El carbón activado para perros —activated charcoal o activated carbon en inglés— es una medicación que se usa, sobre todo, para tratar intoxicaciones que se producen por la vía oral. En el ser humano también se le atribuyen funciones de mejora renal y reducción de problemas del tracto gastrointestinal, si bien estas propiedades no están del todo confirmadas.
El carbón activado puede ser muy útil en cánidos que han sufrido intoxicaciones alimentarias, pero sus usos más allá de este cuadro son un poco más difíciles de contrastar. Si quieres saberlo todo sobre este compuesto, sigue leyendo.
¿Qué es el carbón activado para perros?
El carbón activado es un compuesto derivado del carbón vegetal, un combustible sólido, frágil y poroso con un alto contenido en el elemento químico carbono (98 %). La diferencia entre ambas variantes es, principalmente, que la forma activa ha sido tratada para presentar poros pequeños de bajo volumen, que aumentan el área superficial de absorción y la capacidad de realizar reacciones químicas.
La activación se consigue con el procesamiento del carbón vegetal a grandes temperaturas. Este compuesto se presenta en forma de polvos, granular (GAC), como carbón activado extruido (EAC), como “cuentas” más gruesas (BAC) o recubierto de polímeros. Cada una de estas variantes es útil para diferentes frentes, desde la industria agrícola hasta la medicina humana.
En el mundo de las mascotas, el carbón activado se suele presentar como un fluido negruzco y viscoso. El compuesto puede venir así de fábrica o se obtiene mezclando polvos con agua en las concentraciones indicadas. En algunas regiones, también se encuentra como tabletas de ingesta oral.
Los usos del carbón activado en mascotas se restringen al ámbito médico.
Usos del carbón activado para perros
Como hemos dicho, el carbón activado presenta un área superficial muy extensa. Al tener una gran porosidad, tiene un mayor rango de acción para unirse con otros compuestos químicos. Veamos cómo se aplica esta propiedad en la medicina veterinaria canina.
Intoxicaciones orales
Tal y como indican estudios en el portal Pubmed, el carbón activado es el compuesto más utilizado para la descontaminación gástrica en los países de alto ingreso. Su enorme área de superficie lo hace excelente para la unión de sustancias químicas. Al “secuestrar” los elementos nocivos en el intestino, reduce los posibles efectos de las intoxicaciones.
En seres humanos, se estima que de 50 a 100 gramos de carbón activo son capaces de reducir la absorción de ciertos compuestos químicos en un 74 % si se ingiere a los 5 minutos. El efecto disminuye a un 50 % cuando se toma el compuesto media hora después y a un 20 % a las 3 horas. Por ello, su eficacia depende mucho del momento de dosificación.
Esto también se aplica en los perros. Cuanto más tiempo pase, más probable es que el animal haya metabolizado las toxinas. Solo el veterinario decidirá si el carbón activo es adecuado en cada cuadro clínico concreto.
En perros, el carbón activado puede reducir la carga de toxinas en el aparato intestinal en un 80 % en 180 minutos.
Toxinas que combate el carbón activado
Por desgracia, el carbón activado para perros no es útil en todas las intoxicaciones. A continuación, te presentamos una lista con aquellos elementos que este compuesto puede neutralizar y los que no:
- El carbón activado es útil para: intoxicaciones por narcóticos, ibuprofeno, chocolate, piretrinas, marihuana, aspirina, brometalina, rodenticidas, acetaminofén, organofosfatos, carbamatos y otros compuestos.
- El carbón activado no es útil para: intoxicaciones por ácidos o bases muy fuertes, hierro, litio, arsénico, metanol, etanol y otros compuestos.
Por desgracia, el carbón activado no es útil ante intoxicaciones por el consumo directo de sustancias con alcoholes, como pueden ser desinfectantes de manos, fragancias, bebidas alcohólicas y cosméticos. Tampoco sirve ante compuestos que tienen toxinas inorgánicas, como pueden ser la lejía, detergentes, acetona, fertilizantes o limpiadores multiusos.
¿Cómo administrarlo?
Como hemos dicho en líneas previas, el carbón activado suele presentarse en forma líquida o en tabletas de ingesta oral. Si sospechas que tu perro ha sufrido una intoxicación, lo primero que debes hacer es acudir a un veterinario, independientemente de si este presenta síntomas o no. No intentes administrar el carbón activo por tu cuenta a menos que lo indique un profesional vía telefónica.
¿Qué hará el veterinario?
Cuando acudas al veterinario, lo primero que hará antes de administrar el carbono activado será preguntar por el tipo de sustancia que se ingirió. Una vez confirme que es viable utilizarlo, inducirá el vómito para tratar de eliminar la mayor cantidad posible de la sustancia tóxica. Posterior a ello, se administrará la dosis correspondiente del desintoxicante.
Ten en cuenta que en algunos casos clínicos no es recomendable inducir el vómito, por lo que solo el especialista de la salud animal puede evaluar qué técnica debe emplear. Por esta razón es importante que se acuda con un veterinario y se evite la automedicación. De lo contrario, el problema se podría agravar aún más.
En la clínica veterinaria, a los perros asintomáticos o con síntomas leves se les administra el compuesto de manera oral, mezclado con agua o en forma de pastillas. La regla estándar es de 1 a 3 gramos por cada kilo de peso del animal, así que la dosis depende mucho de la raza del paciente. Puede ser necesaria la administración de la mitad de la dosis original cada 4-8 horas en algunos casos.
Si el perro no es capaz de tragar, se le debe administrar el carbón activo por un tubo endotraqueal.
¿Cuándo no es recomendable el carbón activado en perros?
Tal y como se ha mencionado, este compuesto no es útil en todos los cuadros de intoxicaciones. Si tu perro consume un bote entero de gel de manos o medio litro de lejía, el carbón activado no servirá de nada, pues están compuestos por sustancias con alcohol o toxinas no orgánicas.
En estos casos, el veterinario recurrirá a la inducción de vómito, lavado gástrico y otros tratamientos diferentes. Por otro lado, si el perro tiene problemas para tragar y respirar, podría llegar a ingerir el carbón activado de forma incorrecta y dirigirlo a los pulmones. Esta condición pone en grave riesgo la vida del paciente y por ello no es recomendable administrar el carbón desde casa.
También está contraindicado cuando existe riesgo de neumonía, hay sospecha de perforación intestinal o vómitos continuos que hacen imposible su absorción. Por si fuera poco, no tiene efecto si se administra 2 horas después de la intoxicación, a menos que se hayan ingerido sustancias de liberación prolongada.
Efectos secundarios
Por desgracia —y como toda sustancia farmacológica—, este compuesto puede tener diversos efectos secundarios en el organismo del perro. Entre todos ellos, destacamos los siguientes:
- Hipernatremia: esta condición corresponde a un exceso de sodio en el organismo del cánido.
- Aspiración: la aspiración del carbón activo hacia los pulmones puede provocar neumonía y otras condiciones graves. Por ello, a los animales que no lo pueden tragar se los entuba de urgencia.
- Síntomas gástricos: vómitos, diarrea, obstrucción gastrointestinal y constipaciones.
- Heces negras.
- Irritación ocular.
Apuntes finales
A día de hoy, el carbón activado en el ámbito veterinario solo se utiliza para tratar intoxicaciones por ciertos compuestos. Se ha postulado que puede ser útil a la hora de tratar las enfermedades renales y otros problemas gastrointestinales, pero por ahora estos usos no han podido contrastarse en su totalidad.
Además, ten en cuenta que este compuesto no es útil ante todas las intoxicaciones. Si ves algún síntoma preocupante en tu perro, acude con él al veterinario cuanto antes, pues solo él sabrá determinar el tratamiento y dosis exactas en cada escenario.
Bibliografía
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