6 consecuencias del sarro en perros

La aparición de sarro en perros es algo común, pues su boca entra en contacto con muchas superficies poco higienizadas. Aun así, si no se elimina, puede causar enfermedades serias.
6 consecuencias del sarro en perros

Escrito por Samuel Sanchez

Última actualización: 24 diciembre, 2020

La salud dental de los canes domésticos es algo a lo que algunos tutores suelen prestar poca atención. Muchos creen que estos animales, por su condición «asalvajada», no requieren un cuidado y limpieza dental exhaustivos. Nada más lejos de la realidad, pues las consecuencias del sarro en perros pueden llegar a ser graves.

Por excesivo que parezca, múltiples portales veterinarios recomiendan lavar los dientes de los perros diariamente. Se ha demostrado científicamente que esto reduce mucho las probabilidades de aparición de enfermedades bacterianas y la inflamación de encías (gingivitis), entre otras muchas patologías.

¿Qué es el sarro?

Tal y como indican portales especializados en la salud dental, el sarro se define como la placa dental que se ha endurecido por la precipitación de los minerales en la saliva y el líquido gingival. El sarro bucal está compuesto por materia orgánica e inorgánica, pero la última es predominante —hasta un 60 % del total—.

Este material proporciona a la placa dental formada por bacterias una superficie más extensa por la que crecer, lo cual puede derivar en una serie de enfermedades leves y graves tanto en canes como humanos. Así pues, el sarro no solo se trata de una cuestión estética, pues puede comprometer la salud de quien lo presenta.

Sarro en la boca de un perro.

¿Cuáles son las consecuencias del sarro en perros?

La formación de sarro no solo compromete la higiene bucal del can, pues puede traducirse en ciertas enfermedades sistémicas en los casos más graves. A continuación, te mostramos las 6 consecuencias del sarro en perros.

1. Halitosis

El mal aliento en perros es algo muy común, sobre todo en canes en edad senior. Que el olor bucal de un perro nos resulte extraño es totalmente normal, pues estos animales están en contacto estrecho con heces, materia en descomposición y otros elementos orgánicos que, para el ser humano, resultan cuanto menos desagradables.

Aun así, cuando el aliento recuerda a un alimento podrido o al hedor de un basurero, seguramente algo vaya mal en la salud bucal del can, sobre todo si es joven. Muchas veces estos olores fuertes provienen de colonias bacterianas que se han asentado en la boca del perro y están pudriendo sus huesos y tejidos mucosos orales.

2. Gingivitis

La gingivitis se define como la inflamación de la mucosa oral, lingual o zona orofaríngea del perro. Esto provoca en el animal la aparición de úlceras bucales, una salivación excesiva e incluso dificultad para comer.

Cuando un can presenta sarro, en las encías se acumulan bacterias que pueden ser patógenas. Estas liberan toxinas, lo cual provoca daños en los tejidos adyacentes. El sistema inmune del animal reacciona a estas lesiones y envía glóbulos blancos al lugar de la infección, proceso por el cual se genera la inflamación característica en las encías.

3. Periodontitis

Si no se trata la gingivitis con presteza, aparece la periodontitis. En este caso, la inflamación de las encías es mucho más grave, pues viene acompañada de una degeneración de los huesos y estructuras de sostén alrededor de los dientes del can. Este proceso se puede controlar pero no reparar por completo, pues el daño óseo ya está hecho.

Es la causa de enfermedad dental más común en perros, pues portales veterinarios estiman que el 80 % de los canes domésticos presentan esta patología u otras similares a partir de los 2 años de edad. La halitosis o mal aliento es el primer signo clínico detectable de la periodontitis, pero puede desembocar en patologías mucho peores si no se trata.

4. Pérdida de dientes

Este proceso se encuentra completamente ligado a la periodontitis, pues las bacterias orales patógenas provocan la degeneración de los dientes y sus soportes. Las fracturas dentales pueden ser complicadas o no complicadas, dependiendo de si se exponen nervios y capilares sanguíneos tras la lesión.

Los síntomas más comunes tras la pérdida o rotura de un diente en el can son dolor, malestar y sangrado cerca de la estructura comprometida. Si no se trata esta lesión, puede derivar en una infección sistémica.

5. Endocarditis

La endocarditis es una infección del endocardio, el tejido que recubre las partes internas de válvulas y cavidades del corazón. Por extraño que parezca, las bacterias que proliferan de forma descontrolada en la boca del perro pueden acceder al torrente sanguíneo (bacteriemia) y, de ahí, migrar tejido cardíaco y asentarse en él.

Esto se traduce en síntomas como letargia, anorexia, pérdida de peso y debilidad en el animal. También se puede observar dificultad respiratoria, aumento de la presión arterial y fiebre intermitente. Si no se trata con antibióticos, un perro con endocarditis puede llegar a fallecer.

6. Fallos renales y hepáticos

Las bacterias que entran a la sangre tras una periodontitis también pueden migrar al hígado y los riñones. Esto se traduce en fallos renales y hepáticos que conllevan una sintomatología amplia, dependiendo del lugar de infección y la gravedad de la misma.

Una veterinaria limpia los dientes de un perro.

Como podrás ver, las consecuencias del sarro en perros van mucho más allá del mal aliento. Las colonias bacterianas que se asientan por una mala higiene bucal pueden causar la caída de dientes, gingivitis e, incluso, enfermedades sistémicas graves.

Por ello, lo ideal es cepillar los dientes del can todos los días, sin excusas. Si esto no se puede hacer por cualquier razón, existen productos que promueven la higienización oral del can sin que tenga que realizarse un cepillado como tal.


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