El entrenamiento de los perros antidroga suele ser uno de los temas más comunes pero también peor entendidos. Con frecuencia, la información que circula a través de los medios comúnmente está basada en especulaciones, mitos urbanos y datos falsos.
En la actualidad, tanto veterinarios como entrenadores se han dedicado a desmentir todo aquello que se dice acerca del entrenamiento de los perros antidroga, a fin de promover una actitud más positiva (y acertada) hacia este tema.
Y si bien gracias a su labor se ha logrado desenmascarar muchos mitos, aún queda mucho por hacer para que las leyendas urbanas desaparezcan. La meta es lograr que las ideas más absurdas dejen de tomarse como verdades absolutas.
Mitos acerca del entrenamiento
Ante todo, los perros antidroga NO son consumidores. El hecho de que los enseñen a identificar el olor de las sustancias no los convierte en adictos ni mucho menos. En otras palabras, no se les inyecta ninguna de estas sustancia ilegal ni se les induce a tener ningún tipo de adicción a ellas.
Si le preguntamos a cualquier veterinario, este nos dirá que si le damos cocaína a un perro, lo más probable es que el animal muera en el acto. Su organismo no está preparado para procesar la sustancia. Por tanto, las drogas son como cualquier otro veneno para ellos.
Otros de los mitos más populares acerca del entrenamiento de los perros policía o antidroga son:
- Tienen prohibido jugar.
- Los entrenadores no permiten que reciban mimos o cariño.
- Si no cumplen con su trabajo, se les desecha rápidamente.
- Se les fuerza físicamente para que tengan un buen rendimiento y por eso, tienen una vida corta.
- Los perros antidroga son maltratados y, por ende, son agresivos.
- Mientras no están trabajando, los perros antidroga permanecen atados.
- No pueden llevar una vida normal una vez que dejan de trabajar como perros antidroga.
- Los ejemplares que ya se han jubilado no pueden ser adoptados.
El entrenamiento real de los perros antidroga
Los entrenadores son personas capacitadas en cuestión de cuidado, adiestramiento y comportamiento animal. Ellos saben que para lograr que un animal cumpla un objetivo, lo mejor es forma un vínculo sano y positivo con él. Solo así podrá responder a lo que se le pide eficientemente.
Así que, aparte de ser sus entrenadores, se convierten en sus amigos. Amigos que imponen cierta disciplina, sí, pero siempre de una forma sana, que no perjudique su bienestar.
Entonces, gran parte del proceso de entrenamiento se conforma por actividades que, aunque parezcan juegos, en realidad son labores que les ayudarán a desempeñarse correctamente el día de mañana. Por ende, a los canes se les entrena por medio del juego, para que puedan realizar su trabajo, sin esfuerzo.
De hecho, el primer paso es elegir al cachorro más inquieto de la camada. Este perro se convertirá en el detector de drogas que se busca porque es propenso a permanecer activo y por lo tanto, responderá al entrenamiento a través del juego. Para el perro, el trabajo de detección de drogas será un juego.
El juego consiste básicamente en darle un único juguete al perro. Dicho objeto estará impregnado con una imitación del olor de la sustancia ilícita y se esconderá en una caja cerrada. En un espacio abierto, se colocarán varias cajas cerradas con diferentes objetos dentro, y en una de ellas se encontrará la caja con el juguete.
Una vez que el perro encuentra la caja con su juguete, comenzará a rascar la caja con las patas y a intentar sacarlo. La caja tendrá un compartimento junto al juguete en donde se guardará un paquete de drogas. Así se ayuda al perro a fijar el olor. Luego, como premio por haber encontrado la caja con su juguete, el perro podrá jugar un rato con él.
Los perros antidroga suelen tener sesiones de entrenamiento de aproximadamente cinco horas diarias, que consisten en sesiones de juegos que impliquen encontrar su juguete. También tienen otras actividades para mantenerles en forma y en perfecta salud.
Lo más importante tanto en la sesión de juegos como de entrenamiento físico, es brindarle al perro una rutina variada. Esto incluye no colocar el juguete siempre en el mismo sitio, por ejemplo. Asimismo, resulta beneficioso llevarle a jugar en diferentes espacios y variar el nivel de dificultad de las actividades y, sobre todo, como el desafío del juguete oculto.
Importante
Un perro antidroga, como cualquier otro, necesita elogios, mimos, y premios cuando logra realizar bien una tarea o actividad.
En el caso del juguete, cada vez que lo encuentra, debe recibir una recompensa por su logro. Es muy importante esto, ya que permitirá que el hábito se mantenga. Además el perro lo agradecerá y se sentirá contento.
Cada perro tiene su propio ritmo, por eso, cada ejemplar es entrenado individualmente. Además de las actividades y del cuidado físico que amerita el perro, también es oportuno recordar que una dieta sana hacen mucho por el animal y su bienestar.
En cuanto a los mitos, hay que revisar y contrastar muy bien la información detrás de cada uno de ellos para no caer en falsos juicios. Esto nos permitirá descubrir que hay muchos aspectos positivos en la vida de los perros antidroga y que incluso es posible adoptar uno cuando ya se ha jubilado.