El koala (Phascolarctos cinereus) es el marsupial cuya imagen todos asociamos con su tierra natal, Australia. El nombre científico de esta criatura primitiva significa «oso embolsado gris ceniciento».
El indefenso koala es la última especie viva de la familia de los fascolárctidos, marsupiales que se extinguieron hace millones de años. De hecho, el único pariente vivo más cercano es el wombat (de la familia Vombatidae), que junto a otras familias extintas, conforma el menguado suborden de los Vombatiformes.
Un mamífero singular
Resulta interesante conocer que la palabra koala en lengua aborigen significa «sin beber». Esto es en alusión al hecho de que esta especie arbórea no se desplaza en búsqueda de fuentes de agua. Así, se cree que el animal obtiene toda el agua que necesita de las hojas de eucalipto que come.
Sin duda alguna, comer eucalipto obedeció a una estrategia de supervivencia, pues en ese nicho no tendría competidores. Sin embargo, las mismas adaptaciones que le permitieron sobrevivir con este recurso como alimento, hoy hacen a esta especie vulnerable.
Esto se debe a que el hogar de bosques de eucaliptos se agota. Por ello, entender y divulgar las necesidades específicas del koala es un paso más en los esfuerzos de su conservación.
Eucalipto: una dieta altamente específica para el koala
A lo largo de la evolución, el koala adquirió una especialización exquisita para subsistir con una dieta casi exclusiva a base de hojas de eucalipto. Esta especialización es característica, pues de las 600 especies de eucaliptos que crecen en su área de distribución, solo come unas 30 de ellas.
Desde el punto de vista nutricional, las hojas de eucalipto son un alimento pobre, alto en fibra y bajo en nitrógeno. La principal adaptación del koala para digerir diariamente 1,3 kilogramos de hojas de eucalipto es haber desarrollado mucho la porción intestinal llamada ciego.
Este segmento mide alrededor de dos metros de longitud, lo cual es muy superior a los seis centímetros que mide en los humanos. Gracias a este extenso ciego, se incrementa la capacidad de fermentación microbiana, mejorando la obtención de nutrientes. También en el ciego sucede el aprovechamiento del agua contenida en las hojas.
Adaptación a la toxicidad
Existe una razón por la que comer eucalipto no es común en animales: es una planta rica en taninos y otros compuestos altamente tóxicos, por ejemplo los terpenos, que además son compuestos volátiles que despiden un olor característico.
Para poder aprovechar el eucalipto como alimento, el koala ha desarrollado varias estrategias:
- La saliva ideal: que contiene unas proteínas que se unen a los taninos y los «secuestran», evitando su efecto.
- Un olfato especializado: los koalas casi siempre huelen cuidadosamente su alimento antes de comer. Después de secuenciar el genoma del koala, se conoció que, en comparación con otras especies, tiene un número aumentado de genes para receptores olfativos.
- Paladar sensible: también identificaron una expansión del linaje de genes del receptor vomeronasal tipo 1 (V1R), lo que es consistente con una mayor capacidad para detectar, por degustación, los metabolitos secundarios tóxicos de la planta.
Las bacterias intestinales son claves para vivir a base de eucalipto
En esta especie, el período de lactancia de la cría se prolonga hasta los doce meses. Hacia los seis meses, la madre empieza a preparar a su cría para su dieta de eucalipto. Así, la madre predigiere las hojas y produce una papilla fecal que el joven come directamente de su cloaca.
La composición de esta papilla es muy diferente a la de las heces regulares, asemejándose más al contenido del ciego, y posee una alta concentración de las bacterias que allí residen. La cría se alimenta de esta papilla durante aproximadamente un mes y se considera la dieta de transición para poder digerir por sí mismo la dieta del adulto.
Cuando nace, los intestinos del koala no contienen estas bacterias y sin ellas no podría extraer suficiente valor nutricional de las plantas.
El koala sabe aprovechar el agua
Según estudios del comportamiento del koala, se ha establecido que la humedad contenida en las hojas de eucalipto es la principal fuente de agua del animal, aunque la ingesta es complementada con el agua de lluvia o el rocío matinal.
Además, para conservar la mayor cantidad de agua corporal, el koala reduce casi por completo la humedad en las heces, pues sus deposiciones son pellets muy similares a los del camello.
Sin embargo, sorprende saber que la función renal en el koala no se asemeja a aquella de los animales adaptados al desierto, sino que es típica de seres vivos en ambientes con amplia disponibilidad de agua.
Uno de los secretos para vivir «sin beber» fue develado recientemente, cuando se completó el análisis del genoma del koala. El estudio arrojó que su lengua pudiera sobreexpresar una proteína con una alta afinidad para el agua, una aquaporina. Este rasgo puede dotar al koala de la capacidad de «saborear el agua» y consumir selectivamente las hojas con más humedad.
Precioso y amenazado
En virtud de la Ley de Conservación de la Naturaleza de Queensland de 1992, los koalas están clasificados como vulnerables en toda Australia y son una especie protegida. En 2012, el Comité Científico de Especies Amenazadas estimó en un 28 % la tasa de disminución del tamaño de la población.
Esta tasa está influenciada sustancialmente por una disminución severa de los bosques en las regiones del interior de Australia, más expuestas a la reciente sequía.
Bibliografía
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