Comprar perros en vez de adoptar
Desde muy pequeños –a través de las vitrinas, rejillas, puertecitas e incluso corrales– hemos sido cautivados por enormes ojos cristalinos, llenos de amor, pero más que todo con deseos de ser amados. El comprar perros en vez de adoptar no pasaba por nuestras mentes, ya que no éramos conscientes del daño que allí ocurría.
Es natural para el ser humano sentir empatía por otro ser vivo. En el fondo sabemos que esos sonidos son de sufrimiento, aunque no nos detengamos un instante a pensar el por qué del estado del cachorro. Lo único que nos importa es comprar al perro y brindarle nuestro cariño.
¿De dónde vienen los cachorros?
Sin darnos cuenta somos parte de una cadena de sufrimiento oculta tras el negocio de la venta de crías caninas… ¿Alguna vez te preguntaste de dónde venían estos pequeños? En el caso de Europa, muchos provienen de criaderos inexpertos de países del este como Eslovaquia y Hungría.
Estos lugares, mantenidos en el tiempo por la compra de perros a lo largo del continente, se dedican a la procreación de cachorros de buena raza (un producto).
Para tener este producto se utilizan como ‘máquinas industriales’ a las madres, las cuales son confinadas a espacios reducidos con una alimentación deficiente, y propensas a las infecciones y deshidratación.
Camada tras camada, las hembras se vuelven una simple maquinaria atrofiada por la falta de movimiento, cuya única función es mantener viva la producción mientras poco a poco se desgastan.
A estos criadores lo que más les interesa es el dinero, de ahí que excedan la capacidad de las madres, sin importar si se destrozan sus órganos reproductivos, o si esta muere en el proceso.
Expertos en la materia recomiendan intercalar entre los celos de la hembra para realizar el cruce. Sin embargo, debido a la falta de control e inexistencia de leyes que regulen el funcionamiento de dichos establecimientos, la mayoría de estas madres se ven perjudicadas física y psicológicamente.
Crías con problemas de salud, virus y depresión son algunas de las consecuencias de tratar como objetos a estos seres injustamente maltratados. Su existencia está destinada a un fin específico y al no poder cumplirlo terminan siendo sacrificadas y sustituidas inmediatamente.
Comprar perros en vez de adoptar nos hace contribuyentes de esta cadena de producción, aún sin que lo tengamos claro. De esta forma, se están perjudicando y violando los derechos de los animales que son mantenidos allí a la fuerza y de los que están por nacer.
Crianza, traslado y venta
A las cinco o seis semanas de nacidos los pequeños son destetados y llevados a cuartos oscuros, donde son colocados en cajas plásticas o jaulas repletas de papeles para absorber sus desechos. Allí también tienen su alimento e hidratación, lo que contribuye al contagio de virus e infecciones.
Comprar perros en vez de adoptar se ha vuelto un negocio con alta rentabilidad, hasta el punto de que anualmente se importan desde los países del este –a un solo destino– más de 200 000 cachorros al año.
Los viajes tienen una duración de más de 72 horas, solo parando en las tiendas de animales a lo largo de la región, quienes hacen sus pedidos a los ‘distribuidores’. Entre 150 a 200 perritos son hacinados en furgonetas dentro de jaulas apiladas unas sobre otras.
Entre las jaulas, existe una tira de papel absorbente, el cual es el único agente que ‘detiene’ el paso de la orina y heces que caen a lo largo del recorrido desde los niveles superiores, lo que deja claro que comprar perros en vez de adoptar fomenta el maltrato animal.
No existen paradas para que los cachorros puedan estirar las piernas, inhalar aire fresco o recibir la luz del sol; tampoco la hidratación y la alimentación son monitoreadas cada cuatro horas como está recomendado. Aún son demasiado pequeños para ser sometidos a tanto estrés y, a pesar de ello, llevan certificados –falsos– de higiene y salud.
La alta demanda de perros de raza promueve este tipo de tratos. Los criadores (o perreros como son llamados en algunos países) ponen ante la vida el lucro del negocio, e incluso niegan que esas condiciones coloquen en riesgo el estado físico y psicológico de los perros.
Tiendas de animales, páginas virtuales e incluso espacios clandestinos promueven la venta de cachorros, en muchos casos enfermos, dopados por cócteles de antibióticos mientras son adquiridos. Contra el parvovirus o el moquillo luchan constantemente los dueños de los pequeños, quienes a veces no resisten y mueren en pocos días.
Adoptar salva vidas
Los refugios de animales ofrecen calidez, bienestar y afecto a perros abandonados, en su mayoría por no ser de raza. Mientras, muchos de nosotros aún fomentamos el negocio de comprar perros sin conocer el maltrato oculto en sus ojos.
Adoptar contribuye a salvaguardar muchas de esas vidas que se pierden, no solo en las calles del mundo, sino también por culpa del maltrato a estos animales. Los albergues velan por su salud ,y les brindan un sitio seguro y adecuado para sus necesidades, que intentarán mantener incluso tras la adopción.
Si se elevan las tasas de adopción, paulatinamente la demanda de los criaderos disminuirá, lo que obligará a cerrar las puertas de aquellos que tratan animales como mercancía. Amor y cuidados es todo lo que piden estos amigos a cambio de su cariño incondicional, de ahí que adoptarlos sin un mayor interés que darles afecto es una buena forma de demostrar tu cariño por ellos.