Cuidados y crianza de la gallina polaca

La gallina polaca es una raza única en su especie, tan llamativa como elegante. Sus cuidados no son sencillos y no son buenas aves ponedoras, así que hay que pensárselo bien antes de adquirir ejemplares.

La cabeza de una gallina polaca.

Ya sea por la corona de plumas que adorna su cabeza o por lo desconocido de su origen, la gallina polaca es una raza muy valorada. A pesar de su nombre, se cree que la procedencia de esta ave doméstica está en los Países Bajos y que proviene de alguna raza antigua, traída al continente por los mongoles.

Su rasgo más característico, la corona de plumas, puede suponer un problema. En ocasiones, esta es tan larga que le impide al ave una correcta visión, lo cual podría derivar en comportamientos anormales. En las siguientes líneas, descubrirás más curiosidades sobre esta raza de gallinas y sus cuidados.

Orígenes de la gallina polaca

Con orígenes desconocidos, se piensa que esta gallina apareció en los Países Bajos, debido a las leyendas sobre ella y por su nombre. Aunque parezca que tiene algo que ver con el país, el apelativo de ‘polaca’ puede derivar de la palabra del holandés antiguo pol, que significa cabeza o cima, por el peculiar cráneo de estas aves.

Se calcula que esta raza ya existía desde el siglo XVI, pero llegó a América hasta 1830. Desde ese momento, se comenzaron a convertir en una gallina famosa por su belleza, de manera que fue incluida como una raza oficial de la American Poultry Association.

Características de la gallina polaca

La gallina polaca es una raza de pollo europea, muy conocida por su característica cresta en forma de ‘V’. De cualquier modo, en la mayoría de los casos, este rasgo diferencial queda oculto por la espectacular corona de plumas que porta. Tienen un tamaño mediano con pesos de entre 2.5 y 1.5 kilogramos, de manera que tanto su pico como su barbilla también son bastante cortos.

El hueso del cráneo de la gallina polaca tiene una protuberancia significativa, que le da a la cavidad craneana un aspecto de bóveda —si fuera vista desde dentro—. Esta región, a pesar de estar bien osificada, es muy fina, por lo que cualquier golpe o incluso el picotazo de otra gallina podría causar serios problemas neurológicos en el ave.

De hecho, existe una lesión bien documentada en la raza, conocida como ‘cuello torcido’. Aunque es más habitual verla durante el incorrecto desarrollo de embriones de pollos, ciertos daños cerebrales pueden provocar este síndrome neurodegenerativo, que impide al animal colocar el cuello de forma correcta —e incluso andar—.

A pesar de que en el pasado eran utilizadas como aves ponedoras, hoy en día son famosas aves de exposición. Tienen un cuerpo bastante largo y les gusta mostrarse erguidas. Con respecto al color del plumaje, la raza es aceptada en una gran variedad de tonalidades.

Variedades del plumaje

El plumaje de esta gallina es bastante denso y vistoso, pues la combinación de sus patrones de color es diferente del que se esperaría de cualquier otra raza. Se piensa que los primeros ejemplares presentaron plumas blancas puras, pero en la actualidad existen diferentes variaciones increíbles. Algunas de ellas son:

  • Blanco crestado.
  • Plateado cordón.
  • Cordón rojo.
  • Blanco, negro.
  • Crestado azul.
  • Cordón dorado.
  • Cordón buff.
  • Negro crestado.

Una gallina.

Comportamiento de la gallina polaca

La gallina polaca es bastante dócil y fácil de domesticar. Sin embargo, en un inicio podrían llegar a percibirse como una raza nerviosa, inquieta y activa. Esto se suele relacionar con su falta de visión, pero al acostumbrarse a convivir con su tutor, este comportamiento errante desaparece de manera progresiva.

Es importante ofrecerle un entorno tranquilo y sin ruidos fuertes que las molesten, pues los ambientes caóticos podrían ocasionar que regrese su nerviosismo. Además, esto le podría ocasionar demasiado estrés y perjudicar su salud a largo plazo.

Cuidados de la raza

La gallina polaca es un ave con requerimientos exigentes y altas necesidades de mantenimiento. Esto se debe a su cresta de plumas, que es un lugar ideal para el desarrollo de hongos, bacterias, piojos y ácaros.

Por ello, debe hacerse una revisión cada poco tiempo y de manera regular. Solo así se podrá detectar cualquier indicio de parásitos externos y detenerlo, antes de que se convierta en una grave infestación. Además, es necesario evitar a toda costa mojar al ave, pues su denso plumaje podría guardar la humedad y dejar que la infecten hongos o bacterias.

Otra vez, debido a la cresta de plumas, hay que tener especial cuidado con los ojos. Al ser estas tan largas, pueden introducirse en los ojos y provocar irritación. En casos más graves, puede desarrollarse una conjuntivitis e incluso perforaciones o úlceras. Además, si las plumas se mojan, se debe tener cuidado especial con sus pabellones auditivos, pues las bacterias y los hongos suelen producir otitis.

También relacionado con los ojos y la cresta, esta última puede impedir o dificultar la visión de la gallina. Al verse afectado el sentido más importante de las aves, se recomienda colocar el comedero y bebedero en un mismo sitio y nunca moverlo.

A pesar de no existir ningún problema por recortar las plumas de la cresta en la gallina polaca, esto tiene poco sentido. Al ser aves de exposición, perderían todo su atractivo. No obstante, se puede recoger las plumas en un coletero para que la gallina vea y a la vez mantenga sus plumas. Eso sí, nunca debe apretarse la coleta, pues se podría irritar la piel.

Un corral para la gallina polaca

La gallina polaca parece vivir mejor en corrales cerrados. Estos son muchos más seguros, ya que el ave sabe dónde encontrar todo lo que necesita y no existe el riesgo de perderse. Por la falta de visión, es muy fácil que el animal se aleje y luego no sepa cómo volver.

Si es mantenida en libertad y se pierde, la gallina entrará en pánico al no lograr encontrar el camino de regreso. Sin embargo, no todas las gallinas son así y muchas no tienen problemas para vivir en libertad. Como en otras muchas cosas, es más bien una cuestión de individuo.

Por último, del mismo modo que se revisa la cresta de plumas, hay que inspeccionar el corral para evitar la proliferación de ácaros y piojos. Las aves se desarrollan mucho mejor en entornos limpios, independientemente de la raza y especie.

Un aspecto que debes cuidar mucho es la ventilación y la temperatura de su hábitat, puesto que estas gallinas son muy sensibles al frío. De preferencia, deja un espacio de su corral bien cubierto e impermeable al agua para que pueda mantenerse caliente. También se podría optar por usar un calentador, aunque esto último necesita regularse bien para asegurar que no suba ni baje mucho la temperatura.

Alimentación

La alimentación de la gallina polaca se basa principalmente de vegetales verdes y cereales. No obstante, requieren de cierta cantidad de proteínas, las cuales solventan al consumir insectos y gusanos de la tierra. Esto último no se les suele ofrecer de manera directa, sino que los ejemplares escarban la tierra para encontrarlos por su cuenta. Al final, su dieta no difiere mucho del de otras razas de gallinas.

Cría y puesta de huevos

Si se desea que la gallina polaca ponga huevos para consumo, se debe elegir una buena línea. No obstante, la puesta de huevos es muy variable y nunca constante. Por ello, si solo se quieren gallinas ponedoras, es mejor elegir otra raza.

Estas gallinas ponen una media de 150 huevos al año, pero rara vez los empollan. Así, para criar gallinas polacas, es necesaria una incubadora eléctrica, donde la prole pueda desarrollarse sin atención materna.

Una gallina polaca en el campo.

La gallina polaca no es una raza apta para todo el mundo, pues requiere cuidados constantes para mantener el plumaje. No obstante, si se desea tenerla como mascota, será una gran compañera con mucha personalidad. Son aves atrevidas, simpáticas y cariñosas, como el resto de gallinas.

Bibliografía

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