El veneno del ornitorrinco: lo que debes saber

El veneno del ornitorrinco es una de sus múltiples peculiaridades, que no son pocas. Si te apetece aprender más sobre esta particularidad, aquí tienes una revisión.

La cara de un ornitorrinco.

Si existe un animal extraño y estrambótico, sin duda alguna es este mamífero con pico de pato. Suda leche, posee electrorrecepción, pone huevos, tiene 10 cromosomas sexuales y, por si fuera poco, si le molestas puede que tengas que enfrentarte al veneno del ornitorrinco. Cuando se llevó al primer espécimen disecado a Inglaterra desde Australia, los científicos se creyeron que era una broma.

En este artículo vas a poder leer acerca del veneno de este mamífero. Como el resto de sus características, esta es una que, al ser analizada, también hizo pensar a los profesionales “esto no debería estar aquí”. Si te ha picado la curiosidad, sigue leyendo.

Efectos del veneno del ornitorrinco en humanos

El ornitorrinco (Ornithorhynchus anatinus) es un animal mamífero semiacuático endémico de Australia y de la isla de Tasmania. Es el único representante vivo de su familia (Ornithorhynchidae) y género, aunque se han encontrado algunas especies similares a él en el registro fósil. Se trata de una de las 5 especies que aún persisten del orden de los monotremas, junto con los equidnas.

Este animal es relativamente tímido y además solamente los machos son venenosos, a diferencia de lo que se suele creer. Se han registrado pocas “picaduras” o lesiones provocadas por este mamífero, pero las personas que las han sufrido han reportado un intenso dolor. Alrededor de la herida se produce un edema que se extiende por la zona afectada.

Curiosamente, algunas personas argumentan que este veneno puede producir una hiperalgesia marcada. Esto quiere decir que el paciente reacciona de forma excesiva al dolor durante días, semanas e incluso meses después del contacto con la toxina, ya que los nociceptores (células encargadas de percibir el dolor) de la zona se ven afectados a largo plazo.

El ornitorrinco inyecta entre 2 y 4 mililitros de veneno en una picadura.

Aunque no sea mortal para nuestra especie, el dolor provocado por el veneno del ornitorrinco no es para tomárselo a broma: es tan intenso que ni siquiera la morfina lo puede calmar. Además, es capaz de producir la hiperalgesia ya citada, edemas, hiperventilación y hasta convulsiones, dependiendo de la dosis inoculada.

El veneno del ornitorrinco está compuesto por 19 péptidos distintos y otros componentes adicionales no proteicos, tal y como indican estudios. Se han determinado 3 tipos de compuestos que lo conforman:

  1. Defensinas: producidas por el sistema inmunitario del ornitorrinco, son similares a las que se encuentran en el veneno de los reptiles, arañas, peces y estrellas de mar, aunque en estos mamíferos evolucionó de forma divergente.
  2. Natriuréticos: neurotoxinas asociada a la atrofia muscular.
  3. Factores de crecimiento nervioso: estos péptidos están relacionados con la hiperalgesia, pues favorecen la ramificación y creación de terminaciones nerviosas.

¿El veneno es mortal para el humano?

El veneno del ornitorrinco es mortal para animales de pequeño tamaño, pero no para los humanos. Además, no es un cazador, sus depredadores son claramente más mortales que él y las hembras no poseen veneno. Entonces, ¿para qué lo quieren?

La teoría más sólida al respecto sugiere que se trata de una arma ofensiva para la época de apareamiento. Los machos luchan entre ellos por establecer un territorio y conseguir el derecho de cópula, que ocurre entre junio y octubre. Por tanto, que un humano se lleve una picadura tendrá mucho que ver con que esté amenazando al animal de alguna forma, sobre todo en la etapa reproductora de la especie.

Curiosamente, las hembras de esta especie tienen 2 óvulos, pero solo el izquierdo es funcional.

¿Cómo produce el ornitorrinco su veneno?

El veneno del ornitorrinco se produce en las glándulas crurales, situadas en las patas traseras. Estas glándulas se conectan a 2 espolones calcáneos que, a su vez, están unidos a un pequeño hueso que facilita un mejor ángulo de ataque con su articulación.

En el caso de las hembras, el espolón es rudimentario. Nunca llega a desarrollarse como en el macho y, además, se cae antes de los 12 meses de edad. La información genética necesaria para producir el veneno está en el cromosoma masculino, así que no tendría sentido preservar esta estructura toda la vida en el caso del género femenino.

El ataque del ornitorrinco consiste en dar una “patada” hacia atrás, con una fuerza considerable, y clavar los espolones. El golpe es lo suficientemente intenso para que el animal se quede clavado, literalmente. Las personas que se han visto en esta situación han necesitado asistencia médica para desenganchárselo.

El espolón libera el veneno del ornitorrinco.

¡Un animal casi prehistórico!

Las curiosidades sobre este mamífero nunca terminan. El ancestro común entre los ornitorrincos y el humano vivió hace unos 170 millones de años, y desde entonces, la especie se ha separado de prácticamente todas las demás, compartiendo solo un 80 % de genoma con el resto de mamíferos.

Sus numerosos cromosomas sexuales están más cercanos a los de las gallinas, pues parece que no han cambiado demasiado desde las aves prehistóricas. La reciente secuenciación de su genoma ha revelado importantes descubrimientos que conectan a los mamíferos, los huevos y el veneno. Te recomendamos que le eches un ojo a las fuentes citadas si quieres curiosear.

Bibliografía

Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.

  • Whittington, C. M., Koh, J. M., Warren, W. C., Papenfuss, A. T., Torres, A. M., Kuchel, P. W., & Belov, K. (2009). Understanding and utilising mammalian venom via a platypus venom transcriptome. Journal of proteomics, 72(2), 155-164.
  • Whittington, C., & Belov, K. (2007). Platypus venom: A review. Australian Mammalogy, 29(1), 57-62.
  • Bansal, P. S., Torres, A. M., Crossett, B., Wong, K. K., Koh, J. M., Geraghty, D. P., ... & Kuchel, P. W. (2008). Substrate specificity of platypus venom L-to-D-peptide isomerase. Journal of Biological Chemistry, 283(14), 8969-8975.
  • Whittington, C. M., Papenfuss, A. T., Locke, D. P., Mardis, E. R., Wilson, R. K., Abubucker, S., ... & Warren, W. C. (2010). Novel venom gene discovery in the platypus. Genome biology, 11(9), 1-13.
Scroll al inicio