Los mininos tienen el sentido del oído muy desarrollado. Pero esto no quita que puedan tener problemas de audición. Por eso, te contamos lo que necesitas saber sobre la sordera en gatos.
Conoce las causas de la sordera en gatos
Un minino puede ser sordo de nacimiento o perder su capacidad auditiva por distintas causas a lo largo de su vida. Esta pérdida se da de forma repentina o paulatina. También vale aclarar que esta condición se manifiesta de forma parcial o total.
Entre las causas de sordera en gatos se encuentran:
- Edad avanzada. Al igual que los humanos, a medida que envejecen, los mininos pueden ir perdiendo su capacidad auditiva. Este inconveniente suele aparecer a partir de los 10 años y se incrementa con el paso del tiempo.
- Infecciones graves sin tratar del oído medio a causa de bacterias, hongos o parásitos.
- Lesiones.
- Problemas neurológicos.
- Presencia de tumores o pólipos en el canal auditivo.
- Tener el gen W. Algunos gatos total o parcialmente blancos y con ojos azules o de distintos colores suelen tener una mayor predisposición a ser sordos.
Vale aclarar que los mininos también pueden sufrir sorderas temporales por infecciones leves, por tapones de cera o por la toma de algún medicamento específico.
Te contamos todo lo que necesitas saber sobre la sordera en gatos, un problema que puede ser congénito o producirse por distintas causas a lo largo de la vida del minino.
Un problema que puede pasar inadvertido
Quienes tienen gatos saben que estos felinos saben muy bien ocultar sus debilidades. Por eso, por más que una persona conozca bien a su mascota, no siempre puede resultar fácil detectar si tiene algún problema de audición.
Además, los Felis catus se las pueden arreglar bastante bien para compensar su pérdida auditiva, y es que se valen del resto de sus sentidos y de su buena capacidad de adaptación. Por tal motivo, este inconveniente suele pasar inadvertido, sobre todo en sus etapas iniciales.
Por otra parte, no es novedad que estos animales a veces ignoran a sus humanos y responden a los llamados solo cuando desean hacerlo. De todas formas, existen algunas pruebas caseras que permiten determinar si el minino presenta alguna deficiencia auditiva.
Cómo detectar la sordera en gatos
Cuando un gato mira en dirección a la fuente de ruido, no cabe dudas de que escucha muy bien. Por el contrario, si a pesar de fuertes sonidos reinantes se mantiene indiferente o sigue durmiendo, lo más probable es que no pueda oír.
Otras cuestiones que pueden estar indicando que un gato es sordo son:
- No va al encuentro de sus dueños cuando estos regresan al hogar.
- Maúlla muy alto. Es que, al no escuchar su propia voz, es incapaz de ‘graduar’ el volumen.
- Tiene falta de equilibrio o se ve desorientado. Esta condición puede darse si padece una infección en el oído medio.
- Si el animal es sordo de uno de sus oídos, girará su cabeza para oír la fuente de un ruido solo del lado que escucha.
De todas formas, ante la sospecha o comprobación de que el gato tiene dificultades auditivas, se impone una consulta al veterinario. El profesional podrá corroborar el diagnóstico y determinar los pasos a seguir.
Consejos para convivir con un minino sordo
Si suceden de forma abrupta, los problemas auditivos pueden ocasionar confusión en algunos mininos. Pero en cualquiera de los casos es importante que se le faciliten las cosas y se tengan algunos cuidados.
Por ejemplo, es fundamental que el gato no salga a la calle. Y es que, al no percibir los sonidos de su entorno, tiene más posibilidades de sufrir un accidente o de ser atacado por un animal agresivo.
Pero como siempre cabe la posibilidad de que se escape, es importante que, además de poseer un microchip y un collar que lo identifique, quien lo encuentre cuente con la información de que el minino es sordo.
Además, dentro de la casa es fundamental hacerle notar la presencia de sus dueños a través de distintas señales y buscar formas alternativas de comunicación. Y aunque los mininos pueden llegar a percibir los pasos a través de las vibraciones del suelo, hay que evitarles posibles sustos al acariciarlos de forma repentina.