Las serpientes son bien conocidas por sus cuerpos alargados, sus colmillos venenosos y su manera particular de desplazarse. Aunado a ello, su forma de reproducción no es tan evidente como en otros animales, siendo complejo definir si son ovíparas o vivíparas a simple vista. Debido a esto, para conocer cómo nacen las serpientes es necesario adentrarse un poco en la biología de estos reptiles.
Aunque su cuerpo está desprovisto de cualquier extremidad, estos animales son capaces de nadar, bucear, escalar, cavar y hasta saltar. Los secretos de todas sus habilidades están en su cuerpo, cuya complejidad hace posible que hasta presenten diferentes mecanismos de reproducción. Si quieres conocer la forma en la que logran traer vida al mundo los ofidios, sigue leyendo.
Reproducción de las serpientes
Al igual que la mayoría de los reptiles, las serpientes también utilizan órganos reproductores para copular entre sí. Para ello, los machos suelen presentar dos hemipenes situados en el vientre justo en la base de la cola. Es probable que esto se te haga raro ya que a simple vista no son evidentes: mientras no se utilizan, se mantienen escondidos en un saco.
Estos órganos se comportan casi como el pene de los humanos, pues también son cuerpos cavernosos que se ponen firmes cuando la sangre los llena. De esta forma, se evierten de sus bolsas para introducirse dentro de la cloaca de la hembra. Por su parte, la hembra usa su cloaca como entrada a sus ovarios, por lo que la fecundación ocurre en este lugar.
Las serpientes macho solo usan uno de sus hemipenes durante la copula pero ambos les sirven, ya que les facilita aparearse por cualquier lado de la hembra. Además, en el caso de las especies que realizan agrupamientos de apareamiento esta característica les permite tener una mayor ventaja durante el proceso.
¿Cómo nacen las serpientes?
Las serpientes son animales adaptados a ocupar numerosos hábitats, pues gracias a que su piel les impide perder humedad logran vivir en ambientes áridos. Esta independencia les permitió explorar diversos sitios para anidar y establecerse en nuevas áreas. Por ello, también se provocó una diversificación en las estrategias de supervivencia que modificó hasta sus tipos de reproducción.
En este sentido, estos reptiles suelen dar a luz después de la copulación, aunque a veces las hembras retienen el esperma durante un tiempo. Esto les permite asegurar que sus hijos tendrán el sitio adecuado para incubarse o que la hembra no tendrá problemas durante el parto. Sin embargo, dependiendo de la especie las serpientes son capaces de presentar uno de los 3 tipos de reproducción típicos.
Serpientes ovíparas
Los ejemplares que presentan este tipo de reproducción depositan sus huevos en el medio, en el que terminarán su desarrollo gracias a la protección del cascarón. Por lo común, estos huevos son resistentes, de color blanco y blandos al tacto. Además, almacenan en su interior todos los nutrientes que el embrión necesitará para su desarrollo (en el vitelo).
¿Cuántos huevos pone una serpiente?
La cantidad de huevos varía dependiendo de la especie, siendo el mínimo 1 y el máximo 100, pero con promedios entre 2 y 16 por puesta. Los tiempos de incubación oscilan desde días hasta algunos meses y la temperatura es un factor importante, pues propicia su desarrollo. Para la eclosión, los pequeños neonatos producen un diente cefálico temporal que solo les sirve para romper el cascarón.
Serpientes vivíparas
Aunque este mecanismo de reproducción es muy habitual en mamíferos, no muchas serpientes lo presentan. Esto se debe a que en los hábitats en los que viven estos reptiles no suele ser ventajoso que un ejemplar “cargue” a sus hijos en su vientre, puesto que conlleva riesgos.
Los organismos vivíparos se caracterizan por la retención de la cría dentro del vientre de la madre, donde se alimenta de manera directa a través de una placenta. Este intercambio de nutrientes se lleva a cabo gracias a la circulación de sangre entre la madre y su hijo. Por otro lado, los partos suelen durar entre 1 y 5 horas, con una cantidad de crías diferente en cada especie.
Serpientes ovovivíparas
Las especies ovovivíparas tienen un mecanismo intermedio que está entre la viviparidad y oviparidad. Debido a esta situación, si bien la hembra produce un huevo fecundado lo retiene en su interior hasta que se desarrolla por completo. De hecho, durante este proceso no existe contacto directo entre la madre y el hijo, ya que los nutrientes necesarios se encuentran dentro del huevo.
Esta condición parece ser una adaptación a las condiciones climáticas y la hostilidad del ambiente, pues permite aumentar el éxito de supervivencia de las crías. Gracias a esto, los hijos se encuentran seguros hasta el momento del parto, aunque nacen menos que si estos se desarrollasen como huevos en el exterior.
Tipos de serpientes y cómo nacen
La gran diversidad de formas reproductivas que tienen estos reptiles hace complicado explicar a fondo cada adaptación. Por esta razón, se enlistan algunos tipos de serpientes y las particularidades de cada una en lo que a su gestación se refiere.
Mambas (Dendroaspis)
Son ejemplares ovíparos con capacidad de producir entre 9 y 14 huevos por puesta. Estas serpientes tienen tiempos de incubación de 85 días con crías que miden entre 40 y 50 centímetros de largo. De hecho, a los 5 días de edad los neonatos ya pueden alimentarse de roedores pequeños, por lo que crecen muy rápido gracias a su dieta.
Cobras (Naja)
Las cobras son organismos ovíparos que ponen entre 9 y 32 huevos por temporada. Los tiempos de incubación ocupan entre 38 y 103 días, dependiendo de la temperatura a la que se encuentren. Además, la hembra suele realizar una segunda puesta aunque la primera aún no haya eclosionado. Tras nacer, las pequeñas cobras consumirán su primera pieza de alimento dentro de los 27 días de vida iniciales.
Género Vipera
En este grupo se encuentra la víbora hocicuda de la península Ibérica (Vipera aspis) y la víbora cornuda de oriente medio (Vipera latastei). Estas serpientes son organismos vivíparos que dan a luz hasta a 20 crías a la vez, aunque por lo general solo nacen entre 5 y 9. Los periodos de incubación suelen ser largos y abarcan de 80 a 113 días, siendo mayores o menores dependiendo de la condición climática del medio.
Anacondas (Eunectes)
Estas grandes serpientes son organismos ovovivíparos capaces de producir entre 20 y 50 crías por parto. Para su apareamiento, realizan agrupamientos de reproducción (mating balls) en los cuales una gran cantidad de machos rodean a la hembra para fertilizarla. La gestación de estos reptiles dura un aproximado de 6 meses, dando a luz a crías de 1 metro de longitud.
Aunque la reproducción sexual es el mecanismo preferido, la anaconda verde (Eunectes murinus) es capaz de reproducirse por partenogénesis. En otras palabras, la hembra no tiene necesidad de un macho para quedar embarazada.
Serpientes marinas (Laticauda)
Estos organismos son seres semiacuáticos que no escapan a las características anteriores, pues aunque viven gran parte de su vida en el mar, regresan a tierra para aparearse. Los ejemplares de este género son ovíparos y se reproducen por medio de agrupamientos o mating balls. En cada puesta, las hembras logran poner entre 1 y 10 huevos y usan tierra, cuevas o grietas como nido para protegerlos.
Las serpientes son unos de los organismos que más hábitats han conquistado, lo que ha provocado su gran diversidad y mecanismos de adaptación. Es cierto que varias de ellas son peligrosas para el hombre, pero su mala fama no está nada justificada. Estos animales son fascinantes mucho más allá de su letalidad y veneno.
Bibliografía
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