¿Por qué se pelean los perros y los gatos?

Los etólogos tratan de dar respuesta a por qué se pelean los perros y los gatos desde hace mucho tiempo. Como con casi todo en esta vida, la ciencia aporta soluciones.
¿Por qué se pelean los perros y los gatos?
Sara González Juárez

Escrito y verificado por la psicóloga Sara González Juárez.

Última actualización: 02 agosto, 2022

Por qué se pelean los perros y los gatos es una pregunta que forma parte de la cultura popular desde hace mucho tiempo, probablemente desde que ambas especies empezaron a convivir con el humano. Pero ¿qué tiene que decir la ciencia sobre esto?

En las siguientes líneas, puedes leer una revisión de los estudios más grandes realizados sobre esta cuestión. De hecho, algunos de ellos tienen resultados sorprendentes, así que no te los pierdas.

¿De verdad se pelean los perros y los gatos?

Desde un punto de vista ecológico, tiene sentido que perros y gatos sean rivales. En libertad, compartir espacio supone contar con los mismos recursos y, por tanto, competir por las presas, terreno y alimento. La presencia de uno en el territorio del otro supone un desafío a la supervivencia, por lo que son enemigos naturales.

Pero, ¿qué ocurre cuando ambas especies tienen la supervivencia asegurada al lado del humano? Pues bien, los autores del estudio publicado en el Journal of Veterinary Behaviour hicieron una encuesta en 748 hogares de todo el mundo occidental en los que perros y gatos convivían, con el fin de dar una respuesta clara a la cuestión.

Contrariamente a la creencia popular, los etólogos encontraron que el 80 % de las mascotas de los participantes estaban cómodas alrededor de la otra, pues apenas un 3 % de la gente respondió que sus perros y gatos parecían no soportarse. Parece ser que, cuando el factor supervivencia se elimina, perros y gatos pueden aprender a convivir.

Un perro y un gato se miran a los ojos.

Otros factores relevantes cuando se pelean los perros y los gatos

El estudio arrojó otros resultados que iluminaron algunas claves sobre el conflicto canino-felino. Estos son los más importantes:

  • La edad con la que llega el gato a casa es esencial: cuanto más joven sea el gato cuando se inicie la convivencia, más probabilidades de éxito habrá en el período de socialización entre ambas especies.
  • Los felinos suelen inicar los conflictos: si bien en general las 2 especies conviven con relativa armonía, los investigadores encontraron que, cuando hay conflictos, la mayoría de las veces son iniciados por comportamientos hostiles de los gatos.
  • Los gatos son 3 veces más propensos a atacar que los perros: la explicación que dieron los profesionales a esto es que los gatos, al verse en desventaja, prefieren reafirmar su dominio con agresividad.

La importancia del lenguaje corporal

Perros y gatos, como cualquier otra especie, tienen formas diferentes de expresarse y esto determina cómo leen las intenciones de los demás. Por eso, cuando la convivencia entre ambas especies es forzada —como en el caso de vivir con un humano—, pueden surgir malentendidos que lleven a la pelea. A continuación, tienes los más comunes.

Menear la cola

Tanto en perros como en gatos, mover la cola es sinónimo de excitación. El problema es que para el primero suele ser sinónimo de alegría y, para el segundo, de enfado. Si el perro interpreta que el felino está respondiendo a sus ganas de jugar, es muy posible que se lleve algún arañazo: lo que está haciendo el gato es advertir de que está molesto.

Arquear el lomo

Aunque los gatos pueden arquearse cuando se enojan, también lo hacen cuando piden una caricia. Para un perro siempre es una posición de ataque, por lo que puede resultar confuso que a veces desemboque en un arañazo y otras en un ronrroneo. Entonces, ¿cómo termina la cosa? Sí, como estás pensando: en conflicto.

Posición de las orejas

Este factor de comunicación es muy variado en ambas especies. La principal fuente de conflicto está cuando las dirigen hacia atrás, ya que para un perro indica sumisión o miedo y, para un gato, amenaza. Por eso, cuando muchas veces el perro quiere evitar el conflicto, el felino siente que responden a su amenaza. Esto puede acabar en pelea.

La convivencia entre el perro y el gato es posible.

¿Se pelean realmente los perros y los gatos?

Es indudable que hay un instinto de rivalidad entre ambas especies, algo que no se borra fácilmente. Sin embargo, que perros y gatos puedan convivir juntos no es más que otra prueba de que miembros de especies diferentes son capaces de vivir en paz cuando hay abundancia. Esto, por supuesto, incluye a los animales humanos: compartir es vivir, así que hagámoslo.


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