Las curiosidades de los opiliones son muchas, pero por desgracia, gran parte de la población general no conoce la existencia de este grupo. “Arañas patudas”, “pelos de sobaco”, “tanganas”, “pinacates”, daddy longlegs en inglés y otros muchos denominativos designan a estos enigmáticos invertebrados, que son arácnidos pero no forman parte del grupo de las arañas.
Más allá de las tarántulas, las arañas típicas y los ácaros, existen varios grupos de arácnidos que no han recibido mucha atención en el ámbito de la zoología, ya sea por su dificultad de estudio o por su diversidad taxonómica reducida. De todas formas, esto no quiere decir que no merezcan ser conocidos: acompáñanos y descubre 10 datos increíbles sobre los opiliones.
1. Un grupo muy grande
Los opiliones son arácnidos (clase Arachnida), por lo que comparten grupo con arañas, solífugos, vinagrillos, escorpiones, garrapatas y ácaros. De todas formas, a nivel taxonómico se escinden en su propio orden, Opiliones. Existen unas 6500 especies de estos invertebrados repartidas por el mundo, curiosamente más que los escorpiones (representados por unas 2500).
Los opiliones son muy diversos y han colonizado una gran variedad de ambientes, pero por su pequeño tamaño han sido menos estudiados que otros arácnidos. Parece ser que los ácaros son sus parientes más cercanos, si bien por su morfología casi siempre se confunden con arañas.
Los opiliones son arácnidos, pero no arañas.
2. Son (casi) todo patas
Una de las curiosidades de los opiliones que salta a la vista es el tamaño de sus patas. Estos arácnidos son conocidos por el porte excepcional de sus extremidades, pero algunas especies las presentan mucho más pequeñas y tienen una sección corporal más evidente. Sea como fuere, todas ellas portan un cuerpo dividido en un prosoma (cefalotórax) y un abdomen, compuesto a su vez por 10 segmentos.
Los opiliones son fácilmente diferenciables de las arañas por una característica que salta a la vista: la conexión entre el prosoma y el abdomen es muy ancha. Por esta razón, parece que su cuerpo es una unidad rechoncha y única, mientras que los miembros del orden Araneae sí que presentan una “cintura” entre cabeza y región abdominal.
3. Las particularidades del prosoma
El prosoma es especialmente interesante si hablamos de la morfología de los opiniones, pues de él nacen las patas, el sistema nervioso central, los órganos alimenticios, las glándulas defensivas y los ojos. Más allá de sus 4 pares de extremidades marchadoras, estos arácnidos destacan por sus quelíceros, situados en la boca y muy similares a las pinzas de un cangrejo.
Después de los quelíceros, también se presentan en el prosoma unas estructuras muy singulares, denominadas pedipalpos. Estos son parecidos a las patas marchadoras y se encargan de facilitar el sentido del tacto, la depredación y la reproducción. El resto de arácnidos también cuentan con estas estructuras, pero son distintas.
4. Seres de oscuridad y agregación
Otra de las curiosidades de los opiliones es que son típicos de hábitats húmedos y oscuros, como cuevas, troncos huecos o espacios entre construcciones humanas. Tienden a congregarse en grandes grupos, pues por ejemplo, los miembros del suborden Eupnoi se agrupan en números de hasta 7000 ejemplares en espacios muy reducidos.
Debido al cambio climático, algunos opiliones están en riesgo, ya que la humedad se reduce en su ambiente.
5. Los arácnidos que rompen la regla alimenticia
Todas las arañas y escorpiones son depredadores sin excepción. Sin embargo, los opiliones destacan en este ámbito por su omnivoría, ya que se alimentan de insectos, material vegetal y restos de hongos. Tal y como indica la Sociedad Entomológica Aragonesa (SEA) se ha visto como algunas especies se nutren incluso de heces de mamíferos y aves pequeñas.
Aunque no es común, algunas especies de opiliones son exclusivamente depredadoras. Es el caso de Ischyropsalis hellwigii, que se ha especializado en consumir únicamente caracoles y babosas vivos. Estos representantes portan unos quelíceros mucho más desarrollados, con el fin de poder sujetar y despiezar a sus presas.
6. Unos arácnidos con técnicas de caza limitadas
La visión de los opiliones no es buena, ya que no pueden formar imágenes. Incluso, algunas especies de cuevas han perdido sus aparatos oculares por completo. Para cazar, estos invertebrados utilizan sus patas y pedipalpos como “antenas” rudimentarias para tantear el terreno. Esperan a que su presa pase por delante de ellos y la atacan, pues rara vez persiguen a sus víctimas de forma activa.
La complejidad del aparato ocular de los opiliones está relacionada de forma directa con la cantidad de luz de su ambiente.
7. Unos arácnidos con muchas defensas
Aunque carezcan de técnicas de ataque sofisticadas, los opiliones deben defenderse de muchísimos depredadores, como arañas, anfibios, mamíferos pequeños, aves y reptiles. Estos son algunos de los métodos que utilizan para poder sobrevivir un día más:
- Cripsis: algunos opiliones presentan patrones crípticos de color que impiden a los depredadores distinguir su cuerpo del fondo. Además, sus tonalidades oscuras suelen servir como método de camuflaje cuando se desplazan por los suelos.
- Aposematismo: algunas especies muestran colores muy vivos y tonos metálicos. Con estos patrones cromáticos tratan de advertir a posibles depredadores de que son peligrosos.
- Tanatosis: diversas especies de opiliones se hacen las muertas cuando se ven totalmente rodeadas por un depredador.
- Autotomía: se ha detectado que estos arácnidos pueden deshacerse voluntariamente de una pata si esta es agarrada por un depredador.
8. Crean vida de la nada
Otra de las curiosidades de los opiliones que merece atención es que algunos de ellos son partenogenéticos. Esto quiere decir que la hembra es capaz de dar lugar a descendencia con un juego cromosómico completo sin necesidad de ser fecundada por un macho. Es un mecanismo bueno y malo a la vez, pues facilita la expansión de la especie pero toda la descendencia es genéticamente igual al parental.
9. Los opiliones son más románticos de lo que parece
A pesar de la partenogénesis, cabe destacar que la mayoría de opiliones se reproducen de forma sexual. Los machos copulan de forma directa con las hembras y, además, muchas veces les ofrecen secreciones de sus quelíceros como regalos nupciales para convencerlas de su valía como padres. Incluso, en ocasiones el padre guarda a la hembra durante su gestación y defiende territorios de forma activa.
El tiempo desde la cópula hasta la aparición de prole es muy variable, pues algunas especies tardan en poner los huevos unas pocas horas, mientras que otras se demoran hasta varios meses después. El nacimiento de las crías depende de las condiciones ambientales y va desde los 20 primeros días tras la puesta a más de medio año.
10. Son animales completamente inofensivos
Como última de las curiosidades de los opiliones, queremos destacar que son inofensivos y jamás atacan a los seres humanos. Sus quelíceros carecen de la fuerza necesaria para traspasar nuestra piel, pero además, no portan glándulas productoras de veneno y no inoculan toxinas con sus mordidas.
Por esta razón, si ves un opilión en tu garaje o en tu bodega, lo mejor que puedes hacer es dejarlo tranquilo. Él te está ayudando, pues se alimenta de los insectos indeseados de tu hogar sin causarte ningún tipo de molestia. A pesar de su aspecto extraño y desconocido, estos arácnidos merecen todo el respeto del mundo.
Bibliografía
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- Opiliones, Sociedad Entomológica Aragonesa. Recogido a 19 de agosto en http://sea-entomologia.org/IDE@/revista_17.pdf