Conocida como la enfermedad de la sangre, la hemofilia en perros es una patología de carácter hereditario. Se trata con mucho cuidado, debido a sus consecuencias, y suele manifestarse a partir de los dos meses de edad.
La hemofilia consiste en un trastorno en la coagulación de la sangre. Las enzimas y proteínas que espesan la sangre, se inhiben; por tanto, la circulación se mantiene muy líquida.
La mejor manera de tratar la hemofilia en perros es con ayuda de un especialista. El dueño del animal debe estar atento a cualquier anomalía de carácter circulatorio, y acudir al veterinario ante cualquier episodio irregular.
Cómo se manifiesta la hemofilia en perros
Lamentablemente no existe un diagnóstico previo, a menos que el dueño conozca los antecedentes de los padres. Esta enfermedad puede tener graves consecuencias, como es el sangrado constante hasta en una hemorragia.
Es preciso señalar que la hemofilia es una enfermedad hereditaria, es decir, que por desgracia se transmite de la madre a los hijos a través de la deficiencia de un cromosoma X.
En el caso de los machos, siempre padecerán la enfermedad si heredan el cromosoma de su madre. Mientras que las hembras solo serán transmisoras, a menos que sean fruto de un macho y hembra, ambos portadores de tal cromosoma.
Hay razas más propensas que otras a padecer de la hemofilia en perros. Por ejemplo, los ejemplares como de pastor Alemán y doberman presentan una mayor tendencia a sufrir esta enfermedad.
Ahora bien, la manera más común de saber si un animal es hemofílico, es después de una herida. Por lo general, y en condiciones normales, el proceso de coagulación se da de manera inmediata, lo que evita que se prolongue el sangrado.
En el caso de la hemofilia en perros, el sangrado nunca se detiene. Si se trata de un corte superficial, no existe mucho riesgo; sin embargo, cuando se trata de heridas profundas, la hemofilia puede ser mortal.
¿Qué hacer ante la sospecha de la hemofilia en perros?
Si se ha vivido un episodio de sangrado prolongado, lo indicado es acudir de inmediato al veterinario. A través del origen y ubicación de la herida, el especialista podrá determinar la forma de reacción del cuerpo; es decir, si existe alguna anomalía en el sistema circulatorio.
Existen tres tipos de hemofilia: A, B y C, o las también llamadas leve, moderada o grave. En el caso de la hemofilia de tipo A o leve suele detectarse solo cuando hay una herida, mientras que la de tipo B o C se manifiestan entre los cuatro y seis meses.
En estos casos, es común ver al perro sangrar por la nariz o encías. Además, cabe la posibilidad de que también puede haber presencia de sangre en la orina y heces.
Cómo se trata la hemofilia en perros
- Lo primero es realizar un diagnóstico. A menos que el dueño sepa que el animal es hemofílico, el veterinario determinará la causa del sangrado.
- En algunos ocasiones, un sangrado constante puede deberse a factores externos. Un caso común es la ingesta de veneno para ratas por parte del animal, y también la picadura de culebras.
- En ambas circunstancias y, como consecuencia del efecto del veneno, se inhiben las enzimas que coagulan la sangre.
- También una deficiencia en la absorción de la vitamina K puede causar sangrado incontrolado. Esto se debe a que la vitamina K actúa sobre el hígado, órgano que se encarga de producir las enzimas coagulantes.
- Algunos medicamentos también afectan el proceso de espesor de la sangre, como por ejemplo, los antibióticos de uso prolongado. También puede darse una sobre dosis en perros que consumen anticoagulantes.
- Si el estudio del especialista diagnostica una hemofilia en perros, probablemente le recetará coagulantes al animal; o en su defecto le aplicará un tratamiento a base de vitamina K.
- En una actividad más reciente, se ha determinado una terapia genética para superar la hemofilia. La terapia consiste en la inyección en el organismo del factor VIII, causante de la enfermedad.
- Hasta el momento, los animales tratados con este tipo de terapia han estado libres de hemofilia durante tres años.
Consideraciones sobre los trastornos circulatorios
El déficit de coagulación en la sangre, puede acarrear otros problemas de salud al animal. El más común es la anemia, que es causada por alguna hemorragia interna.
Los síntomas de esta condición son debilidad, problemas para respirar y arritmias. El animal también se muestra confundido y aletargado; a lo que se le suele sumar vómitos y deposiciones con sangre.
Fuente de la imagen principal: Aleksey Gnilenkov