El tábano bovino: hábitat, características y reproducción

El tábano bovino, como su nombre indica, se avista a menudo cerca de bóvidos como las vacas. No tiene muy buena fama, en parte por los problemas que causa al ganado doméstico y en parte por lo doloroso de su picadura, pues también puede acercarse a los humanos para alimentarse de su sangre.

No obstante, siempre conviene saber todo lo posible acerca del mundo que nos rodea, incluidos los tábanos. Como todos los elementos de un ecosistema, su papel en el mismo es insustituible y se hace necesario conocer cómo interactúa con los diferentes aspectos de su medio. Por tanto, aquí encontrarás una ficha completa sobre su biología básica. No te lo pierdas.

Taxonomía y características

El tábano bovino recibe el nombre científico de Tabanus bovinus, precisamente por la relación de parasitismo que mantiene con animales considerados de granja, como los bovinos, ovinos, caprinos, porcinos y equinos. Los tábanos, en general, constituyen un grupo de dípteros muy numeroso, de cientos de especies, pero el que nos ocupa pertenece a los tabanomorfos, a la familia Tabanidae y al género Tabanus.

Se trata de insectos robustos, de 5-25 milímetros de longitud, con alas fuertes y ojos grandes. Su color varía según la región, moviéndose entre el café, el gris y el verdoso. Los ojos, sin embargo, aparecen con colores metalizados como el verde, el rojo o el morado. También son características las venas de las alas, gruesas y claramente visibles.

Las antenas tienen 3 segmentos, 2 de ellos basales de corto tamaño y un tercero largo y anillado.

Aunque sea difícil de comprobar a simple vista (por el vuelo rápido de estos dípteros), existe dimorfismo sexual. Se observa en la posición de los ojos: el macho es holóptico, es decir, que tiene los ojos colocados de manera contigua. En las hembras, por el contrario, están separados por un espacio, así que son dicópticas.

Hábitat del tábano bovino

Aunque la distribución de este insecto es holártica (es decir, en los continentes boreales y parte de África del norte), se encuentra una mayor concentración de tábanos bovinos y tábanos en general en el Paleártico. Este último incluye Europa, Asia al norte del Himalaya, África septentrional y las zonas norte y central de la península arábiga.

Los biomas donde más se les puede encontrar son los campos de pastoreo, los linderos de los bosques, parques y jardines urbanos. Aguantan altitudes de hasta 2000 metros, pero solo vuelan cuando los días son soleados y calurosos. De hecho, cuando más problemas presentan para humanos y el resto de los animales es precisamente en los meses más cálidos del verano.

Alimentación

La dieta de machos y hembras difiere, ya que su misión como individuos también es diferente. Las hembras son hematófagas (y, por tanto, las únicas que pican) y se alimentan de la sangre de otros animales. La picadura es rápida y dolorosa por el hecho de que su probóscide es de gran tamaño comparada con la de otros insectos, como el mosquito. Si no se la ahuyenta, puede estar succionando sangre hasta 5 minutos y es capaz de atravesar la ropa si se posa sobre un humano.

Los machos, en cambio, se alimentan de polen y néctar de las flores. Su aparato bucal, por tanto, es diferente al de las hembras y se especializa en la succión del néctar de las flores. La boca de las hembras, aunque también incluye una probóscide, incluye dos mandíbulas afiladas para abrir la piel.

Para encontrar alimento, los tábanos se orientan por siluetas y olores, prefiriendo los tonos oscuros. Por eso, si vas de negro, es más probable que una hembra te muerda.

Comportamiento del tábano bovino

Son insectos diurnos, especialmente activos en días soleados y calurosos, pero también en lugares húmedos. Estos medios con agua les permiten beber y desovar en la época reproductora. Su actividad también se incrementa en las horas previas a las tormentas de verano, cuando baja la presión, sube la humedad y hace bochorno.

No suelen revolotear alrededor de los animales que pican, como otros dípteros. Su vuelo es rápido, directo y pican en cuanto se posan sobre la piel o el pelo (o la ropa).

Reproducción

Solo se produce una generación al año del tábano bovino. Además, el número de descendientes nunca es tan grande (de 100 a 1000 huevos) como para provocar infestaciones masivas. El ciclo vital comienza con el apareamiento en pleno vuelo, que acaba sobre el suelo para que la hembra ponga los huevos cerca del agua.

Los machos mueren tras la cópula, por lo que resultan muy difíciles de observar.

A la semana nacen las larvas y estas hibernan hasta el comienzo del verano. Hasta que se convierten en pupas siguen una alimentación carnívora. Cuando llega el momento de pupar, se hunden en suelos más secos para emerger en verano como adultas.

Como ves, los tábanos pueden ser fascinantes, aunque no los queramos cerca por razones evidentes. Aunque se les ahuyente para que no molesten a los animales, lo ideal es no matarlos, pues cumplen un papel importante a la hora de polinizar. Toda vida tiene una misión.