El mar de Bering contiene una tremenda variedad de especies. Se localiza al norte del Océano Pacífico, separando el continente asiático del americano. Los animales marinos que habitan allí sustentan la vida de muchas personas, por lo que se considera un área importante para la pesca. Sobre todo, este lugar resalta por uno de sus recursos más preciados: los cangrejos del mar de Bering.
La vida en estas frías y complicadas aguas ha ocasionado que los precios de estos cangrejos sean bastante altos. Algunos son considerados como verdaderos manjares, dignos de un menú de lujo. Conoce más sobre estos cangrejos con nosotros en las siguientes líneas.
Cangrejo gigante rojo (Paralithodes camtschaticus)
Este cangrejo es una de las principales especies pescadas dentro del mar de Bering. Su distribución es bastante amplia, pues se encuentra desde Japón, pasando por Kamchatka, Rusia, hasta las costas del Norte América. Pertenece al grupo de los King Crabs o cangrejos reales, que se distinguen por su gran tamaño y forma espinosa.
Como su nombre lo indica, este crustáceo muestra una coloración roja (cuando es cocido), con un caparazón promedio de 17 centímetros de ancho. Sin embargo, es posible encontrar algunos de 28 centímetros. Incluso, hay algunos casos donde alcanzan hasta los 40.
Además, es un decápodo, por lo que tiene 10 patas, 2 anchas con forma de pinza, 6 que le sirven para caminar y las últimas 2 poco perceptibles, pero cercanas a sus mandíbulas. La forma de su cuerpo y sus extremidades de casi 1,8 metros le han ganado el sobrenombre de “cangrejo gigante”.
Este organismo suele habitar las profundidades del mar y se entierra en los bancos de arena, desplazándose solo para alimentarse. Sin embargo, durante el invierno y principios de primavera, migra a la superficie para reproducirse. Dicha situación es aprovechada por los pescadores para capturarlo, siguiendo las reglas propuestas por los gobiernos locales.
Cangrejo real dorado (Lithodes aequispinus)
Este decápodo es encontrado desde Columbia Británica, pasando por las Islas Aleutianas, hasta regiones del mar de Japón. Comparado con el cangrejo gigante rojo, este es más pequeño, pues su peso promedio está alrededor de los 3 kilogramos.
A pesar de su nombre, el color de este crustáceo va de un amarillo opaco a tonalidades doradas-marrón, lo que lo hace muy distinguible entre las otras especies. Aun así, sigue compartiendo las mismas características físicas con la especie ya citada: 5 pares de extremidades y una migración a aguas superficiales durante invierno-primavera, entre otras.
En un inicio, la pesca de esta especie se realizaba por error, ya que el objetivo era capturar gigantes rojos. Sin embargo, se introdujo al mercado como una alternativa, debido a que su sabor suele ser un poco más dulce y ligero que los de otras especies.
Cangrejo real escarlata (Lithodes couesi)
Este es el tipo de cangrejo real más pequeño y escaso del mar de Bering y se encuentra en el golfo de Alaska, recorriendo el este del Pacífico hasta San Diego. Debido a esto, los pescadores no ven que su pesca sea viable, a pesar de que es considerado un manjar por su sabor.
El tamaño del caparazón de este invertebrado es de apenas 11,5 centímetros de ancho, con un color escarlata que hace honor a su nombre. La especie suele encontrarse en profundidades de hasta 180 metros, aunque aún se desconoce mucho sobre este organismo.
Cangrejo real azul (Paralithodes platypus)
Este decápodo es considerado el más grande de los cangrejos reales del mar de Bering, esto debido a que su población suele ser ligeramente mayor que la del gigante rojo. En la actualidad, sus núcleos reproductivos se encuentran distribuidos en la isla de san Mateo y las islas Pribilof. Sin embargo, fuera de Bering existen grupos de estos crustáceos, específicamente en los mares de Japón y del Norte América.
La apariencia de este invertebrado es similar al de los anteriores, con la particularidad de que presenta una coloración azulada en sus extremidades. A pesar de esto, su caparazón suele ser de tonalidades marrón-rojizas. Aunque tiene todas las características para ser comercializado, debido a que su población se mantenía reducida, solo se permitía su captura por los locales.
Gracias al periodo de veda comercial —que se impuso entre los años 1990 y 2000—, su población se incrementó. Por esta razón, en la actualidad el gobierno de Alaska ha permitido que se comercialice la especie.
El cangrejo Tanne y el cangrejo opilio (Chionoecetes bairdi y C. opilio)
Aunque son especies diferentes, estos crustáceos coexisten en los mismos hábitats, por lo que a ambos se les ha llegado a llamar “cangrejos de nieve”. Ambos habitan el mar de Bering, pero se extienden por las costas de Alaska. De hecho, se conoce que, debido a su parentesco, estas especies han llegado a hibridarse, generando poblaciones con características de ambos organismos.
Estos decápodos son bastante más pequeños que otros de la lista, ya que su caparazón apenas alcanza los 7 centímetros de ancho. Además, se distinguen por presentar un frente rostral —2 protuberancias en su dorso— cerca de su boca. En cuanto a su cuerpo, suele tener colores iridiscentes marrón-rojizo y gránulos protuberantes a los márgenes.
Cangrejo Dungennes (Metacarcinus magister)
A pesar de que esta especie no se encuentra en el mar de Bering, puede ser capturada en los alrededores de estas aguas. Su distribución abarca las costas de Alaska, llegando hasta la bahía de Magdalena, en México. Este decápodo no forma parte de los cangrejos reales, sin embargo, es la alternativa económica a estos, debido a que mantiene un buen sabor y alta abundancia.
Este crustáceo tiene una coloración café grisáceo, con un caparazón liso de hasta 20 centímetros de ancho. Estos invertebrados suelen habitar profundidades de 230 metros, en fondos fangosos o arenosos, en los que se resguardan enterrándose.
¿Cómo se pesca en el mar de Bering?
La temporada de pesca se inicia durante los meses de otoño, principalmente en las aguas circundantes a las islas Aleutianas. En un principio, se utilizaban las redes de arrastre para capturar a peces y cangrejos del mar de Bering. Sin embargo, pronto se desarrollaron las trampas en forma de caja, que permitían capturar de forma selectiva a los cangrejos.
Estas cajas consisten en un marco de acero rodeado de mallas de nylon, que junto al cebo, logran atraer a los crustáceos para capturarlos. Una vez que esta estructura es soltada, se deja en el fondo por unos días antes de la recogida, para dar tiempo a que funcione la carnada. Además, dependiendo la zona y profundidad a la que se suelte esta trampa, se pueden capturar una o más especies de decápodos.
Quizá la tarea parezca simple, sin embargo no lo es, ya que el reto se centra en sobrevivir a las aguas heladas y al frio extremo. De hecho, el gobierno de Estados Unidos lo considera como el tipo de pesca comercial más peligrosa. Esto es debido a la infinidad de accidentes que terminaban en una muerte segura para los miembros de las embarcaciones.
En la actualidad, se ha implementado personal de guardacostas que ha logrado disminuir la mortalidad de esta actividad. Sin embargo, la cantidad de accidentes sigue siendo elevada y siguen existiendo personas capaces de jugarse la vida por este “oro rojo”. En 2005, se emitió una serie documental llamada Deadliest catch, que retrata los peligros de aventurarse a pescar en del mar de Bering.
Regulaciones en la pesca
Debido a que todos los cangrejos citados son especies codiciadas, los pescadores sobreexplotan estos recursos. Por esta razón, se han puesto restricciones para controlar la situación: ahora, los barcos solo pueden conservar los ejemplares que sean machos y que midan más de 12,3 centímetros de ancho.
Dejar libres a las hembras reproductoras permite que las poblaciones de estos organismos puedan regenerarse, manteniendo un equilibrio entre ambas partes.
Gracias a los esfuerzos que hace el gobierno local por su mantenimiento, los cangrejos del mar de Bering han sobrevivido a la sobreexplotación. Aunque parece extraño, cuidar a estos crustáceos significa proteger el trabajo de los pescadores y sus familias. De esta forma, se ve por el futuro de ambos: la naturaleza no provee recursos ilimitados, pero sí renovables.
Bibliografía
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