Existe gran variedad de animales, tanto de invertebrados como de vertebrados. Unos grandes, otros pequeños, pero todos con las adaptaciones necesarias para sobrevivir en su entorno. Entre los que carecen de vértebras tenemos a los gusanos, en especial, unos populares por emplearse como carnadas durante la pesca, las miñocas o lombrices de tierra.
Están incluidos en filo de los anélidos (Annelida), en la clase Clitellata, subclase Oligochaeta, con otras 3554 especies. Aunque parecen animales poco atractivos, poseen características interesantes que te gustará conocer. Así, en estas líneas te presentamos todos los detalles de la biología, hábitat y reproducción de estos gusanos.
Hábitat
Las lombrices se encuentran distribuidas en gran parte del globo, habitando los suelos húmedos, de diversos tipos de ecosistemas. Aunque algunas especies de oligoquetos son acuáticas y pueden encontrarse tanto en aguas dulces y saladas. Asimismo, gracias a su empleo como cebo en la pesca de algunos peces, se encuentran en establecimientos comerciales en diferentes regiones del mundo.
Características de la miñoca
Estos animales invertebrados poseen un cuerpo alargado y cilíndrico, pero en ellas el carácter resaltante es que presentan divisiones en secciones semejantes que reciben el nombre de segmentos o metámeros. Estas partes se distinguen externamente por la presencia de anillos o surcos circulares, a los que deben el nombre del grupo. Cada metámero está separado internamente uno de otro por medio de septos.
El cuerpo de la miñoca está formado por una serie repetida de segmentos que son similares, tanto en su aspecto como en su anatomía. Esto se debe a que cada uno contiene los principales órganos del cuerpo, es decir, estructuras de los sistemas circulatorio, respiratorio, nervioso y excretor.
Las únicas secciones que no se repiten son la cabeza y la cola (denominada pigidio, que es donde se encuentra el ano). De esta manera, en el cuerpo se pueden distinguir 3 partes: la cabeza, los metámeros o segmentos y la cola. Los segmentos más nuevos se sitúan justo delante del pigidio, mientras que los más viejos van en la parte anterior, en proximidad con la cabeza.
Otro dato interesante de estos gusanos es que poseen unas cerdas (quetas) pequeñas en su cuerpo, de naturaleza quitinosa. Aunque son escasas, de allí el nombre de oligoquetos.
Tamaño y coloración
El tamaño que presentan es variable, pero, por lo general, va de los 12 a los 30 centímetros de longitud. Aunque existen ejemplares que superan esta medida, llegando a alcanzar hasta 3 metros.
Las lombrices no poseen patas y sus coloraciones, también son heterogéneas. Algunas presentan tonos rojos o pardos, pero las hay grises o incluso verdes o azules. Además, ciertas especies pueden tener manchas en su cuerpo.
A simple vista, también se distingue una región más ensanchada, llamada clitelo, pero solo aparece en las lombrices maduras, listas para reproducirse.
Comportamiento
El comportamiento de las miñocas depende de las condiciones ambientales y las especies. Por lo general, salen en horas en la noche. Durante las temporadas de lluvia y alta humedad, pueden permanecer en los estratos más cercanos a la superficie.
Por el contrario, cuando el tiempo es seco, se dirigen hacia lo profundo del suelo y entran en un período de inactividad. Así, se enrollan dentro de una cámara de mucosa hasta que mejoren los niveles de humedad.
¿Qué come la miñoca?
Se trata de animales detritívoros, es decir, que las lombrices se alimentan de detritos o materia orgánica en descomposición. Esto incluye vegetación y restos de animales.
Dicha característica, les permiten cumplir un papel muy importante en el ecosistema, ya que en el suelo realizan canales mientras se desplazan, lo que contribuye a mejorar las propiedades y la estructura del mismo. De igual manera, intervienen en los procesos de descomposición y ciclo de nutrientes, ayudando a otros seres vivos.
Reproducción de las lombrices
Los oligoquetos se reproducen de manera sexual y existe fecundación externa en la mayoría de los ejemplares. Son criaturas hermafroditas, es decir, que poseen tanto órganos femeninos, como masculinos. No obstante, no pueden autofecundarse y necesitan otro individuo para intercambiar sus gametos.
Colocan sus huevos en el suelo, dentro de capullos mucosos. Además, presentan desarrollo directo, sin pasar por etapas de larvas. De esta manera, nacen pequeñas lombrices formadas por completo.
En este tipo de animales, el clitelo juega un papel fundamental durante la reproducción. Se trata de una zona glandular que varía en espesor y ubicación entre las especies. También es importante mencionar que estos seres poseen capacidad de regeneración.
En resumen, aunque parezca un organismo sencillo y poco atractivo, la miñoca es un ser bastante relevante para los ecosistemas. Su cuerpo cilíndrico crea galerías en el suelo que permiten la aireación. Además, su dieta detritívora ayuda en los procesos de descomposición y ciclado de nutrientes. Grandes tareas para este pequeño arquitecto del sustrato.
Bibliografía
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