros y de color marrón verdoso o rojo sangre, su coloración normal.
Si los fluidos tienen olor nauseabundo u otro aspecto desagradable, se debe acudir de inmediato al especialista. Lo mismo es necesario hacer si se extienden por más de 20 días.
La atención a los cachorros
Cabe reseñar que es primordial estar atentos a que la madre limpie a sus cachorros después del parto, pues esto los ayudará a respirar bien.
Si la madre no lame a su cría, se les debe limpiar la cara y el hocico con un paño húmedo. Asimismo, hay que proporcionarles calor para que su cuerpo se active.
Fuente de la imagen principal: Lisandro M. Enrique