El insulinoma en perros es un tipo de tumor de páncreas poco común, pero con alta tasa de letalidad. Puede afectar a perros de todas las edades, mestizos y de diferentes razas; aunque también ya ha sido diagnosticado en gatos domésticos de edad más avanzada. A continuación, te explicamos qué es el insulinoma y cómo afecta al metabolismo de nuestros mejores amigos.
Insulinoma en perros: que es y cómo se desarrolla
El insulinoma en perros consiste en un tipo de tumor que afecta las células beta del páncreas. Dichas células son las responsables de liberar insulina en la sangre para nivelar los niveles de glucosa.
La formación de una masa anómala en el páncreas altera su principal función, que es regular la liberación de la insulina. El tumor característico del insulinoma ocasiona una hipersecreción de esta hormona: hace que las células beta del páncreas liberen demasiada insulina.
Como consecuencia, el animal presenta un cuadro de hipoglucemia. O sea, el exceso de insulina liberada consume demasiada glucosa presente en la sangre.
Sin embargo, hay que puntualizar que no siempre una masa anómala es maligna y evoluciona hacia un cáncer. En cualquier caso, es fundamental acudir rápidamente al veterinario si reconocemos cualquier indicio de cambio comportamental o metabólico en tu mascota.
Causas del insulinoma en perros
Las causas de los tumores todavía no han podido ser reconocidas por la medicina humana o veterinaria. Además, se ha observado una predisposición genética al desarrollo del insulinoma en perros de las siguientes razas:
- Golden Retriever.
- Labrador Retriever.
- Fox Terrier.
- Bóxer.
- Caniche (Poodle francés).
- Setter irlandés.
La patología fue diagnosticada en perros adultos de diferentes edades, desde los tres hasta los 10años. Ya en los felinos domésticos, el riesgo de insulinoma suele aparecer en edades más avanzadas, a partir de los 12 años. Adicionalmente, se verificó una predisposición en los gatos siameses.
Síntomas del insulinoma en perros
Los síntomas iniciales del insulinoma en perros aparecen debido al cuadro de hipoglucemia crónico. Normalmente, el animal pierde la consciencia y sufre episodios de síncopes, casi siempre acompañados de convulsiones.
Además, el cansancio constante y los desmayos les tornan intolerantes a casi todo tipo de actividad física. Es por ello que algunos animales ganan mucho peso y desarrollan obesidad, por culpa de los trastornos pancreáticos.
El agravamiento de la patología suele provocar también alteraciones neurológicas. El animal empieza a sufrir temblores musculares y suele estar constantemente nervioso o inquieto. A continuación, puede mostrar dificultades de orientación espacio-temporal y de coordinar sus propios movimientos y, en casos más severos, puede sufrir una ataxia.
Es importante aclarar que la hipoglucemia tiene muchas causas y no siempre está asociada a un tumor. Además, algunos contextos de estrés o ansiedad pueden derivar en una caída pasajera de la glucemia.
En cualquier caso, no se deben ignorar estos primeros síntomas, ya que demuestran un desequilibrio en el organismo. Y es que el diagnóstico temprano es fundamental para garantizar un tratamiento eficaz y mejorar la expectativa de vida del animal.
Cuidados esenciales para un perro diagnosticado con insulinoma
Un perro diagnosticado con insulinoma debe tener sus paseos y ejercicios físicos muy bien controlados. También deberá comer a cada tres o cuatro horas para prevenir los síntomas de la hipoglucemia.
En este sentido, su alimentación debe ser repensada para suplir el desequilibrio metabólico y evitar un cuadro de sobrepeso. Es el veterinario quien podrá ayudar en la elección de una dieta adecuada para cada animal.
Pronóstico y tratamiento del insulinoma en perros
Desgraciadamente, la tasa de letalidad del cáncer de páncreas es muy alta, pero el pronóstico depende del avance del tumor, así como del cuadro de salud general del perro. Un tumor moderado en un animal joven y sano tiene posibilidades de ser extraído con una intervención quirúrgica o tratado con sesiones controladas de quimioterapia.
Sin embargo, el pronóstico cambia radicalmente si consideramos el caso de un animal anciano e inmunodeprimido, o si el insulinoma es detectado de manera tardía, cuando ya se produjo una metástasis.
En casos avanzados, el tratamiento químico suele ser poco efectivo y la vida estimada es muy corta. Cabe señalar que pueden ser aplicados analgésicos y terapias paliativas para aliviar el dolor y proporcionar un poco de confort al animal enfermo.
Así, el diagnóstico temprano es determinante para un pronóstico positivo del insulinoma en perros. Como el riesgo de metástasis en muy elevado, la esperanza de vida del perro depende de iniciar rápidamente un tratamiento adecuado.