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Prostatitis en perros: síntomas y tratamiento

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Detectar síntomas urinarios en tu can siempre requiere una visita al veterinario, pues podría tratarse de prostatitis, una inflamación de la próstata muy dolorosa.
Prostatitis en perros: síntomas y tratamiento
Última actualización: 12 diciembre, 2021

La próstata (la única glándula sexual accesoria que poseen los machos caninos) se sitúa dentro de la cavidad pélvica, rodeando la uretra. Cuando se inflama por cualquier causa, estamos ante una prostatitis en perros. Tratarla es esencial, ya que puede acarrear efectos graves en caso de cronificarse.

Además de producir el líquido que transporta los espermatozoides hacia el exterior del cuerpo, la próstata cumple una función antibacteriana mediante el lavado uretral durante la micción. En este espacio te lo contamos todo acerca de la relevancia de esta glándula y cómo tratarla cuando se inflama. No te lo pierdas.

¿Qué es la prostatitis en perros?

La prostatitis es el nombre que recibe el proceso inflamatorio del tejido de la próstata, normalmente de origen infeccioso. Puede aparecer tanto en perros castrados como enteros (con las gónadas intactas), pero tendrá menor gravedad en los primeros, ya que la próstata reduce su tamaño tras la esterilización.

Por lo general, la causa de la infección proviene del exterior, es decir, llega a la próstata a través de la uretra. Esta inflamación puede ser de curso agudo o crónico en función de su duración y área afectada. A continuación te mostramos su clasificación universal:

  • Prostatitis aguda: se ve afectado todo el tejido glandular. Es posible que la infección haya llegado a través de la sangre (y no del exterior del cuerpo) si el perro tiene una bacteriemia generalizada (presencia de microorganismos en el torrente sanguíneo).
  • Prostatitis crónica: suele tomar la forma de abscesos (acumulaciones de pus encapsulado) y ser resultado de la prolongación de la infección aguda. No obstante, puede aparecer sin una patología previa diagnosticada.
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Causas de la enfermedad

La causa principal de esta inflamación, como se comentaba más arriba, es infecciosa. Las bacterias más comunes que provocan prostatitis en perros son las siguientes:

  • Escherichia colies la especie típica en este tipo de infecciones.
  • Mycoplasma y Brucella canis: son los agentes causantes de la brucelosis canina. Aunque son menos frecuentes que E. coli, conviene detectarlos a tiempo, ya que pueden provocar esterilidad en el can.
  • Bacterias de la familia Staphylococcus y Streptococcus.
  • Género Proteus: son bacterias que se encuentran a menudo en infecciones del tracto urinario.
  • Klebsiella: a pesar de ser enterobacterias, podrían llegar a la próstata a través del flujo sanguíneo.
  • Pseudomonas: estos bacilos están presentes en el ambiente y los animales suelen tener defensas contra ellos, pero podrían llegar a infectar a un ejemplar inmunosuprimido.

También existen una serie de factores que predisponen al animal a contraer prostatitis de forma secundaria. La más importante es la hiperplasia prostática benigna, una patología muy común en perros mayores que consiste en un aumento de tamaño de la próstata (algo que no se debe confundir con su inflamación).

Los quistes, las piedras en la uretra o las infecciones del tracto urinario también son causas posibles de una prostatitis en perros.

Síntomas de la enfermedad

Los signos de la prostatitis en perros son los típicos de una infección urinaria, con algunas consideraciones. Aquí puedes leer los síntomas específicos de esta dolencia:

  • Fiebre.
  • Anorexia (falta de apetito).
  • Letargo.
  • Infertilidad: puesto que la próstata produce el líquido que transporta los espermatozoides en la eyaculación, la presencia de toxinas bacterianas alterará su composición, matando a los gametos.
  • Hematuria (sangre en la orina).
  • Descarga uretral purulenta.
  • Estreñimiento: el aumento de tamaño de la próstata es capaz de llegar a comprimir el tracto rectal e impedir así el paso de las heces.
  • Disuria (dificultad para orinar).
  • Peritonitis: si hay presencia de abscesos en la próstata y uno de ellos se rompe, las bacterias quedarán libres en el peritoneo, la membrana que rodea y protege las vísceras. Esto podría causar una septicemia y amenazar la vida del animal.

Diagnóstico de la prostatitis en perros

Para diagnosticar esta infección son necesarias varias pruebas, pues hay que descartar otras dolencias que reportan síntomas parecidos o, por el contrario, que sean el origen de la prostatitis. Aquí tienes las más básicas:

  • Palpación rectal: de esta forma se detecta la inflamación de la próstata y se intuye su presentación, pues en el curso crónico está mucho más dura y se palpan los quistes y abscesos.
  • Radiografía: con esta prueba se observa directamente el aumento de tamaño de la próstata y las mineralizaciones de la uretra.
  • Ecografía: es la prueba por excelencia, ya que es la menos invasiva y más segura para el can. Además, es posible detectar los quistes y los abscesos con ella, así como las calcificaciones y la fibrosis.
  • Analítica sanguínea: gracias a ella se detecta el incremento de glóbulos blancos en sangre, así como otros valores significativos, como las proteínas y la alanina aminotransferasa.
  • Análisis de orina: en la orina también se encuentran los glóbulos blancos, los rojos (en caso de hematuria) y las propias bacterias. Se puede hacer eyacular al perro para analizar también el líquido prostático, pero no se recomienda por ser muy doloroso en este estado.
  • Cultivo y antibiograma: a partir de la misma orina o el líquido prostático es posible realizar un cultivo que permita averiguar qué bacterias concretas están afectando a la próstata. En función de las que se encuentren se efectuará el antibiograma para encontrar el antibiótico más adecuado.
  • Aspiración con aguja fina: es una forma de realizar una biopsia de la próstata para estudiar el tejido. No obstante, no se recomienda en casos que presenten abscesos, pues podrían romperse con la aguja.

Tratamiento

Puesto que se trata de una infección bacteriana, el tratamiento principal consiste en la administración de antibióticos. Si hay un cultivo y antibiograma detrás (que sería lo ideal), se podrán elegir los medicamentos más adecuados para cada caso. La duración del tratamiento es de 4-8 semanas en función de su gravedad y cronificación.

Cuando la prostatitis es crónica, el antibiótico debe ser capaz de atravesar la barrera hematoprostática o de lo contrario no hará efecto.

Otra opción es la cirugía, la cual está indicada en casos de prostatitis que provengan de la hiperplasia prostática benigna. La solución más adecuada para ambos problemas de salud es la castración, ya que los resuelve tanto a corto como a largo plazo.

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Una prostatitis en perros puede llegar a amenazar la vida del animal si no se trata a tiempo. Además, las posibles patologías subyacentes a esta infección son un problema añadido a diagnosticar y tratar. Por eso, si detectas síntomas de problemas urinarios en tu can (sean cuales sean), no dudes en acudir a tu veterinario de confianza.


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