4 mamíferos que no sabías que eran venenosos

Existen muy pocos mamíferos venenosos. Además, algunos de los grupos que se consideran productores de tóxicos, a día de hoy no son aceptados por toda la comunidad científica como tal
4 mamíferos que no sabías que eran venenosos

Escrito por Samuel Sanchez

Última actualización: 09 febrero, 2022

Algunos animales producen toxinas químicas de forma natural, con la función de inmovilizar o matar a sus presas o, en su defecto, para defenderse de posibles depredadores. Históricamente, las toxinas inoculadas mediante colmillos y aguijones se han asociado a reptiles e invertebrados, pero ¿sabes que también existen mamíferos venenosos?

El límite de lo venenoso, tóxico y perjudicial a veces es difuso en el mundo natural, pues el hecho de inocular bacterias patógenas con una mordida a un hospedador no se considera un potencial venenoso, por ejemplo. Para que un veneno animal sea considerado como tal, debe estar compuesto por una o más toxinas y poder ser inyectado en una mordedura y/o picadura.

Por ello, ejemplos como las ranas Dendrobates se consideran tóxicas, pero no venenosas. Son letales si se ingieren, pero carecen de la capacidad de inocular las toxinas de forma voluntaria a sus presas o depredadores. Tras esta interesante reflexión, damos paso a 4 mamíferos que no sabías que eran venenosos. No te lo pierdas.

¿Cuáles son los mamíferos venenosos?

Los venenenos en la clase de los mamíferos son heterogéneos y se han detectado en 3 órdenes diferentes: Monotremata, Chiroptera y Eulipotyphla. También se ha propuesto incluir a algunos representantes del orden Primates en esta categoría, si bien existen algunas discrepancias según las fuentes bibliográficas consultadas.

Teorías evolutivas han postulado que el veneno en mamíferos es raro porque estos animales ya tienen suficientes mecanismos para atacar y defenderse. Por ejemplo, si analizamos a un león, no es difícil darse cuenta que con su dentición y musculatura es más que suficiente para hacer frente a cualquier peligro o desafío.

Puede que un roedor o un lagomorfo (conejo) no sean los animales con más recursos para defenderse físicamente, pero cuentan con un aparato locomotor inusitado que les permite huir de forma eficaz de cualquier peligro. Así pues, la necesidad de una toxina es la clase Mammalia es una rareza. Como excepción a la regla, aquí tienes 4 mamíferos venenosos.

1. Ornitorrinco (Ornithorhynchus anatinus)

Empezamos con un clásico, pues el ornitorrinco es uno de los pocos mamíferos venenosos que han permeado en la cultura popular. Sus toxinas se almacenan en las glándulas crurales, unas estructuras únicas de estos animales que están conectadas a un espolón, localizado en las extremidades traseras de los machos de la especie.

Cabe destacar que tanto machos como hembras nacen con espolones, pero estas lo pierden durante su desarrollo. El macho presenta un pico de actividad en las glándulas crurales durante la época de apareamiento, ya que se teoriza que puede ser un mecanismo para establecer dominancia sobre otros competidores en la etapa reproductora.

Este veneno está compuesto por unos 19 péptidos, moléculas formadas por un número variable de aminoácidos. Según cuentan los que lo han sufrido, el contacto con el espolón del ornitorrinco es extremadamente doloroso, pero al menos no resulta mortal para los humanos.

Un ejemplo de mamíferos venenosos.

2. Vampiro común (Desmodus rotundus)

El murciélago vampiro se considera venenoso, ya que presenta una saliva con múltiples agentes anticoagulantes y proteolíticos. Esto tiene una función evolutiva clara: evitar que la herida del hospedador sane, para que el animal pueda seguir succionando su sangre.

Estos animales se alimentan de la sangre de otros mamíferos, en general de especies ganaderas. Normalmente, esperan a la noche para posarse sobre sus presas y, sin causar mucho revuelo, clavan sus dientes y provocan heridas superficiales. Curiosamente, los vampiros parecen preferir la sangre de hospedadores hembra, seguramente por sus hormonas.

La cara de un vampiro común.

3. Loris perezosos (Nyicticebus)

Los loris perezosos son considerados como el único género de primates venenosos. Estos producen sus toxinas en la glándula braquial, situada al lado de la axila. Los loris mezclan el veneno con su saliva para defenderse de peligros, ya que los depredadores naturales de este animal sienten aversión al compuesto si se exponen a él.

De todas formas, existe cierta controversia sobre si los compuestos de los loris se consideran realmente veneno o no. Su efecto podría ser meramente alérgico y no de naturaleza tóxica, ya que la única muerte registrada por su mordida en el ser humano fue por un choque anafiláctico.

Un ejemplo inusual de mamíferos venenosos.

4. Mamíferos insectívoros

Hace unos años, se utilizaba el orden Insectivora para englobar a múltiples mamíferos de pequeño tamaño, como las musarañas, erizos y topos. A día de hoy esta agrupación está en desuso, ya que muchas especies se han catalogado en nuevos clados acordes a la filogenia.

Como mención de honor, queremos destacar que las 2 especies del género Solenodon son mamíferos venenosos, ya que tienen glándulas salivales modificadas que producen toxinas. Otros antiguos representantes del orden de los insectívoros también tienen salivas tóxicas, como algunas musarañas y topos.

Topos en el jardín.

Como has podido ver, en la naturaleza no abundan los ejemplos de mamíferos venenosos. Producir sustancias tóxicas e inocularlas supone un gasto energético muy alto, así que solo los animales anatómicamente indefensos siguen esta ruta de defensa y depredación tan intrincada.


Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.


  • Whittington, C. M., Papenfuss, A. T., Locke, D. P., Mardis, E. R., Wilson, R. K., Abubucker, S., ... & Warren, W. C. (2010). Novel venom gene discovery in the platypus. Genome biology, 11(9), 1-13.
  • Nekaris, K. A. I., Moore, R. S., Rode, E. J., & Fry, B. G. (2013). Mad, bad and dangerous to know: the biochemistry, ecology and evolution of slow loris venom. Journal of Venomous Animals and Toxins including Tropical Diseases, 19(1), 1-10.
  • Kakumanu, R., Hodgson, W. C., Ravi, R., Alagon, A., Harris, R. J., Brust, A., ... & Fry, B. G. (2019). Vampire venom: Vasodilatory mechanisms of vampire bat (Desmodus rotundus) blood feeding. Toxins, 11(1), 26.

Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.