¿Debo operar los espolones de mi perro?

Los espolones son unos dígitos presentes en canes con muchas funciones biológicas. Por ello, no se deben operar a menos que una patología importante lo amerite.
¿Debo operar los espolones de mi perro?

Escrito por Samuel Sanchez

Última actualización: 30 julio, 2022

Algunas secciones del cuerpo de los canes que antes se consideraban meramente estéticas eran removidas para facilitar la vida de los tutores. Las uñas, parte de la cola e incluso las puntas de las orejas se modificaban sin ningún tipo de remordimiento. Por suerte, a día de hoy estas prácticas son consideradas como poco éticas e incluso ilegales en la mayoría de las regiones.

A pesar de que la extracción de las estructuras caninas (por pequeñas que sean) está más que prohibida, a día de hoy existen dudas con respecto a órganos como los espolones, que a veces parecen traer más mal que bien al animal. En este espacio te contamos si los profesionales deben operar los espolones de tu perro y extraerlos o si, por el contrario, necesita mantenerlos durante toda su vida.

¿Qué son los espolones de los perros?

Los espolones, conocidos como dewclaws en inglés, son unos dígitos (dedos) presentes en varias especies de mamíferos, aves y reptiles. Estas estructuras suelen crecer a cierta distancia del resto de la pata, hasta el punto que en animales digitígrados (que apoyan los dedos al andar) y ungulígrados (que apoyan solo las puntas de los dedos) no tocan el suelo durante la locomoción.

Los espolones son homólogos al dedo pulgar del ser humano. En canes, estos están presentes en las extremidades delanteras y lucen como una especie de gancho pequeño en la cara interna de la pata. Dicho de forma sencilla, serían el “quinto dedo” que permanece oculto entre el pelaje. Se encuentran alejados de las almohadillas digitales y el centro de la extremidad, pero son visibles si se presta atención.

A diferencia del resto de dedos, los espolones están compuestos por 2 huesos en vez de 3. De todas maneras, y al igual que cualquier otro dígito, cuentan con un suministro nervioso, muscular, sanguíneo y locomotor para mantenerse unidos al resto de la pata. No verás a un can mover su espolón, pero esto no significa que no esté inervado y vascularizado.

Además, cabe destacar que la forma y la firmeza de los espolones varía según la raza. Muchos perros tienen uno en cada pata delantera y este está bien anclado, mientras que otros presentan espolones traseros o dobles bastante más flojos e inestables. La funcionalidad de estos últimos aún no ha sido descubierta.

Algunos caninos carecen de espolones, pero los perros domésticos sí que los portan en las patas delanteras. No se deben confundir con las almohadillas metacarpales.

El espolón de un perro sobre un fondo blanco.
Los espolones se encuentran alejados del resto de dígitos del can.

¿Tienen los espolones alguna función?

Para responder a esta pregunta, debes tener en cuenta que nada se deja al azar en el ambiente salvaje. La selección natural favorece la permanencia de los caracteres útiles y se deshace de los deletéreos, razón por la cual rara vez hay órganos vestigiales en los animales. El humano es una excepción a esta regla, ya que no nos regimos por los mecanismos típicos de supervivencia.

Las muelas del juicio y algunos músculos de la oreja parecen vestigiales en humanos. 

Cuando los perros corren, sus patas delanteras suelen doblarse lo suficiente como para que los espolones toquen el suelo. Esto le otorga a la extremidad una mejor capacidad de tracción y supone un punto de apoyo para estabilizar las articulaciones de la pata. Por ello, se considera útil durante la locomoción.

Más allá de la carrera, los canes también utilizan los espolones para manipular mejor las comidas grandes (como un hueso), para escalar ciertas superficies rugosas (como los árboles) y para agarrarse a elementos en momentos de peligro (como una caída al agua, por ejemplo). Estas estructuras están firmemente unidas al resto de la pata y ayudan mucho a la sujeción.

¿Puedo operar los espolones de mi perro?

Como puedes ver, los espolones reportan mucha utilidad en el mundo canino, sobre todo si hablamos de los firmes y delanteros. Por ello, no se recomienda su extracción a menos que sea necesario y lo indique un profesional en medicina veterinaria.

Esta práctica es legal a día de hoy, aunque algunas personas la consideran como una mutilación al nivel de la desungulación o el corte del rabo. Se suele practicar antes de los 5 días de vida del can, previo a que este abra los ojos del todo. Aunque sea un procedimiento muy poco invasivo, se deben utilizar anestésicos locales específicos para evitar que el cachorro presente dolor.

Algunas personas tienen miedo de que las estructuras queden enganchadas en algún telar o lugar comprometido. Por ello, deciden operar los espolones del perro a pesar de que no reporten ningún dilema sanitario evidente. Este acto solo se aconseja en los ejemplares que presentan espolones traseros o dobles, pues están menos fijos a la pata y sí tienden a dar más problemas a largo plazo.

También se pueden extraer los espolones de un ejemplar adulto con daños mínimos. De todas formas, casi nunca es necesario.

¿En qué casos sí que hay que operar los espolones en el perro?

En contadas ocasiones sí que se recomienda extirpar los espolones del can, sobre todo si aparece una masa tumoral o una infección muy grave a su alrededor. De todas formas, únicamente el veterinario podrá establecer si este es el caso y cómo actuar en el posoperatorio. Nunca tomes la decisión de hacerlo por ti mismo o empeorarás aun más el cuadro de tu mascota.

Un ejemplo entre la artritis y la artrosis canina.

Un procedimiento casi siempre innecesario

Los espolones no son vitales para la vida del perro, pero sí le ayudan a correr, a sujetar objetos y a escalar ciertas superficies. Por ello, te recomendamos que no se los extraigas a tu animal a menos que sea necesario y lo indique un profesional. Recuerda que nunca se debe intervenir a un animal por cuestiones estéticas o utilitarias.

Si tienes miedo de que estas estructuras puedan quedarse incrustadas en alguna superficie, aprovecha para realizar los cortes pertinentes de uñas siempre que estas sean largas (lo que incluye a los espolones). Esta es una solución más barata y ética que someter al cachorro a una operación en un momento tan delicado de su vida.


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