La respuesta a esta pregunta es simple y obvia: el ser humano es, sin lugar a discusiones, el animal con más inteligencia emocional. Quizá se pueda modificar un poco la frase y utilizar el término ‘ser vivo’, en sustitución de ‘animal’, para no herir susceptibilidades. Pero a todos los efectos, es lo mismo. Y el ser humano sí es un animal.
Pero más allá del hombre, la ciencia lleva siglos tratando de medir, cuantificar y calificar el grado de desarrollo cerebral del resto de las especies que conforman el reino ‘Animalia’.
Ya Aristóteles, alrededor del año 343 A.C., escribió un tratado de zoología, La historia de los animales. Se trata de 10 tomos en los que el filósofo griego aplicó métodos científicos.
Ahí se señala que los animales presentan comportamientos que pueden calificarse como ‘prudentes’. El mismo Aristóteles afirma que ejemplares de algunas especies son capaces de imitar el comportamiento humano.
Qué es la inteligencia emocional
Si bien es un concepto que se viene usando con cierta frecuencia desde la segunda mitad del siglo XX, fue en 1995 cuando este término alcanzó popularidad gracias el psicólogo estadounidense Daniel Goleman, el cual publicó ese año su libro Emotional Intelligence.
En síntesis, la inteligencia emocional, en lo que respecta al ser humano, no es más que la capacidad de identificar, entender y manejar las emociones en pos de la consecución de objetivos personales. Es también el método empleado por hombres y mujeres para propiciar y facilitar las relaciones interpersonales.
Los postulados de Goleman –basados en su experiencia profesional– progresivamente se han ido trasladando a la etología. En la actualidad, existe cierto consenso para afirmar que varias especies animales, además del ser humano, sienten y son conscientes de sus emociones. Donde no hay acuerdo es respecto a los sentimientos.
Emoción vs sentimientos
Las emociones son estímulos que provocan cambios en un ser vivo, que pueden o no expresarse de forma física. Igualmente, son definidas como expresiones psicofisiológicas, que van asociadas a las características de cada individuo.
Por otra parte, el concepto de sentimiento se refiere, en palabras simples, al resultado que produce una emoción, después de perdurar en el tiempo. Emociones y sentimientos se diferencian en que las primeras son espontáneas y muchas veces inconscientes. Mientras que de los segundos se tiene, al menos, cierto grado de consciencia.
¿Cuál es el animal con más inteligencia emocional?
Sin entrar en los aspectos ‘sentimentales’, los perros son de los animales que más emociones expresan. Además, ha quedado plenamente comprobado que estas populares mascotas identifican las emociones de sus amos, aunque estos intenten ocultarlas.
Esta capacidad obedece a que canes y humanos comparten varias características en común. Una de ellas es el sistema límbico. Esta es un área dentro del cerebro destinada a gestionar las respuestas fisiológicas que se generan gracias a las emociones.
Está íntimamente emparentado con la memoria y los instintos sexuales. También condiciona conductas producto del miedo, el placer y la agresividad. Se trata de un sistema que emite respuestas rápidas y que, al menos en un principio, son inconscientes.
La sexualidad, ¿elemento diferenciador de la inteligencia emocional?
Las otras dos especies que acompañan al ser humano en el podio dentro del ranking del animal con más inteligencia emocional, son el chimpancé y el delfín. Ambas tienen algo en común con la humanidad: practican el sexo no solo como método de reproducción, sino también por placer. Pero la sexualidad no es en lo único en lo que destacan.
La inteligencia del chimpancé le permite, entre otras cosas, comunicarse de forma sistemática a través de la emisión e interpretación de símbolos y señales. Es capaz, además, de construir significados particulares a partir de la combinación secuencial de estos dos elementos.
También tiene la habilidad para trabajar en equipo. Cada integrante de una comunidad asume tareas específicas para la consecución de las metas colectivas, dejando de lado aspiraciones individuales. Solo este último detalle es más que suficiente para ser catalogado como el animal con más inteligencia emocional después del ser humano.
El delfín: el más inteligente bajo el agua
Aunque el pulpo se ha ganado una buena reputación –es catalogado como el invertebrado más inteligente– el delfín se lleva el reconocimiento dentro del mundo marino.
Es una de las especies más sociables de todo el reino animal. Cuentan con un sistema de comunicación sonoro altamente desarrollado. Tanto que algunos especialistas no dudan en calificarlo como un sofisticado y eficiente lenguaje propio.