El buitre negro americano: estado de conservación

A pesar de su nombre, el buitre negro americano no guarda ninguna relación con el buitre negro que habita en España

Buitre negro americano

Los buitres son unas de las aves más imponentes que surcan las alturas. En los cielos y praderas de Estados Unidos y el sur de América el buitre negro americano es uno de los ejemplares más abundantes. En este artículo te contamos más sobre su clasificación, sus características y su conservación.

¿Quién es el buitre negro americano?

La naturaleza –y por tanto la zoología– tiende a llamar o etiquetar de manera similar a animales con un cierto parecido. En el caso del animal que nos ocupa, hay que aclarar una cosa antes de empezar. Seguramente, algunos sabrán de la presencia en el paisaje europeo del gran buitre negro (Aegypius monachus), que recorre algunas zonas montañosas de la península ibérica.

Mas allá de su nombre y de su dieta carroñera, el ejemplar europeo y el americano no tienen más relación. La similitud que presentan ambas especies –con lo lejanas que son– se debe a un fenómeno que en biología se conoce como evolución convergente.

Pero lo cierto es que el buitre negro americano (Coragyps atratus) pertenece a la familia de los catártidos, también llamados buitres del Nuevo Mundo. Esta familia abarca siete especies distintas, todas ellas distribuidas por América.

Coragyps atratus

Este animal tiene una colección de nombres bastante larga, dependiendo de la zona geográfica: es llamado zopilote en Honduras y México, gallote en Panamá o jote de cabeza negra en Venezuela. Actualmente se distinguen hasta tres subespecies de este animal.

Características generales

Estamos ante una rapaz de grandes dimensiones, lo que le da el aspecto de un ave de presa imponente. Por lo general, su envergadura –de ala a ala– suele variar entre los 1,30 y 1,65 metros, y tienen una longitud máxima de 74 centímetros. El peso varía entre machos y hembras, y también puede haber ligeras variaciones entre las subespecies.

El cuerpo de este buitre tiene una piel arrugada y de un color grisáceo oscuro. Esta piel es fácilmente apreciable en la cabeza y el cuello, debido a la ausencia de plumaje. Tal y como indica su nombre, el plumaje de este buitre es de un color negro intenso. En algunas zonas de sus plumas primarias presentan una mancha blanca, que es visible cuando están en pleno vuelo.

Zopilote negro

Estado de conservación el buitre negro americano

A día de hoy, la Union Internacional para la Conservación de la Naturaleza cataloga a esta especie con el sello de ‘preocupación menor’. Esto implica que la población mantiene un nivel estable, así que de momento su desaparición no preocupa.

No obstante, se está empezando a constatar cómo en algunas regiones su número está disminuyendo, y que, probablemente, sea debido a la pérdida de hábitat para nidificar. En algunas regiones de Estados Unidos, la caza, presa o posesión de estos animales está penada por ley. A pesar de esto, muchos ganaderos consideran al buitre negro americano como una amenaza, y es que alegan su acoso sobre el ganado joven.

Hábitat y alimentación

Normalmente, el buitre negro americano prefiere el campo abierto, entremezclado con áreas boscosas o tierras bajas. Suele evitar las zonas de alta montaña, por lo que es relativamente fácil observarlo en bosques húmedos o pantanos. Incluso puede ser avistado cerca de ciudades o pueblos.

Al ser un animal carroñero, este buitre siempre está en busca de carne en descomposición. Para encontrarla, se valen de una poderosa herramienta: la vista. Pueden localizar a sus presas o bien seguir el rastro que otros buitres dejan hasta llegar a la carroña que consumirán; el hábito alimenticio de los buitres es muy importante para el mantenimiento global del ecosistema.

Si la carroña escasea, también puede alimentarse de materia vegetal descompuesta o huevos. En algunas ocasiones, el buitre negro americano es capaz de cazar ganado vivo o ciervos. Este comportamiento, sorprendente para un animal de este tipo, no se ha visto en otros buitres del Nuevo Mundo.

Bibliografía

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  • Ballejo, F., & de Santis, L. J. (2013). Dieta estacional del Jote Cabeza Negra (Coragyps atratus) en un área rural y una urbana en el noroeste patagónico. El hornero28(1), 07-14.
  • Ballejo, F., Fernández, F., & De Santis, L. J. (2012). Tafonomía de restos óseos provenientes de egagrópilas de Coragyps atratus (jote de cabeza negra) en el Noroeste de la Patagonia argentina. Revista del Museo de antropología5(1), 213-222.
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