7 diferencias entre babosa y caracol

Aunque es bien conocido que los caracoles tienen concha y las babosas no, esta no es la única diferencia entre ellos. ¿Quieres saber más?
7 diferencias entre babosa y caracol
Georgelin Espinoza Medina

Escrito y verificado por la bióloga Georgelin Espinoza Medina.

Última actualización: 05 septiembre, 2022

Los moluscos son un grupo de invertebrados muy heterogéneo, que abarca alrededor de 114 150 especies. Algunos son marinos, otras habitan aguas dulces y una parte importante logró colonizar espacios terrestres. Estos animales son muy variados; sin embargo, a veces no es tan fácil distinguirlos unos de otros. Así, por ejemplo, las diferencias entre babosa y caracol puede que no sean tan claras.

Las babosas y caracoles están incluidos dentro de los gasterópodos. Un aspecto evidente es la concha de los caracoles frente a una ausencia o reducción de dicha estructura en las babosas. Característica que se piensa es la única que los distingue. No obstante, es el que da pie a otras más. No dejes de leer para que te enteres de todos los detalles al respecto y conozcas 7 diferencias entre estos dos organismos.

¿Cómo son los caracoles y babosas?

Los caracoles hibernan.

Los caracoles y babosas presentan un cuerpo blando, no segmentado, sin esqueleto interno, aunque algunos poseen una concha, por lo general externa. Son asimétricos, presentan cierta torsión corporal y están dotados de un pie muscular muy prominente que emplean para desplazarse.

Además del pie y la concha (en algunas especies), el cuerpo consta de una cabeza bien definida, una masa visceral y un manto. Entre estas dos últimas partes existe un hueco o cavidad, con un interior muy vascularizado.

Un dato curioso es que los términos “caracoles” y “babosas” no representan un grupo taxonómico como tal, sino que más bien corresponden a nombres comunes asignados a especies de distintos taxones. Las babosas también suelen ser llamadas limacos.

¿Cuáles son las diferencias entre babosa y caracol?

Ahora que ya sabemos cómo son los cuerpos de las babosas y caracoles, veamos 7 discrepancias en ellos:

1. La concha, la principal diferencia entre babosa y caracol

Como ya hemos mencionado, la presencia, ausencia o reducción de la concha es el aspecto que más distingue a estos dos organismos. Los caracoles presentan una concha externa protectora, de una sola valva. Algunos también poseen un opérculo o lámina de proteínas que se encarga de tapar la entrada cuando el caracol se encuentra dentro de su casa, como una puerta.

Por su parte, las babosas carecen de esta concha. Aunque pueden presentarla muy reducida e interna, es decir, bajo el manto del cuerpo, cumpliendo la función de depósito mineral. Nada más en un género (Testacella) está presente de manera externa, aunque igual muy pequeña.


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Las curiosidades de las babosas son múltiples.

2. Tamaño y forma corporal

El tamaño y forma corporal son otros aspectos para observar entre estos dos organismos. Así, tenemos los cuerpos más estilizados y alargados de las babosas, con dimensiones que no superan los 15 centímetros.

Los caracoles son menos esbeltos. Además, pueden alcanzar mayores proporciones, por ejemplo, el gigante africano (Achatina fulica) que llega a medir hasta 30 centímetros. Sin embargo, existen unos en realidad diminutos, como Angustopila domonikae que mide alrededor de 0,9 milímetros.



3. Disposición de la masa visceral

Debido a la presencia o ausencia de concha, el plano corporal también presenta algunas diferencias entre babosa y caracol. En este último, tenemos que la masa visceral se dispone elevada, o en la parte superior del cuerpo, debajo del manto y amparado por la protección que brinda la concha.

En cambio, la babosa presenta su masa con una ubicación más basal, a lo largo del pie. A su vez, el manto y su cavidad se reducen en tamaño, por lo que los órganos se comprimen y pueden adoptar otras morfologías.

4. Movimiento

Así como se altera el plano corporal, la agilidad y movimiento también se ve afectado por la presencia de una concha protectora sobre el cuerpo. Esto se traduce en más diferencias entre ambos. Por lo tanto, el caracol posee unos movimientos más limitados y lentos, es natural que se le dificulte desplazarse con la casa a cuestas.

El cuerpo esbelto y ligero de la babosa, le permite mayores velocidades. Además, de una mejor destreza y capacidad de penetración por pequeñas fisuras y galerías, una ventaja para explotar nuevos nichos a donde sus parientes no pueden llegar.

5. Secreción de moco, otra de las diferencias entre babosa y caracol

Caracoles y limacos, secretan moco que les ayuda a movilizarse. Sin embargo, las babosas ameritan un mejor resguardo frente a la desecación, ya que no tienen un albergue sobre su cuerpo. Por ello, necesitan producir mayor cantidad de moco protector y encontrar refugios más húmedos.

Esta relación es variable en las diferentes especies. Sin embargo, en líneas generales se puede afirmar que las babosas producen hasta 10 veces más de mucosidad que los caracoles.

6. Resistencia a la desecación

La concha de los caracoles funciona como una protección frente al calor, por lo que resisten durante más tiempo expuestos al sol. Por el contrario, las babosas son muy sensibles a la desecación. De hecho, esta es la razón por la que algunos caracoles son capaces de desplazarse durante el día, mientras que todas las babosas son más nocturnas.

7. El hábitat

Aunque no lo parezca, la fisiología de los caracoles les ha facilitado colonizar diferentes ecosistemas. Esto incluye desde hábitats terrestres variados, hasta lagos, lagunas, ríos y mares. Por el contrario, las babosas solo pueden vivir en hábitats terrestres muy húmedos, pues de lo contrario, su cuerpo sería incapaz de resistir la desecación.



Como ves, aunque parezca que la presencia o ausencia de una concha es solo una de las diferencias entre babosa y caracol. Esta simple característica hace que se reestructure la disposición de otros órganos y partes del cuerpo. Además, que tiene relación con la agilidad y velocidad que presentan estos individuos. Se trata de aspectos evolutivos fascinantes que no dejan de sorprendernos en el reino animal.


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