Parafimosis en perros: características, causas y tratamiento

La parafimosis en perros es una condición que puede ocasionar un intenso dolor y hasta la pérdida del pene, por lo que requiere atención veterinaria inmediata.

Un caso de parafimosis en perros.

La parafimosis en perros es una condición muy poco conocida por los tutores de caninos, pero bastante frecuente en la clínica. El sexo y la reproducción suelen ser un tabú en muchas culturas y no iba a ser menos con las mascotas. Por ello, se tiene muy poco conocimiento general sobre el aparato reproductivo canino, cómo funciona el pene de los machos y las posibles patologías que pueden acontecer en este órgano.

Con la propia etimología del término, ya podemos hacernos una idea de en qué consiste. Para significa «al lado» o «al lado de», mientras que phimosis hace referencia a una constricción en el orificio del prepucio. Si quieres saber más sobre esta condición, sigue leyendo este espacio.

¿Qué es la parafimosis en perros?

El aparato reproductor masculino de los perros está compuesto por los testículos, el epidídimo, el conducto deferente, el pene, el prepucio y las glándulas accesorias. Por su parte, el pene se divide en raíz, cuerpo y porción distal o glande, y cuenta con 4 pares de músculos extrínsecos: retractores, isquiocavernosos, bulboesponjosos e isquiouretrales.

Al observar el aparato genital de los perros, lo que se manifiesta de forma externa es el prepucio, es decir, la piel y el resto de tejidos que rodean y protegen al pene no erecto. El pene en sí mismo está recubierto por una membrana mucosa humedecida dentro de la cavidad prepucial, de ahí que su apariencia sea viscosa y rosácea cuando se muestra en momentos de excitación.

En la parafimosis, el perro tiene problemas para volver a «guardar» el pene dentro de la cavidad prepucial tras una erección. Tal y como indica el portal MSD Veterinary Manuals, esto se debe a que la piel del orificio del prepucio se invierte, lo cual atrapa al pene en su versión erecta e impide el correcto drenaje del órgano a nivel sanguíneo.

En esta patología, el perro no puede volver a “guardar” su pene en la cavidad prepucial.

Un perro con el pene al descubierto.

Causas de la parafimosis en perros

La parafimosis puede ser congénita o adquirida. Los defectos heredables suelen ser detectados justo después del nacimiento, mientras que los adquiridos se observan en perros adultos de entre 2 y 4 años. Con esta idea en mente, te presentamos algunas de las posibles causas de dicha condición de forma somera.

1. Características de la raza

A veces, la parafimosis surge como consecuencia de una característica normal del can. En algunos perros pequeños, la piel fina del prepucio y su naturaleza flácida puede promover que aparezca la condición con el tiempo, tal y como indican expertos. Además, estos rasgos también pueden ir acompañados de una debilidad en los músculos de retracción, lo que propicia aún más la presencia de esta patología.

2. Anomalías heredadas

Según documentos profesionales, los pastores alemanes y los golden retrievers podrían heredar una condición que fomenta la parafimosis. Parece ser que existe cierta predisposición a presentar una apertura prepucial muy estrecha o una cavidad del prepucio muy corta, lo cual favorece que el pene erecto quede atrapado en el exterior.

3. Pelos enrollados

Por extraño que parezca, a veces un pelo largo puede introducirse entre el glande y la cavidad prepucial durante una erección. En estos cuadros, el pelo forma un anillo que atrapa al pene, estrangulándolo y evitando que la sangre circule de manera normal y así previniendo que vuelva a retraerse tras el estímulo sexual.

4. Otras causas

Más allá de los desencadenantes citados con anterioridad, existen muchos más. Te presentamos algunos de los restantes:

  • Lesión durante el coito: las lesiones locales en el pene pueden provocar deformaciones físicas e inflamación. Por ello, el órgano no presenta el mismo tamaño inicial y no es capaz de retraerse de forma correcta.
  • Fractura del pene: contrario a los humanos, el pene de los perros posee un hueso que les ayuda a mantener la firmeza durante la cópula. Dicha estructura ósea puede llegar a fracturarse y esto evitaría que el órgano sexual regrese a su posición original.
  • Hematomas peneanos: también es posible que se produzcan fracturas en el entorno vascular del pene. En estos casos, se forma un morado o moratón que inflama al órgano.
  • Balanopostitis crónica: una inflamación en el glande o en la piel del prepucio, por lo común se debe a causas infecciosas o una mala higiene.
  • Priapismo: una erección persistente en el pene a pesar de que no se detecten factores que la fomenten. Puede tener muchas causas.

Podríamos seguir un buen rato citando causas de esta condición, pues algunos tipos de cáncer, estenosis, hipoplasias y otras patologías también la desencadenan. De todas formas, cabe destacar que hasta el 30 % de los casos de parafimosis en perros son idiopáticos, es decir, nunca se llega a encontrar la causa subyacente. 

Síntomas de la parafimosis en perros

Como podrás imaginar, el síntoma más evidente en todos los casos es que el pene del perro no puede volver a su estado natural y retraído. Este órgano se mostrará como un «lápiz» rosado al principio, que se va inflamando y cambiando a un tono más rojo con el tiempo. Debido a esto, la mucosa del pene estará eritematosa, seca y le provocará mucho dolor al perro.

Al principio, puede que el perro solo se lama demasiado la sección genital, con el fin de calmar la irritación y el malestar. Sin embargo, si el cuadro no se aborda, se produce una trombosis vascular en el pene que provoca que el tejido se necrotice y pierda funcionalidad. En estos casos extremos, el pene se muestra de color negro, muy hinchado y el can pierde la capacidad de orinar.

Si no se trata con presteza, el can puede llegar hasta a automutilarse la zona afectada.

¿Cómo se diagnostica la parafimosis?

Si no se resuelve por sí sola en unas horas, la parafimosis en perros debe ser tratada por un veterinario. En la clínica, el diagnóstico se realiza principalmente por observación directa del pene del animal. No obstante, se necesitan varios exámenes físicos y clínicos para poder definir el origen de este problema.

Si se sospecha de una infección subyacente o un cáncer, se pueden requerir pruebas accesorias. Entre ellas, destacan la toma de muestras de sangre, la toma de muestras de la mucosa genital y algunas pruebas de imagen específicas. Aun así, recordamos que hasta 1/3 de los perros con parafimosis nunca muestran una causa identificable del evento. 

Tratamiento de la parafimosis

Si se reconoce la condición pronto, el tratamiento es bastante sencillo. El objetivo principal es permitir que el pene vuelva a su posición natural, lo cual se puede lograr con los siguientes abordajes:

  • Limpieza del pene: se desinfecta la zona para evitar que se generen infecciones secundarias en el peine o en la vaina prepucial que interfiera con su funcionalidad. En caso de que exista tejido necrótico, también se retira (desbridamiento) para facilitar la recuperación.
  • Lubricación del pene: con ayuda de aceites y compuestos inocuos para el animal. Si el cuadro no requiere de mayor atención, el profesional tratará de evertir de manera manual la piel plegada del orificio prepucial para conseguir que el órgano vuelva a su posición inicial.
  • Uso de compresas frías: con ello se puede reducir la inflamación provocada por la constricción, lo cual facilita que el pene regrese a su estado original.
  • Uso de medicamentos o soluciones tópicas antiinflamatorias y anestésicas: en caso de que las compresas sean insuficientes, es posible que el veterinario utilice fármacos para reducir la inflamación
  • Remoción de cuerpos extraños que causen la constricción en el pene: lo más frecuentes son los pelos enrollados, pero también se incluye la extirpación de tumores, si es que están presentes.
  • Intervenciones quirúrgicas: si la condición es grave, es posible que se realice una operación para agrandar el agujero del prepucio. Aunque en casos graves como la necrosis, podría necesitarse la extirpación parcial o completa del pene.

Posibles secuelas de la parafimosis canina

Debido a la presión y la constricción que sufre el órgano sexual, es muy probable que los músculos retractores se dañen. Por lo tanto, la parafimosis podría volverse recurrente y aparecer de nuevo. En este tipo de situaciones, los veterinarios recomiendan unir el pene y el prepucio de manera permanente. Con ello se evita cualquier lesión adicional, pero se pierde la funcionalidad del órgano.

Además, si la uretra y otras estructuras accesorias también se han dañado, puede ser necesaria la inserción de un catéter temporal. Esto evitará la formación de estructuras que bloqueen el flujo de la orina y más complicaciones.

La parafimosis canina se considera una emergencia veterinaria.

La parafimosis canina se considera una emergencia veterinaria.

Pronóstico y cuidados especiales

Si la condición se detecta rápido, el pronóstico es positivo y el perro podrá continuar con su vida normal. No obstante, en la mayoría de los casos el aparato genital no será útil a la hora de la cópula, por lo que es posible que el perro quede «estéril» a nivel funcional.

Una vez la parafimosis en perros ha sido solucionada, se le recomendará al tutor que aleje al perro de cualquier estímulo sexual durante un tiempo, al menos hasta que las estructuras afectadas sanen del todo. Si se siguen las indicaciones brindadas por el profesional, lo más probable es que todo quede en un susto.

Bibliografía

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