Cuál es el comportamiento reproductivo del gato

Activo es la palabra para definir el comportamiento reproductivo del gato. Considera que las hembras pueden llegar a parir un promedio de 12 crías por año, distribuidas en tres embarazos. Así que si tienes un minino en casa, plantéate seriamente la opción de esterilizarlo, cualquiera sea su sexo. Estarás contribuyendo a evitar la superpoblación gatuna, con sus tristes consecuencias de abandono y de animales en situación de calle.

Los mininos, prolíficos y  precoces

Las gatas tienen su primer celo alrededor de los 6 meses de edad. Y si bien todavía no alcanzaron la adultez, de todas formas pueden quedar preñadas, aunque esta situación suele impedir que completen debidamente su desarrollo físico.

Una minina que goza de buena salud está en condiciones de dar a luz durante toda su vida, que puede calcularse en una década y media. Y si bien su fertilidad se ve disminuida a partir de los 7 años, no tendrá menopausia.

cruza de gatos

Los machos, por su parte, suelen alcanzar la madurez sexual al cumplir su primer año de vida, aunque los caracteres sexuales comienzan a aparecer a partir de los 6 meses.

Entender el comportamiento reproductivo de tu gato puede ayudar a que te decidas a esterilizarlo y así contribuir a evitar el abandono de las camadas indeseadas.

Detalles sobre el comportamiento reproductivo del gato

Como en muchas especies, aquí también las chicas son las que marcan el ritmo. Si bien los machos están siempre en condiciones de aparearse, su libido despertará cuando las hembras entren en celo.

Esto ocurre en los períodos de mayor luz natural: primavera y verano. Los celos se sucederán mientras que la gata no quede embarazada. Sin embargo, las hembras que viven dentro de una casa pueden tener celos durante todo el año si están expuestas a la luz artificial por más de 12 horas diarias.

Podemos afirmar, entonces, que la convivencia con los humanos ha incrementado la capacidad reproductiva de los mininos.

Conoce cómo actúan los gatos cuando se reproducen

Cuando el macho se encuentra con la hembra en celo, comienza a realizar un marcaje oloroso y visual:

  • Orina
  • Realiza arañazos verticales
  • Vacía los sacos anales
  • Frota su cara en los distintos objetos que lo rodea

Por su parte, la gata en un primer momento suele mostrarse agresiva con el macho. Además:

  • Orina sobre el lugar que el felino marcó previamente
  • Tiene las pupilas dilatadas
  • Maúlla

Más información sobre la conducta sexual felina

Previo al momento de la monta, el macho olfatea la vulva de la hembra y, abordándola lateralmente, muerde su cuello. Cuando esto sucede, la minina eleva su pelvis, ladea su cola y efectúa movimientos de pisoteo con las patas traseras. Y maúlla mientras el macho la penetra y eyacula. Este proceso puede durar entre medio minuto y 5 minutos.

Luego del coito, la gata se echa sobre el suelo, frotándose y sacudiéndose de un lado para otro. También se lame compulsivamente la zona genital e impide que el macho vuelva a acercarse.

Concluida esta reacción postcoital, la hembra permite una nueva monta con el mismo u otro felino que se encuentre en las inmediaciones. El macho también puede buscar a otras hembras cercanas.

La frecuencia y cantidad de las montas, una vez más, está decidida por la receptividad de las hembras, pudiendo producirse 30 encuentros a lo largo de 36 horas.

Otros detalles sobre el comportamiento reproductivo del gato

La ovulación de la gata se produce 48 horas después del coito. Durante ese lapso, la minina seguirá buscando machos. Si no queda preñada, volverá a entrar en celo a los pocos días.

Tras el parto, el período de lactancia, que dura entre 6 y 8 semanas, puede suprimir el ciclo estral. Sin embargo, algunas mininas vuelven a entrar en celo tan solo a un mes de haber parido.

Además, si la hembra aborta o es separada de sus crías en el momento del nacimiento, a la semana volverá a estar en celo.

Sé un dueño responsable

caricia gato

Entender el comportamiento reproductivo del gato puede servir para que te decidas a esterilizar a tu mascota.

Es que la convivencia con un minino –macho o hembra- que no fue castrado, suele volverse difícil si eres de los que no quiere dejarlo salir. Tu amigo ronroneador intentará escapar de todas formas en temporada de celo. Así correrá el riesgo de ser lastimado, ya sea por peleas con otros felinos o por humanos hartos de los escándalos que ocasionan los gatos en estas circunstancias.

Pero también dentro de tu casa deberás soportar:

  • Conductas que pueden tornarse agresivas
  • Maullidos incesantes
  • Marcajes constantes

Ten presente, además, que con la castración evitarás la trasmisión de algunas enfermedades. Y, sobre todo, impedirás que camadas no deseadas vivan en la calle o a la espera de ser adoptadas en algún refugio.

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