Diferencia entre endoparásitos y ectoparásitos

Algunos parásitos habitan permanentemente en el interior de sus hospedadores, alimentándose de ellos. Otros solo lo hacen ocasionalmente, desde el exterior.

Una garrapata transmitiendo a Borrelia con su picadura.

Los parásitos son organismos que se aprovechan de los recursos de otros seres vivos para sobrevivir, a menudo produciéndoles daños en el proceso. Esto puede conseguirse de formas muy distintas y, por tanto, hay diversas maneras de clasificar a los tipos de parásitos. Una de las más amplias es la diferencia entre endoparásitos y ectoparásitos.

Desde virus a hongos, insectos y aves de tamaño considerable, miles de organismos actúan como parásitos, pues afectan a hospedadores de todo tipo. Esto incluye a los humanos y sus animales de compañía y, por lo tanto, es muy relevante aprender sobre ellos.

Dentro o fuera: la diferencia entre endoparásitos y ectoparásitos

Como ya hemos indicado, los parásitos «roban» los recursos de sus hospedadores y viven gracias a ellos. Estos recursos pueden ser muy diferentes, como sangre, nutrientes, presas o incluso cuidados parentales.

Además, no todos los parásitos tienen el mismo nivel de dependencia por su hospedador. Mientras que algunos no pueden sobrevivir sin él, otros son capaces de vivir independientemente en el medio, aunque no hayan animales que parasitar.

Acorde al recurso que explotan, a su dependencia por el mismo y al tipo de hospedador, los parásitos han adaptado su modo de vida. Entre endoparásitos y ectoparásitos, la principal diferencia es dónde habitan con respecto al hospedador.

Así, algunos parásitos viven dentro del cuerpo del hospedador: son los llamados endoparásitos. Otros parásitos viven fuera del cuerpo del hospedador, en su superficie. A estos se los denomina ectoparásitos.

También existen algunos parásitos que se insertan en aperturas, así que quedan con parte del cuerpo dentro del hospedador y parte fuera de él. Estos son menos comunes y se denominan mesoparásitos.

La diferencia entre endoparásitos y ectoparásitos es clara.

Características de los ectoparásitos

Los ectoparásitos son más conocidos popularmente, ya que la mayoría de ellos pueden verse a simple vista. Muchos de los más representativos son artrópodos, aunque también hay anélidos e incluso vertebrados ectoparásitos.

Estos seres vivos explotan al hospedador en busca de alimento. Casi todos los ectoparásitos se alimentan de sangre, por lo que reciben el nombre de hematófagos. Otros se alimentan, por ejemplo, de piel u otras estructuras queratinizadas.

Normalmente, los ectoparásitos en sí no suelen provocar perjuicios severos a los hospedadores, aunque la gravedad del estado de salud del infectado suele empeorar con la carga parasitaria. Estos parásitos pueden causar irritaciones, heridas en la piel, anemia, pérdida de peso, necrosis local o desangrado, en algunos casos.

Sin embargo, su consecuencia más problemática es que, a menudo, los ectoparásitos actúan como vectores. Esto quiere decir que pueden estar parasitados a su vez por endoparásitos, que se transmiten al hospedador cuando se alimentan. Dichos endoparásitos, al infectar al hospedador, suelen asociarse a patologías más graves.

Ectoparásitos comunes

A continuación, te mostramos a los ectoparásitos más comunes en el reino animal. Entre los más emblemáticos, encontramos los siguientes:

  • Piojos: insectos de pequeño tamaño asociados a zonas cubiertas de pelo. No saltan y se transmiten por contacto directo. Algunos se alimentan de sangre y otros de piel o plumas. Infectan a aves y mamíferos.
  • Mosquitos: insectos voladores con largas probóscides. Los machos se alimentan de plantas y las hembras de la sangre de vertebrados y otros artrópodos.
  • Garrapatas: arácnidos que se alimentan de la sangre de tetrápodos. Insertan sus piezas bucales dentro del hospedador —quedándose fijadas— y se hinchan a medida que acumulan sangre.
  • Sanguijuelas: anélidos ligados a aguas dulces. Se fijan a sus hospedadores vertebrados con sus ventosas oral y caudal, abren heridas con sus mandíbulas y succionan la sangre.

Características de los endoparásitos

A diferencia de los ectoparásitos, no suelen verse externamente. Muchos de los endoparásitos son microscópicos y los que son lo suficientemente grandes solo alcanzan estos tamaños una vez se desarrollan dentro del cuerpo de sus víctimas. Los virus y bacterias son endoparásitos, así como muchos protozoos, nematodos y platelmintos.

A su vez, pueden clasificarse en parásitos intracelulares, que viven dentro de las células del hospedador, y extracelulares, que viven fuera de ellas. Una gran cantidad de ellos parasitan el intestino o el torrente sanguíneo, pero también pueden encontrarse en otros órganos o imbuidos en tejidos concretos.

Los endoparásitos no solo se alimentan de su hospedador, sino que este es todo su hábitat. Sin embargo, este hábitat es hostil y quiere eliminarlos a toda costa. Por ello, numerosos endoparásitos han perdido órganos que les serían útiles en la vida exterior y han desarrollado una variedad adaptaciones para fijarse y sobrevivir dentro del cuerpo del hospedador.

Mientras que algunos endoparásitos solo producen molestias leves, otros pueden provocar complicaciones severas, con consecuencias permanentes o incluso la muerte, si no se tratan a tiempo.

Endoparásitos comunes

Estos son algunos de los endoparásitos más comunes en el reino animal:

  • Tenias: platelmintos con cuerpos segmentados que ocupan el intestino grueso. Se fijan mediante ganchos o ventosas, absorben los nutrientes y debilitan a su hospedador. Se reproducen liberando secciones del cuerpo llenas de huevos al exterior.
  • Dirofilaria: nematodo que reside en el corazón y arterias pulmonares de perros u otros animales durante su última fase vital. Debido a su lugar de localización, es capaz de producir paros cardíacos.
  • Plasmodium: parásito unicelular que infesta las células sanguíneas de aves, reptiles y mamíferos. Es transmitido por mosquitos y causa la malaria o paludismo.
  • Toxoplasma: protozoo que afecta a los gatos y sus presas habituales, pero que también puede ser transmitido a los humanos. Puede producir alteraciones en el comportamiento de humanos y roedores.

Una tenia en el estómago de un perro.

El parasitismo es una de las estrategias de vida más comunes en la naturaleza y existe prácticamente desde el origen de los seres vivos. Es uno de los motores evolutivos que ha moldeado la vida en este planeta tal y como la conocemos, pero también puede ser peligroso para los humanos y otros seres que los rodean. Es un fenómeno digno de estudiar y comprender.

Bibliografía

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