Pododermatitis en gatos: síntomas, causas y tratamiento

Al igual que muchos animales, los gatos realizan numerosas actividades usando sus patas sus y garras. Cuando estas se ven afectadas por enfermedades como la pododermatitis, es necesario visitar al médico veterinario para realizar una revisión general e identificar la causa.
Pododermatitis en gatos: síntomas, causas y tratamiento
Daniel Aguilar

Escrito y verificado por el veterinario Daniel Aguilar.

Última actualización: 08 febrero, 2022

Todos los felinos poseen unas poderosas garras capaces de aferrarse, desgarrar cosas e incluso lastimar. Cuando se trata de su defensa, estas estructuras son una excelente arma. Sin embargo, al igual que el resto del cuerpo, sus patas se encuentran expuestas a contraer varias enfermedades, algunas tan poco frecuentes como la pododermatitis en gatos. Esta última perjudica mucho su calidad de vida.

Si en casa tu gato es el rey y quieres mantenerlo sano y feliz todos los días, sigue leyendo. En este artículo te hablaremos sobre una particular patología que afecta a las almohadillas de los gatos, sus posibles causas, ciertos síntomas y la manera adecuada de abordar su tratamiento.

¿Qué es la pododermatitis en gatos?

También conocida como pododermatitis de células plasmáticas, la pododermatitis en gatos es una enfermedad que se caracteriza por provocar una inflamación localizada en las almohadillas metacarpianas y metatarsianas. En raras ocasiones se ve comprometida la zona digital y esta condición no conoce de edad, sexo o raza, ya que puede presentarse en mininos de cualquier tipo.

Si tu mascota presenta esta enfermedad, aunque únicamente observes una almohadilla afectada, te sugerimos darle la atención que se merece. La pododermatitis en gatos necesita atenderse desde los primeros síntomas para evitar que se extienda y para disminuir las complicaciones secundarias.

Causas de la pododermatitis en gatos

Existen numerosas patologías de las cuales aún no se ha recopilado información suficiente y se siguen desconociendo muchos puntos sobre su etología y su patogenia. La pododermatitis felina es un ejemplo de ellas. Desde hace más de 4 décadas ha comenzado su estudio y, a día de hoy, siguen quedando incógnitas de sus causas.

La pododermatitis en gatos muestra una respuesta positiva a los glucocorticoides y una infiltración tisular de células plasmáticas, lo que sugiere que la causa principal es un proceso inmunomediado. El virus de la inmunodeficiancia felina (FIV) también parece estar relacionado con ella y se ha observado que hasta un 60 % de los pacientes han presentado ambas enfermedades a la vez.

En ciertos felinos la pododermatitis se ha manifestado estacionalmente, tal y como sucede con muchas otras enfermedades de origen alérgico. Por ello, no se descarta que los alérgenos también sean detonantes de esta patología.

El lamido es una de las estereotipias en gatos comunes.

Síntomas de la pododermatitis en gatos

En todos los casos de pododermatitis en gatos el primer signo en aparecer (que además es fácil identificar) es la cojera. Las patas afectadas empiezan a mostrar tumefacciones blandas y, en la mayoría de casos, la almohadilla central resulta la más perjudicada, apreciándose de una tonalidad violeta y con estrías hiperqueratosicas blanquecinas.

Abundantes úlceras e importantes abscesos aparecen en aquellos felinos con cuadros avanzados (o bien gatos que no han recibido una atención médica adecuada). Como consecuencia, las molestias y el dolor aumentan. No permitas que tu mascota llegue a este punto: actúa a tiempo y visita al veterinario.

Si tu mascota atraviesa esta enfermedad, es posible que los signos que presente sean muy parecidos a los siguientes:

  • Debilidad.
  • Fiebre.
  • Renuencia a moverse.
  • Pelaje en mal estado por falta de acicalamiento.
  • Síntomas diversos en las patas (ya citados).

Algunos casos de pododermatitis en gatos consiguen manifestarse de manera subclínica, es decir, carente de sintomatología. Por ello, es muy importante visitar periódicamente al médico veterinario. El pronóstico de recuperación de tu mascota será más favorable una vez comience el tratamiento.

Diagnóstico de la pododermatitis en gatos

Para obtener un diagnóstico final de la enfermedad, es necesario realizar distintas pruebas diagnósticas. En la clínica se empieza haciendo una exploración física general del paciente, una anamnesis y una toma de muestras. Estas pruebas aportarán valiosa información y de gran utilidad para el siguiente paso: un diagnóstico diferencial.

Diagnóstico diferencial

Signos como la inflamación y la ulceración de las almohadillas no son exclusivos de la pododermatitis en gatos. Por ello, enfermedades como pénfigo foliáceo, pioderma, micosis profunda y dermatofitosis necesitan ser descartadas por la similitud entre su signología.

Otras patologías como la dermatitis irritativa de contacto, el complejo del granuloma eosinofílico y la epidemosis bullosa distrófica tendrán que ser eliminadas del diagnóstico final. Para conseguirlo, lo ideal es realizar ciertos estudios en tu mascota. A continuación te contamos más sobre ellos.

Diagnóstico laboratorial

Una de las pruebas más útiles para el diagnóstico de la pododermatitis en gatos es el hemograma. Al momento de hacer una interpretación de los resultados, se podrá observar lo siguiente:

  • Linfoncitosis (recuento elevado de linfocitos).
  • Neutrofilia (niveles bajos de neutrófilos).
  • Trombocitopenia (descenso en el número de plaquetas).
  • Abundantes células plasmáticas y polimorfonucleares.
  • Hipergammaglobulinemia (concentraciones altas de gammaglobulina). Se considera como la alteración bioquímica más frecuente de la enfermedad.

El análisis histopatológico también es una excelente herramienta que permite recabar información extra. Para llevarlo a cabo será necesario tomar una biopsia del área afectada. Al observarla en el microscopio, podrán apreciarse zonas epidérmicas con acantosis, tejido erosionado y ulceración.

Tratamiento de la pododermatitis en gatos

El tratamiento de la pododermatitis en gatos generalmente se extiende durante 10 semanas. En este tiempo se recomienda administrar doxiciclina a razón de 10 miligramos por kilo del paciente cada 24 horas. Se ha visto que más del 80 % de los felinos consiguen estabilizarse y muestran una considerable mejoría tras las primeras dosis.

Como plan B para aquellos pacientes en los cuales no se consiguió la respuesta terapéutica buscada, el uso de prednisolona será un buen auxiliar. La dosis recomendada es de 4,4 miligramos por kilo de la mascota con la misma frecuencia. La respuesta del medicamento te irá indicando su retiro. Recuerda que la prednisolona debe suspenderse paulatinamente.

El linfoma en gatos es un tipo de cáncer muy común.

El médico veterinario tomará la decisión de retirar quirúrgicamente todo el tejido afectado cuando ninguno de los tratamientos haya tenido buenos resultados. Te sugerimos llevar al pie de la letra las indicaciones médicas que te sean indicadas, pues tu minino merece tener la mejor vida posible contigo: sé parte de ella, cuida de él y preserva su salud.


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