Los perros grandes más populares de la actualidad son razas mejoradas en laboratorios, como el pitbull o el dóberman. Sin embargo, existe un canino de musculatura robusta y tamaño imponente proveniente de la antigua Roma que debemos recordar: el Cane Corso.
También llamado Mastín italiano, este guerrero mediterráneo llegó a participar en guerras antiguas. Pero en la actualidad, el mismo ha dejado las batallas para convertirse en el protector ideal de casas enteras.
Su comportamiento es mucho más complejo que su enorme fuerza y apariencia. Hay un dicho que puede definir perfectamente la estructura de su personalidad: “no todo es lo que parece”.
Perro de comportamiento templado
Lo primero que puede pensar cualquier persona al ver a un ejemplar de esta raza es que son canes violentos. Pero esto solo obedece a prejuicios, porque el cane corso es un perro templado de carácter por naturaleza.
Su temperamento es muy sobrio, pausado, dócil y fiel. El mastín italiano es una de las razas de perros grandes con mayor inteligencia que se conocen. Su tolerancia hacia los niños es limitada, aunque difícilmente protagonicen escenas de celos.
Equilibrados y orgullosos, no son el tipo de caninos que se descontrolan por cualquier estímulo externo. De hecho, su excitación es bastante baja y, por ende, es muy difícil verlos perder el control.
Perros protectores
Con sus dueños y allegados serán perros sumamente tranquilos. Sin embargo, este can puede ser muy desconfiado ante personas desconocidas que se aproximen a la casa. Si ellos notan un movimiento fuera de lo común en el hogar o el patio, se pondrán a la expectativa.
En pocas palabras, son estables emocionalmente, pero no confían en los extraños, y entienden que su deber es cuidar el territorio al cual pertenecen. Por eso, algunas familias adquieren esta raza para aumentar los niveles de seguridad en el hogar.
Estos caninos entenderán que parte importante de su vida está en proteger a sus dueños. Además, pueden convivir con otros perros, a los cuales también protegerán.
Un perro centrado
El cane corso es una mascota a la cual no le gusta jugar mucho, sobre todo durante la edad adulta. En su mayoría, estos perros invierten grandes horas en cuidar el territorio y observar lo que ocurre a su alrededor.
Tampoco son ejemplares demasiado cariñosos, y por eso no conectan demasiado con los niños. Cuando ladran mucho, es porque todo está en orden, pero cuando se sienten amenazados, asumen una postura sigilosa y silenciosa.
Su naturaleza lo convierte en un gran perro guardián: son musculosos, pesados, fuertes, y atacarán solo si es estrictamente necesario. Nos referimos a mascotas que pueden alcanzar hasta los 45 kilogramos.
Niveles de obediencia aceptables
El adiestramiento será fundamental para consolidar el buen temperamento de la mascota. Adiestrar esta raza no será imposible, pero tendrá sus dificultades, obligando a sus amos a ser reiterativos.
Más allá de esto, sus amos podrán dominarlos y obtener la obediencia necesaria. En este sentido, resulta clave el proceso de socialización, por lo que las labores de entrenamiento deben comenzar desde que son muy jóvenes.
Se recomienda que el adiestramiento esté fundamentado en tratar bien a otros perros y realizar labores de vigilancia. Lo primero es una necesidad, lo segundo la vocación real de su raza.
¿Qué debemos saber a la hora de adoptarlos?
Lo primero, es que tengan legalizados los papeles que demuestran su pedigree. Dicha documentación es fácil de obtener, y no es para nada costosa. Si un vendedor se opone a facilitarla, debemos tener cuidado.
A nivel de salud, lo correcto es tener en nuestras manos la carta del veterinario, vacunas, jornadas de desparasitación, etc. Debemos saber que sus problemas de salud más frecuentes están relacionados a su peso y actividad física. También debemos cuidar sus ojos y dientes.
Cane corso: 3 recomendaciones básicas
El pelaje de estos animales es bastante apretado y corto. Por ello, este perro es ideal para climas que van desde lo caluroso a lo templado. Su adaptación puede tener ciertas dificultades en climas extremadamente fríos.
Además, se recomienda su adopción a dueños que son propietarios de casas con patios de dimensiones considerables. El cane corso es territorial, necesita quemar energía y tiene mucho vigor.
Quienes apuesten por esta raza, deberán acostumbrarse a los paseos largos. En resumen, el Cane corso es un perro musculoso, ideal para proteger casas con patios ubicados en zonas templadas o calurosas. De ellos no podemos esperar grandes muestras de afecto, pero si mucha lealtad y defensa.