La muda en loros y el estado de su plumaje son grandes indicadores de la salud de las psitácidas y otras muchas especies. De hecho, se podría decir que el mal estado de las plumas denota diversas enfermedades, por lo que es conveniente estar atento a si la muda es correcta, al color y al estado de las plumas. Solo de esta forma se podrán prevenir patologías a largo plazo o corregir errores en su alimentación.
Si tienes un loro en casa, te interesará saber cuándo el proceso de muda es normal o si es momento de preocuparse. Aunque la mayoría de las señales son bastante evidentes, es crucial aprender a reconocerlas e intervenir de inmediato. Aquí te mostramos todo lo referente al tema, así que no dejes de leer.
Una muda en loros normal
Las aves realizan un recambio cíclico de sus plumas conocido como muda. Este proceso es fisiológico (natural) y en él se produce la caída de modo progresivo de las plumas antiguas, las cuales serán renovadas por las de nuevo crecimiento. La muda en loros se ejecuta de manera completa 1 o 2 veces al año y es especialmente acentuada en primavera y otoño.
Las especies más grandes de loros mudan 1 vez cada dos años, pero lo normal en aves de medio tamaño es que este proceso sea anual.
La muda en loros ideal nunca deja lesiones en la piel ni zonas sin cubrir. Sin embargo, cuando las plumas se caen, se vislumbran mejor los cañones y las plumas en crecimiento. Las nuevas piezas tendrán el color del resto del plumaje del ave y únicamente veremos cambios de color en la primera muda de algunas especies, como los periquitos o ninfas, que adquieren su color definitivo tras un periodo de polluelos.
A lo largo del año, prácticamente cada pluma del cuerpo del loro será repuesta por una nueva. Por suerte, no todas caen a la vez.
¿Por qué mudan los loros?
Tal y como indican fuentes profesionales, las aves (y las psitácidas entre ellas) mudan las plumas para reponerlas. Estas estructuras queratinizadas están “muertas” y aisladas a nivel sanguíneo desde un punto de vista funcional y, por ende, no pueden restaurarse tras el desgaste. Por ello, la opción más eficiente es deshacerse de ellas en su totalidad y sustituirlas por una capa protectora nueva cada cierto tiempo.
La mayoría de psitácidas aprovechan para mudar la piel una vez ha finalizado la época de cría, es decir, tras la reproducción. Esto suele acompasarse con el momento en el que hay una mayor incidencia de luz UVB y UVA y temperaturas templadas. Cuanto más largo sea el fotoperiodo del ambiente, más probable es que el animal entre en proceso de muda.
La muda no es tan perceptible en aves monocromáticas, pero en los ejemplares coloridos como los loros es fácil observar un cambio en su plumaje. Además, se necesitan muchos nutrientes y condiciones especiales para formar los pigmentos de las plumas, por lo que cualquier cambio en su ambiente podría modificar su plumaje.
Las plumas tienen un papel esencial en la vida de los loros: les otorgan coloración para la competencia reproductiva, los aíslan de las inclemencias ambientales y son fundamentales para mantener la aerodinámica durante el vuelo. Por ello, se trata de un proceso esencial que requiere de cuidados especiales.
La mayoría de especies de loros (y de aves en general) mudan en otoño o a inicios de verano, cuando las temperaturas son agradables y ha terminado la época de cría. Este proceso viene dictaminado por su reloj interno.
Consejos para la correcta muda en loros
El proceso de muda es normal, pero también bastante delicado y estresante para el animal. Si quieres que tu mascota sufra lo menos posible durante estos momentos, sigue los siguientes consejos:
- Humedece la jaula con regularidad: si tu loro es tropical, siempre agradecerá que rocíes agua templada con un spray en pequeñas cantidades cada cierto tiempo en su instalación. Esto aliviará los picores y simulará el ambiente natural del ave. Procura no hacer esto si hace mucho frío en tu casa o si corre demasiado viento, pues podrías promover que se resfríe.
- Deja que descanse: los loros son animales muy sociales, pero pueden requerir unas 12-13 horas de descanso diarias durante la muda. Lo mejor es que cambies la jaula a una zona no muy transitada e interactúes con tu ave solo cuando ella lo desee.
- Mantén la temperatura constante: lo ideal es que el entorno del loro se encuentre a unos 21 °C constantes durante la muda. En caso de que haga más frío o calor no te preocupes, pero intenta que el valor no fluctúe demasiado.
- Aumenta la dieta y ofrece suplementos: se estima que un loro requiere un 25 % más de ingesta calórica durante la muda. También necesitará algo más de proteínas y nutrientes específicos de lo normal, pues este proceso es bastante demandante desde un punto de vista metabólico.
- No tengas miedo de acudir al veterinario: si tu loro empieza a sangrar o muda más de 2 veces al año, llévalo al veterinario. Puede que tenga alguna enfermedad que deba ser atendida.
Problemas de la muda en loros
Es fácil darse cuenta de cuándo un loro está mudando, pues el tutor comenzará a ver una cantidad desmedida de plumas en el sustrato de la jaula. De todas formas, esta caída debe ser gradual y no mostrarse en forma de calvas muy evidentes en el cuerpo del animal. El proceso puede demorarse de semanas a meses, dependiendo de la especie y los requerimientos del ejemplar.
Aunque la mayoría de mudas suelen ir bien, existen ciertos signos de que algo va mal en el cuerpo de tu ave. Aquí te mostramos algunos de los problemas que pueden presentarse.
1. Bandas de estrés
Una de las principales anomalías de la muda en aves son las bandas de estrés, unas marcas que aparecen como una banda oscura, prácticamente negra, con cierto carácter translúcido. Al igual que los anillos de un árbol, la distancia que existe del cuerpo a la banda indica el tiempo aproximado de aparición. Por lo común, son producto de procesos de estrés crónico o de malnutrición.
Estas bandas indican que el animal ha sufrido algún tipo de carencia nutricional o emocional en algún momento del crecimiento de la pluma, dejando así una franja mal formada en la pieza. Cuantas más bandas de estrés tenga cualquier pluma del animal, más probable es que su entorno no sea el adecuado o carezca de la estimulación ambiental necesaria.
2. Despigmentaciones
Aunque pueden ser confundidas con bandas de estrés, las plumas pueden sufrir despigmentaciones, que también parecerán de aspecto oscuro, pero se extenderán por gran parte de la pluma y no tendrán forma de banda.
En este caso el problema no se asocia a estrés, pero sí a mala alimentación o luz solar insuficiente. Los nutrientes y la luz UV son cruciales para la formación de los pigmentos que se encuentran en las plumas, por lo que cualquier carencia provocará este tipo de despigmentaciones. Ante estos problemas crónicos, debemos contactar con un veterinario de animales exóticos para que revise la dieta de nuestra ave.
3. Infecciones
Existen patologías de carácter infeccioso que afectan al plumaje, como es el caso de la enfermedad del pico y de las plumas o PBFD. Esta patología está causada por un virus y, además de síntomas generales como diarrea, letargo y vómitos, puede afectar al plumaje. El agente causal específico de los daños es un patógeno perteneciente al género Circovirus y la familia Circoviridae.
4. Ruptura de plumas
Por su parte, las plumas rotas suelen deberse a un mal manejo, a peleas entre loros alojados en el mismo recinto o el uso de jaulas pequeñas que no permiten a los animales moverse con plena libertad. Recuerda que se requiere una instalación de mínimo 2-3 veces el diámetro alar extendido del ejemplar y un par de horas de ejercicio diario.
Se recomienda que la jaula de un loro grande tenga mínimo 2 metros de largo y metro y medio de ancho. De lo contrario, pueden aparecer problemas durante la muda.
¿Picaje o muda?
La presencia de ácaros u otros parásitos en la piel del ave podrían ocasionar que se arranque las plumas. A esta conducta peligrosa se le denomina picaje y, contrario a la muda, puede ocurrir una o varias veces al año. Aunque la mayoría de los casos son producidos por agentes externos, este comportamiento también aparece por culpa de problemas emocionales como estrés o depresión.
En ese sentido, la variedad de causas del picaje es enorme; así, la razón tras este comportamiento de automutilación se suele deber a varios factores, y en muchas ocasiones requiere de la intervención de un veterinario especializado en la etología de estos animales, o un entrenador de loros.
Algunas de las claves para distinguir entre picaje o muda normal en loros se evidencian en la siguiente lista:
- La caída de plumas se produce fuera de la época estipulada. En general, hay que preocuparse si la supuesta “muda” se presenta durante la etapa reproductiva o en invierno. Tampoco es normal que un loro mude más de 2 veces al año, independientemente de la especie.
- La caída de plumas solo ocurre en el pecho y en las patas. Como el ave no puede acceder a su propia cabeza, el plumaje en la zona cefálica se mantendrá intacto.
- Otros signos de estrés emocional. Las conductas obsesivas sin motivo aparente (como dar vueltas sobre sí mismo), las heridas sangrantes, la agresividad y la falta de deseo de interacción son otros síntomas accesorios que pueden presentarse durante el picaje.
Por desgracia, el tratamiento del picaje es bastante complejo y casi siempre incluye cambios en el manejo y el recetado de fármacos hormonales/psicotrópicos. Es mejor prevenir la patología con cariño y enriquecimiento ambiental, ya que no es fácil revertirla una vez se instaura.
En general, los animales que se encuentran en una buena instalación, acompañados de otros loros y con buena alimentación, no tienden a desarrollar problemas en el plumaje. Garantizarles esto nos permitirá tener unos loros sanos y felices.
Fuente de la imagen principal: José María Mateos
Bibliografía
Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.
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