Aunque al salir están limpios, guapos y frescos, hay perros que lo pasan mal en la peluquería. Si tu perro llora, se estresa e intenta huir, puede ser tu caso. Te damos unos cuantos consejos para hacer que la experiencia sea un poco más llevadera.
Perros que lo pasan mal en la peluquería
A ojos de perro, la peluquería es un sitio muy extraño: una persona desconocida les toca todo el cuerpo, les acerca instrumentos extraños como las tijeras o la maquinilla. Les levantan la cola, les tocan dentro de las orejas, los mojan y los frotan y, para terminar, el secador provoca una sensación muy incómoda y ruidosa.
Por eso, es comprensible que haya perros que lo pasan mal en la peluquería. Cada perro reacciona de una manera, pero lo más habitual es que se echen a temblar de miedo, intenten huir o quieran atacar a la peluquera para defenderse. Pero la experiencia no tiene por qué ser tan desagradable y podemos intentar minimizar el mal rato con estos consejos:
Identificar qué es lo que le hace pasarlo mal
Lo primero que debemos hacer es identificar cuál es la experiencia que hace tan traumático el paso por la peluquería. Si esta experiencia es prescindible, con eliminarla gran parte del problema estaría solucionado.
Por ejemplo, hay gente que se queda en la peluquería esperando a que terminen de bañar a su perro. Sin embargo, la presencia del dueño hace que el animal se ponga más nervioso: con que el dueño salga del local o se aparte de la vista, gran parte del estrés desaparece. De la misma manera, hay perros que no quieren quedarse a solas con la peluquera: si nos quedamos ese rato, el perro lo pasa mejor.
En muchos de los perros, el gran miedo dentro de estos locales es el secador: el aire caliente provoca una sensación desagradable en la piel, unido al gran estruendo que hacen muchos de ellos. Si le pides a la peluquera que deje de usar el secador, y dais un buen paseo tras el baño para que se seque bien, estarás evitando su mayor fuente de estrés.
Quizás puede ser que al perro no le gusta que lo manipulen y le toquen debajo de las patas o le levanten las orejas. En casa, mediante juegos, premios y caricias puedes ir demostrándole poco a poco que no es malo que le toquen. Desde luego, si en toda su vida solo la peluquera le ha levantado las patas y tocado los deditos, ¡claro que no le va a gustar cuando se lo haga!
En cambio, hay perros que lo pasan mal en la peluquería pero solamente por acudir y entrar. Incluso, cuando reconocen que van por la calle de la peluquería se frenan, intentan escapar o se niegan a caminar. En estos casos, para rebajar la carga negativa de este lugar se pueden hacer otras cosas:
- No vayas por esa calle solamente para ir a la peluquería. Incorpora esa calle en los paseos habituales, solamente para pasear por ella. Las primeras veces no querrá entrar por ella: no le fuerces. Ve ganando metros poco a poco, con paciencia, sin reñirle y respetando cuando decida dar marcha atrás.
- Empieza a generar experiencias positivas en esa calle: enséñale un juguete que le guste, tírale premios en el suelo, anímale y alábale cuando decida caminar por ella.
- Cuando la calle no sea un problema, entra en la peluquería a hacer otras cosas, también agradables: podéis entrar solo para darle un premio o para saludar a la peluquera.
Con estos pasos y un poco de paciencia, la ansiedad relacionada con el lugar disminuirá. Junto a ella, el resto de nerviosismo, miedo o ansiedad de pasar por una bañera también se rebajarán.
Estos son solo unos pocos ejemplos de las cosas que les ocurren a los perros. Cada animal es único y nadie lo conoce mejor que su familia humana: observa a tu mascota, comprueba cómo reacciona a las situaciones para poder llegar al motivo que le hace pasarlo mal para poder eliminarlo o apaciguarlo.
Peluquería en casa
Si el problema del perro es el local de la peluquería, el olor de los otros perros o el sonido de otros secadores funcionando, se pueden hacer las sesiones de peluquería en casa. Hay peluqueras profesionales que pueden hacer visitas a domicilio o puedes aprender a bañar a tu perro en casa.
El baño en casa se hace dentro de un ambiente conocido y tranquilo. Además, es más fácil adaptarlo al ritmo del perro para no estresarlo todavía más. Así, se evitan los lugares desconocidos, los olores extraños y la presencia de otras personas o animales que provoquen nerviosismo o miedo.
Peluquería de bajo estrés
En algunas ciudades están surgiendo peluquerías de bajo estrés. En estos lugares, las peluqueras conocen el lenguaje de los perros y, por lo tanto, entienden si están cómodos o nerviosos: saben cómo ayudarles a tranquilizarles y les dedican el tiempo que necesiten en su baño o su corte de pelo.
Investiga si tienes alguna peluquería de estas características cerca y habla con sus responsables para saber si se adaptarían a tu perro. Prueba si ese lugar le gusta más o sigue reaccionando con mucho nerviosismo.
Aunque bañar con mucha frecuencia a los perros es malo para su pelo, y que hay algunas razas de perro a las que no se les debe cortar el pelo, hay perros que lo pasan mal en la peluquería. Sigue estos consejos para hacer este trámite un poco más llevadero para tu mascota.