Las patas de tu perro y sus diferentes tipos de lesiones

Las patas de los perros son áreas muy delicadas, incluidas las almohadillas, que pueden herirse de muchas maneras... ¿Conoces cuáles son los tipos de lesiones que pueden presentarse en las patas de tu mascota?
Las patas de tu perro y sus diferentes tipos de lesiones

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 24 enero, 2022

Los perros son animales activos. Así que, al igual que a los humanos, los perros pueden sufrir lesiones en las patas, como la rotura de huesos, lesiones musculares o desgarro de ligamentos.

Estas lesiones pueden ocasionar la aparición repentina de cojera o dificultades de movimiento. Las fracturas, dislocaciones, o el sangrado que no se detiene en un minuto o dos, deben evaluarse de inmediato. En este artículo abordaremos las lesiones más comunes que afectan las patas de los perros

1. Lesiones de tejidos blandos de las patas

Los tejidos blandos son los tendones, músculos y ligamentos, muchos de los cuales se encuentran en las patas. Las lesiones comunes de los tejidos blandos son esguinces y distensiones.

Estas lesiones son muy frecuentes, pues suceden repentinamente cuando el perro se desliza sobre la nieve o el hielo, o al pisar un hoyo mientras corren. Movimientos como giros, paradas rápidas o saltos pueden tirar de un músculo, estirar un tendón o desgarrar un ligamento.

Acciones simples como saltar del sofá o la cama pueden causar una lesión. Solemos pensar que los perros son atléticos y seguros, pero los accidentes ocurren en un abrir y cerrar de ojos. Siempre que tu perro corra alrededor del patio y persiga una pelota u otro perro, o entrene para un deporte canino, existe la posibilidad de una lesión de tejidos blandos.

La cojera, el signo más común

Si notas que tu mascota cojea, es una señal certera de que algo está mal. Podría ser tan poca cosa como una piedra atrapada entre los dedos o las almohadillas de la pata, pero también podría ser una lesión de tejido blando.

Perros de raza pequeña que presentan cojera

Si le revisaste las patas y no encontraste ningún corte, o cualquier otra cosa que pudiera estar causando que cojeara, es mejor que tu veterinario lo revise. Muchas tensiones y esguinces son menores y pueden cuidarse limitando su actividad, pero algunas pueden ser graves y requieren atención médica cuanto antes.

La cojera puede ser causada por una variedad de problemas, como lesiones, infecciones, inflamación, defectos anatómicos, cáncer y enfermedades degenerativas. El inicio de la cojera puede ser repentino –conocido como inicio agudo– o desarrollarse más lentamente, como se observa con la enfermedad crónica.

2. Laceraciones, abrasiones y heridas por mordeduras en las patas

Un corte en la piel se llama laceración, mientras que a los rasguños se los considera como abrasiones. Las laceraciones son causadas por objetos afilados como vidrios rotos, bordes de metal irregulares, uñas de los pies de un perro o cualquier cosa que pueda cortar la piel.

Herida en una de las patas de perro

Las laceraciones pueden tener un borde limpio y ordenado o estar dentadas e irregulares, según haya sido la causa de la lesión. Las abrasiones se producen al deslizarse o ser jaladas sobre una superficie áspera como cemento, rocas o incluso arena. Las heridas por mordedura obviamente son causadas por otros perros, gatos o animales salvajes.

3. Hinchazón en las patas

Las patas hinchadas son un problema común para los perros. Aunque esta condición no suele ser peligrosa, puede ser muy incómoda e incluso muy dolorosa, ya que las patas son muy sensibles.

Las patas hinchadas a menudo son causadas por un objeto extraño atrapado entre las almohadillas o los dedos del perro. También ocurren por picaduras de insectos o arañas, heridas punzantes, dedos rotos o garras fracturadas.

Heridas en las almohadillas en los perros

El hábito canino de lamer o masticar constantemente sus patas es otra causa bastante usual. Las quemaduras de la almohadilla por correr sobre asfalto caliente también son frecuentes durante el verano.

4. Rotura del ligamento cruzado

El término técnico para referirse a esta lesión es la rotura del ligamento cruzado craneal. Este ligamento es fundamental para estabilizar la articulación de la rodilla.

El ligamento cruzado conecta la parte posterior del fémur con la parte frontal de la tibia. El fémur es el hueso por encima de la rodilla y la tibia es la que está debajo de la rodilla. Así, el ligamento estabiliza la articulación y mantiene la tibia en su lugar.

Si su perro se queda cojo en su pata trasera, es posible que se haya roto o desgarrado este ligamento. Es interesante saber que algunas razas de perros corren más riesgo que otras de sufrir este tipo de lesiones. Entre las razas más proclives están el labrador retriever, newfoundland, mastiff, akita, staffordshire terrier, Saint Bernard, poodle, german shepherd, golden retriever, chesapeake bay retriever, rottweiler y bichon frisé.

¿Qué factores se asocian a la rotura del ligamento cruzado en los perros?

La raza, la edad, el nivel de actividad y la obesidad de un perro son factores que influyen en la rotura del ligamento cruzado. El control de peso del perro puede lograrse con ejercicio regular y alimentación adecuada, así que la prevención depende de nosotros.

En casos severos de trauma, las extremidades pueden colgarse en un ángulo poco natural cuando se fracturan o se dislocan, y los huesos pueden incluso perforar la piel. Las mascotas que arrastran una extremidad también pueden sufrir daños en los nervios.

5. Infecciones

Las hendiduras que existen entre los dedos generan las condiciones adecuadas para el desarrollo de bacterias u hongos. Esto ocasiona diversas molestias leves que se agravan conforme la infección progresa. Además, no es una zona que suela revisarse de manera cotidiana y evita detectar con facilidad estos problemas.

Los casos más simples muestran inflamación (dermatitis), escozor y enrojecimiento en la zona. Cuando se agrava, las lesiones se amplían y pueden aparecer laceraciones con sangre y mal olor. Dichas complicaciones impiden que el can camina de manera normal, aunque también le obligan a lamerse de manera continua la zona.

La atención necesaria para el perro que cojea

  • No muevas al perro; debes frenarlo si es necesario. Los perros cojos deben ser confinados y sus movimientos restringidos por unos pocos días.
  • Comprueba si hay huesos rotos –incluidas dislocaciones– observando el ángulo de la extremidad y su estabilidad. Como regla general, es poco probable que la cojera que soporta peso sea una fractura.
Visita de la mascota al veterinario: labrador

Si la cojera persiste durante más de 24 horas, es posible que se trate de una fractura. Si además de la cojera se presenta hinchazón severa, incapacidad para ponerse de pie o se arrastra la extremidad, el perro requiere atención veterinaria inmediata.

Jamás administres medicamentos de venta libre sin la guía de un veterinario. El ibuprofeno, el tylenol y la aspirina pueden causar efectos secundarios significativos y requieren un período de lavado antes de que se puedan administrar analgésicos de uso veterinario.

Por último, nunca ejercites a un perro cojo. De hecho, se debe permitir que el perro descanse completamente durante unos días y hasta varias semanas.

Cuando la cojera desaparezca, debe descansar durante al menos otras 24 a 48 horas. Solo entonces debes reintroducir el ejercicio, y de una manera suave y progresiva.


Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.


  • Renkin, E. M., Carter, R. D., & Joyner, W. L. (1974). Mechanism of the sustained action of histamine and bradykinin on transport of large molecules across capillary walls in the dog paw. Microvascular research7(1), 49-60.
  • Joyner, W. L., Carter, R. D., Raizes, G. S., & Renkin, E. M. (1974). Influence of histamine and some other substances on blood-lymph transport of plasma protein and dextran in the dog paw. Microvascular research7(1), 19-30.
  • Adelman, S., Taylor, C. R., & Heglund, N. C. (1975). Sweating on paws and palms: what is its function?. American Journal of Physiology-Legacy Content229(5), 1400-1402.

Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.