Los mapas de distribución de la biodiversidad son herramientas que sirven a los biólogos para describir según qué patrones se distribuyen los seres vivos del planeta. Conocer los hábitats de las especies es clave para su conservación. Para su elaboración, se tienen en cuenta una enorme cantidad de factores.
¿Cómo se elaboran los mapas de distribución y según qué criterios? ¿qué factores hacen que las especies vivan donde lo hacen? Responderemos a todas estas preguntas en las siguientes líneas.
La distribución de la biodiversidad: factores que la afectan
Las diversas especies de animales y plantas que habitan nuestro planeta tienen distintos requerimientos vitales. A algunas especies les gustan los sitios fríos de las zonas polares. Otros animales, en cambio, prefieren las condiciones de extrema humedad y temperatura elevada de las selvas ecuatoriales, como ocurre en el caso de los orangutanes.
Al conjunto de requerimientos bióticos y abióticos que tiene una especie para su supervivencia lo llamamos nicho ecológico. El nicho ecológico es el conjunto de factores en los cuales una especie se siente cómoda, es decir, sus condiciones óptimas para vivir.
Este nicho ecológico está modelado principalmente por condiciones de temperatura, humedad, tipo de suelo y otros parámetros ambientales, que son factores abióticos. En cuanto a factores bióticos, los animales necesitan vivir allá donde se encuentre su alimento y halla poca competencia por el mismo tipo de recursos.
Patrones generales de distribución de la biodiversidad
Una vez explicado en base a qué se distribuyen las especies, podemos recalcar una serie de generalidades sobre la distribución de la biodiversidad a nivel terrestre.
Un fenómeno importantísimo referente a este tema se conoce como gradiente latitudinal de biodiversidad. A grandes rasgos, esta postulación indica que la biodiversidad es mayor en torno al Ecuador y disminuye poco a poco según nos acercamos a los polos, con la excepción de los desiertos.
Esto es así debido a que en el ecuador se encuentran las condiciones más adecuadas para una enorme cantidad de especies: elevadas temperaturas, radiación solar y humedad relativa alta. Todo esto promueve la aparición de más vegetación, lo que se suele traducir en más animales.
En general, aquellos lugares más cálidos y húmedos suelen soportar una mayor biodiversidad que los fríos y secos. Esto se debe a que las plantas, que son la base de la pirámide trófica, suelen crecer mejor en estas condiciones.
Cómo se elaboran los mapas
Originalmente, realizar los mapas de distribución de especies animales conllevaba hacer arduos censos en donde se sabía que existían especies. En estos casos se contaban individuos y se estimaba su distribución. Esto comenzó a hacerse en el siglo XVII, cuando los primeros naturalistas empezaron a describir y contar las especies que encontraban.
Hoy en día, las técnicas han mejorado mucho y se realizan en base a modelos matemáticos. Ciertos programas estadísticos modelizan espacialmente las condiciones ideales para una especie concreta de cada factor. Al juntar todos estos mapas donde los factores son ideales, se obtiene un mapa donde es más probable encontrar a las especies.
Mapas de biodiversidad: contando el número de especies
Hemos hablado de los mapas de distribución de las especies, pero ahora nos internaremos en otro tipo de mapas: los que miden el número de especies por área, es decir, la biodiversidad. Estos mapas sirven para saber dónde hay más número de especies.
Estos mapas se dividen en unidades regulares (teselas), donde se cuentan el número de especies presentes. Este mapa sirve para determinar que áreas son más ricas en biodiversidad, donde se pueden establecer espacios protegidos.
Si por ejemplo en un área montañosa contamos 4 teselas con 25 especies de anfibios, la Administración pertinente considerará proteger esta zona frente a otras para la conservación de este grupo taxonómico. Por desgracia, el dinero no es ilimitado y a veces hay que elegir.
Usos de los mapas de distribución
Los mapas de distribución de la biodiversidad son una excelente herramienta que sirve para conocer dónde se hallan las especies y qué nicho ecológico ocupan. Pueden ser muy importantes en tareas de conservación para saber qué espacios sería necesario proteger de la degradación.
Los mapas de biodiversidad en sentido estricto —de número de especies— son tremendamente útiles para catalogar aquellas áreas donde halla mucha biodiversidad y necesiten protección. En el caso contrario, gracias a estos documentos se pueden establecer planes de actuación concretos para zonas con poca diversidad biológica.
Bibliografía
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Morales-Castilla, I., & García-Valdés, R. (2014). Gradientes latitudinales de diversidad inversos,¿ excepciones que prueban la regla?. Revista Ecosistemas, 23(1), 4-12. Illoldi-Rangel, P. A. T. R. I. C. I. A., & Escalante, T. A. N. I. A. (2008). De los modelos de nicho ecológico a las áreas de distribución geográfica. Biogeografía, 3, 7-12.