La llegada de cachorros al hogar es tan abrumadora como alegre. No obstante, las ganas de coger a los pequeños y darles atenciones puede dar lugar a que una perra se vuelva agresiva después del parto. ¿Por qué, se pregunta la mayoría, si no quiero hacerles daño y la madre siempre ha confiado en mí?
El parto no solo es un momento especial para la familia: la perra pasa por una etapa tremendamente dolorosa y sufre una serie de cambios hormonales que modifican su comportamiento. Que se muestre agresiva es algo completamente natural, por lo que somos los humanos quienes debemos adaptarnos. Aquí puedes saber cómo.
¿Por qué se muestra mi perra agresiva después del parto?
Puede sorprender —e incluso asustar— que una perra habitualmente tranquila y cariñosa se vuelva agresiva tras el parto. Es fácil adivinar que el instinto que la mueve es la protección de los cachorros, pues las conductas agresivas aparecen cuando alguien se acerca a ellos.
Durante el embarazo, los niveles de progesterona en sangre de la hembra canina son altos, pues es la hormona que se segrega para el proceso de gestación. Cuando llega el momento del parto, la presión de un cachorro contra el cuello uterino crea un pico de oxitocina, la hormona responsable de las contracciones.
En este momento, la progesterona cae y la oxitocina se mantiene alta durante el parto y la lactancia. Además de los procesos del parto y la segregación de leche, esta hormona favorece la creación de vínculos maternofiliales, lo que explica a su vez el comportamiento protector de la hembra con su prole.
Estrés en perras después del parto
Una perra agresiva después del parto no solo lo es por el cambio hormonal: puede que esté sufriendo estrés. Al tener que ocuparse de sus cachorros recién nacidos, la tranquilidad es esencial para ella.
Si la hembra no se siente cómoda en su partera, la verás esconder a sus cachorros o trasladarlos a otro lugar. También es común notarla inquieta o, como es lógico, agresiva con los demás miembros de la familia.
Ansiedad en la perra agresiva después del parto
Es relativamente normal ver algo de comportamiento ansioso en perras después de parir, en especial si son primerizas. Es posible que oigas a la madre gemir, que tiemble o que acicale a los cachorros en exceso. Más que agresiva, también es posible que la veas temerosa cuando te acerques a la camada, pero depende de la personalidad de la perra.
Si la ves insegura cuando se encarga de los cachorros, puedes ayudarla reforzando con buenas palabras y gestos cada acción de cuidado que haga. Si por el contrario sus cuidados son excesivos, trata de distraerla con estímulos positivos llamativos.
Por otro lado, en caso de que la perra esté especialmente inquieta y tiemble constantemente, puede que no se trate de ansiedad, sino de un problema clínico —como eclampsia—. Ante cualquier síntoma atípico persistente, debes llevarla a la clínica inmediatamente.
¿Qué hago en caso de una perra agresiva después del parto?
Lo más importante es asegurar que la perra está tranquila, especialmente durante la primera semana tras el parto. Para ello, puedes hacer lo siguiente:
- No toques a los cachorros más allá de lo estrictamente necesario.
- Mantente lejos de su área de parto, tú y también el resto de humanos o animales que puedan vivir en la casa.
- Evita sobresaltar a la madre. Puedes ir hablándole desde antes de entrar a la habitación, siempre con voz calmada y aproximándote lentamente.
Comportamiento postparto en perras
Existen otros comportamientos ligados a trastornos en el posparto de la perra. Aunque no se trate de agresividad, debes estar pendiente al más mínimo signo de enfermedad, pues puede suponer una urgencia veterinaria. Veamos algunos ejemplos.
Comportamiento letárgico
Algunas perras se adaptan fácilmente al cuidado de su prole y no muestran signos de estrés o ansiedad, pero demasiada inactividad puede ser preocupante. La letargia se diferencia de la tranquilidad cuando los movimientos de la madre son lentos y descuida a los cachorros.
Esta letargia puede deberse a una mastitis —infección de las mamas— u otras enfermedades. En este caso, debes llevar al animal al veterinario, no sin antes proteger a los cachorros en un lugar cálido y tranquilo.
Excavación fuera del lugar de parto
La madre intentará crear un lugar cómodo para ella y sus cachorros, por lo que es normal ver cómo “desordena” su paridera, rascando el suelo o moviendo mantas y empapadores. Sin embargo, cuando el comportamiento de excavación ocurre fuera del nido, puede tratarse de ansiedad.
Este comportamiento indica que la perra no se siente segura en el lugar actual, por lo que trata de expandir o trasladar la paridera. Buscará un lugar apartado —armarios, esquinas, etcétera— y tratará de llevar allí a los cachorros. Si esto ocurre, búscale un lugar más tranquilo y seguro.
Comportamiento caníbal
Este es un comportamiento muy difícil de ver y normalmente se debe a que la perra siente que las crías la ponen en peligro a ella y al resto de la camada frente a posibles depredadores. Antes de que toda la prole o la hembra fallezcan, algunas madres del reino animal despliegan un instinto de canibalismo que les permite asegurar un futuro éxito a la hora de tener descendencia.
Presenciar algo así es realmente perturbador, pero no pierdas la calma: retira los cachorros supervivientes y mantenlos en un lugar caliente y tranquilo. Después, ponlos con su madre durante periodos supervisados para ver si los acepta y, si no es así, tendrás que criarlos a mano.
Si consigues que los cachorros mamen durante estos periodos, acuérdate de estimularlos para que orinen y defequen, pues normalmente es la madre quien lo hace cuando los limpia.
Deposiciones en lugares incorrectos
La madre siempre hará sus necesidades fuera de la paridera, pues se preocupa de mantener el espacio limpio para sus cachorros —es posible que la veas también comerse sus deposiciones—. Sin embargo, puede que después de dar a luz se sienta demasiado cansada para salir y orine o defeque en su lugar de descanso.
Si este comportamiento se extiende en el tiempo, puede ser una señal de que algo no va bien. Quizá la hembra sienta demasiada inseguridad por dejar a las crías solas, o incluso, es posible que tenga una infección en el tracto urinario a raíz del parto.
Si esto ocurre, extiende empapadores y otros materiales desechables alrededor del nido para limpiarlo periódicamente. Si es una cuestión de ansiedad, puedes ir reforzando sus avances para salir de la paridera, pero es muy importante descartar dolencias físicas.
Llevar bien un embarazo y un posparto de una cánida es muy difícil. Aunque lo mejor para ella siempre es la esterilización, es posible que te veas en la situación de acoger a una perra embarazada, por lo que el consejo principal siempre será que cuentes con la ayuda y seguimiento de un veterinario. Ella te lo agradecerá más que nadie.
Bibliografía
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- Angulo, S. M. (2006). El parto de la perra. Profesión veterinaria, 16(63), 34-38.
- Pinedo, A., & Orderique, L. (2001). Complicaciones maternoperinatales de la preeclampsia-eclampsia. Revista Peruana de Ginecología y Obstetricia, 47(1), 41-46.