¿Las babosas son venenosas?

Aunque mucha gente cree que sí, las babosas no son venenosas. No obstante, su ingestión puede ser peligrosa y aquí tienes el porqué.
¿Las babosas son venenosas?
Sara González Juárez

Escrito y verificado por la psicóloga Sara González Juárez.

Última actualización: 12 diciembre, 2021

La creencia de que las babosas son venenosas es uno de los mitos que rodean a estos animales y que no ayudan precisamente a su conservación. Se las considera plagas de los cultivos y es cierto que son portadoras de ciertos peligros para los humanos y otros animales, pero ¿tienen veneno en su organismo?

La respuesta a esta pregunta se encuentra entre las líneas de este espacio. Si sientes curiosidad por estos pequeños gasterópodos y quieres saber más sobre su biología, también encontrarás información, así que no te pierdas nada.

Características de las babosas

Las babosas son moluscos gasterópodos que, como sabrás, tienen la particularidad de no poseer concha externalizada en forma de espiral (a diferencia de sus parientes, los caracoles y otras especies). Algunas tienen una concha interna (la cual sirve como depósito mineral) o esta es de tamaño muy reducido, casi imperceptible a la vista.

Se trata de animales nocturnos que procuran refugiarse en recovecos oscuros y húmedos durante el día.

Las babosas poseen en la cabeza 2 tentáculos ópticos con los que perciben los cambios de luz, pero que también tienen función olfativa y táctil. Debajo tienen otras 2 estructuras, justo encima de la rádula (aparato bucal que sirve para roer la verdura), también sensoriales y sin capacidad de registrar visión. La respiración se realiza a través de los neumostomas, 2 orificios situados en el manto o cuerpo.

Bajo el cuerpo se sitúa la glándula pediosa, que segrega el moco que posibilita el desplazamiento. Son animales blandos y cuyo organismo contiene una gran cantidad de agua, por lo que esta mucosidad también sirve como película protectora para evitar daños con los elementos del suelo y de su alrededor.

La clase Gastropoda engloba entre 60 000 y 80 000 especies vivientes de caracoles y babosas.

Las curiosidades de las babosas son múltiples.

¿Son venenosos estos animales?

Aunque existe una creencia popular que dice que las babosas terrestres son venenosas, lo cierto es que no: la mayoría no poseen glándulas de veneno ni contienen toxinas en su organismo. Este mito proviene del método de defensa de algunas especies, que consiste en encogerse y liberar grandes cantidades de moco, lo que da la sensación de que están expulsando alguna sustancia dañina.

No obstante, circulan historias de personas que han sufrido graves consecuencias después de comerse una babosa o ingerir vegetales por los que haya pasado uno de estos moluscos. ¿Qué está ocurriendo entonces en estos casos? Puedes verlo en el siguiente apartado.

Las especies típicas terrestres, como Arion rufus o Arion circumscriptus, carecen completamente de veneno. Existen algunas excepciones a esta afirmación, pero las tóxicas no son babosas nada comunes. 

Las babosas no tienen veneno, pero sí parásitos

El peligro que supone la ingestión de estos moluscos gasterópodos no radica en la presencia de veneno, sino en los parásitos que podrían estar portando. El más conocido es el Angiostrongylus cantonensis, un nematodo nativo de Asia que se ha extendido a ciertas regiones de América, África y Australia. 

Este parásito utiliza a los gasterópodos (babosas y caracoles) como hospedadores intermedios. Dentro de ellos se desarrollan las larvas hasta que pueden infestar a otros ejemplares más avanzados a nivel evolutivo, como las ratas. Dicho de otro modo, las babosas son un mero vehículo para que se produzca el cierre del ciclo.

Los humanos somos huéspedes accidentales de este nematodo mediante la ingestión directa de la babosa y otros animales hospedadores, así como de otros vectores crudos o indebidamente desinfectados, como los vegetales por los que hayan pasado. Las larvas se transportan hasta el sistema nervioso central y allí generan meningitis eosinofílica, una enfermedad capaz de causar daños nerviosos permanentes o la muerte.

Peligros de las babosas para otros animales

Sería extraño que un humano se comiese una babosa (aunque todos sabemos que solo hay que vivir para ver), pero los animales domésticos sí son capaces de ingerirlas de forma accidental o por mera curiosidad. A continuación tienes los peligros que suponen las babosas para perros y gatos, los habitantes más frecuentes de los hogares humanos.

Perros y babosas

Aunque ya sabes que las babosas no son venenosas, los parásitos que portan sí son peligrosos para los canes. Existen 2 gusanos parásitos que afectan a esta especie:

  • Angiostrongylus vasorum o gusano francés del corazón: a pesar de su nombre, se trata de un nematodo que se instala en los pulmones del perro, no en el corazón. Es peligroso por su capacidad para obstruir arterias, crear insuficiencia respiratoria, causar problemas neurológicos e incluso provocar la muerte.
  • Crenosoma vulpis: este otro nematodo que se aloja en el sistema respiratorio, en este caso en los bronquios. Produce síntomas relacionados con esto mismo, como la tos, la intolerancia al ejercicio y la insuficiencia respiratoria.

¿Las babosas son venenosas para los gatos?

Las babosas tampoco contienen ninguna sustancia tóxica para los felinos domésticos. De todas formas, y al igual que con perros y humanos, pueden verse afectados por determinados parásitos que se hospedan en el organismo de estos gasterópodos. Los más importantes son los siguientes:

  • Aelurostrongylus abstrusus: se trata de un nematodo pulmonar específico de los gatos. Se aloja en los bronquiolos terminales y los conductos alveolares. La babosa es el hospedador intermedio.
  • Troglostrongylus spp.: también parásito pulmonar, este produce síntomas más graves que pueden desembocar en la bronconeumonía y la muerte del animal, en especial si se trata de cachorros.
Una babosa negra en su ambiente natural.

Como has podido comprobar en estas líneas, las babosas no son venenosas, pero no conviene dejar que los animales que conviven con nosotros las ingieran. En cuanto a los humanos, se recomienda lavar adecuadamente las verduras que se vayan a ingerir, a ser posible con lejía alimentaria. Y, por favor, no te las comas, pues no aportan nada a tu dieta, salvo quizá una meningitis.


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