La pérdida de consciencia se da a varios niveles, y tiene múltiples causas. El estupor, por ejemplo, es un estado de consciencia deprimida en el que el animal solo responde a estímulos fuertes.
El coma, sin embargo, es un estado de inconsciencia en el que el animal no se despierta, ni siquiera con estímulos dolorosos. Por lo tanto, si una mascota está inconsciente ¿qué ha podido suceder?
Para poder revertir el estado de inconsciencia del animal será imprescindible establecer el grado y la causa. Y ya, a partir de ahí, estabilizar al animal y tratar de que vuelva a recobrar la consciencia.
Mi mascota está inconsciente ¿cómo debo actuar?
Por supuesto, la primera respuesta debería ser acudir a un profesional. Sobre todo, porque la mayoría de situaciones que provocan inconsciencia son graves y pueden poner en peligro la vida del animal. Lo recomendable es contactar con un veterinario y que él dé las pautas a seguir.
Primer paso: localizar el foco de la inconsciencia
El examen neurológico debe utilizarse para localizar el sitio probable de la patología que conduce al estupor o al coma. Independientemente de la localización, la capacidad de andar y de mantener la postura son inexistentes en ambos casos, y los reflejos medulares podrán aparecer normales o aumentados.
Si la lesión está en los hemisferios cerebrales
Pueden verse alterados los órganos inervados por los nervios craneales, cosa que se suele apreciar evaluando los ojos. Por ejemplo, puede haber una falta de respuesta de las pupilas a la luz directa o incluso ceguera.
Si la lesión está en el tronco cerebral
También puede afectar a los nervios craneales, como veíamos en el apartado anterior. De nuevo, serán los ojos los que darán, muy probablemente, la pista. Pueden aparecer pupilas dilatadas, estrabismo, ausencia de nistagmo fisiológico, etc.
Otros signos, ya más generalizados, podrían ser la apnea, la hiperventilación o la alteración de la postura.
Segundo paso: investigar la causa
Por una disfunción cerebral
Las enfermedades inflamatorias o metabólicas, las neoplasias intracraneales y la hidrocefalia pueden ocasionar esta disfunción cerebral. En la mayoría de casos, cursarán con algún grado de inconsciencia del animal.
El tratamiento de la disfunción cerebral tendrá dos vertientes. Una dirigida a acabar con la causa inicial y la otra dirigida a disminuir la presión intracraneal.
Debido a una afección del tronco encefálico
De nuevo, las neoplasias, la inflamación, etc., pueden dar lugar a una disfunción aguda o progresiva del tronco encefálico. Para tratarlas puede ser necesaria la quimioterapia, los antimicrobianos o los antiinflamatorios.
Los traumas y las hemorragias en el tronco del encéfalo también pueden dar lugar a una disfunción aguda.
A causa de una hernia cerebral
Una vez más, las neoplasias, las enfermedades inflamatorias del cerebro, o los traumatismos, pueden provocar un aumento de la presión intracraneal. También pueden ocasionar que el tejido cerebral se hernie, pudiendo comprimir el tronco encefálico.
Una hernia cerebral suele ir precedida de horas o días de disfunción progresiva del diencéfalo, llevando al animal a la inconsciencia.
Por causas metabólicas
Las enfermedades metabólicas pueden generar una disfunción cerebral difusa, de signos progresivos. Esto se hace evidente primero con la alteración de la visión, hasta que llega el estupor o el coma.
Es el caso del coma diabético, la insolación, las encefalopatías de origen hepático o renal, la hipoglucemia, el coma hipotiroideo, la hipoxia, etc. También agentes tóxicos como los metales pesados, los barbitúricos, los narcóticos, la ivermectina o los tranquilizantes pueden causarla.
El problema es que la intoxicación se puede llegar a tratar con un lavado de estómago o con un antídoto si lo hay, pero la enfermedad metabólica puede ser mucho más compleja.
Por causas vasculares
El estupor o el coma pueden ser el resultado de un infarto o hemorragia cerebral, que una vez más genera un aumento de la presión intracraneal. Las causas de los accidentes cerebrovasculares en animales incluyen:
- traumatismos
- neoplasias y metástasis
- trastornos de la coagulación
- enfermedades cardíacas e hipertensión
- trombos por presencia de parásitos en sangre (por ejemplo, en la dirofilariosis).
Aunque lo más frecuente es que no se identifique una causa subyacente.La enfermedad cardiovascular predisponente, tan común en los humanos, es rara en los animales.
Si se sospecha que existe dicha enfermedad cardiovascular, se deben hacer pruebas de coagulación y medir la presión sanguínea. El infarto cerebral se aborda mediante:
- un tratamiento de soporte al paciente,
- controlando cualquier enfermedad subyacente
- y disminuyendo la presión intracraneal.
Una actuación rápida
Si bien las causas de inconsciencia, como hemos visto, suelen ser graves, una detección y un abordaje a tiempo pueden devolver al animal a su estado normal.
Todo dependerá de la rapidez con la que se actúe y de la información que el dueño brinde al veterinario sobre la salud de su mascota, pero, sobre todo, de la gravedad de la causa subyacente.
Bibliografía
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- King L, Boag A. BSAVA manual of canine and feline emergency and critical care. 2nd ed.