El ajolote (Ambystoma mexicanum) es uno de los anfibios más famosos de todo el mundo. Se puede encontrar en muchos hogares de tutores amantes de los animales exóticos, pues se trata de un urodelo de cuidados relativamente sencillos y aspecto fascinante. De todas formas, no todos saben que en la naturaleza se halla a un paso de la extinción.
En las últimas décadas, la población de ajolotes naturales ha reducido su tamaño total 60 veces. Por esta razón, ahora se encuentra en estado de “Peligro Crítico (CR)”, tal y como indica la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN). Si quieres conocer 10 curiosidades del ajolote, un animal tan bello como amenazado, sigue leyendo.
1. El ajolote no metamorfosea como el resto de anfibios
Los anfibios son famosos por llevar a cabo un proceso conocido como metamorfosis, especialmente llamativo en las ranas y los sapos. Los anuros nacen como larvas (renacuajos) con colas, branquias y sin patas ni pulmones, pero terminan desarrollando el cuerpo de un adulto cuando abandonan el medio acuático de forma parcial.
El ajolote es la excepción que confirma la regla, pues se trata de una especie que permanece en neotenia constante, es decir, que nunca metamorfosea del todo. Los ajolotes mantienen el estado larvario durante toda su vida por una falta de la hormona estimulante de la tiroides (TSH), compuesto vital en el desarrollo normal de los anfibios.
Por esta razón, los ajolotes retienen los caracteres larvarios desde que nacen hasta que mueren. Esto se ejemplifica, sobre todo, con la presencia de branquias cefálicas.
2. Se puede inducir la metamorfosis en un ajolote
El ajolote es neoténico y pedomórfico —mantiene los rasgos juveniles—, pero esto solo se aplica en la naturaleza. Según el portal científico Animal Diversity, en el laboratorio se puede inducir la metamorfosis de esta especie mediante inyecciones de hormona tiroidea. Esto provoca la reabsorción de las branquias y otros cambios morfológicos notables.
3. Su color natural no es el blanco
Estamos acostumbrados a observar a los ajolotes en acuarios y peceras, y por ello, es fácil creer que los ejemplares salvajes son blancos. Nada más lejos de la realidad, pues el color real de estos anfibios es marrón con fondos negros y pequeñas punteaduras oliváceas.
Tal y como indican estudios del portal Science Direct, 4 genes diferentes codifican la coloración del ajolote. Debido al cruzamiento selectivo de las mutaciones en cautiverio, se pueden registrar los siguientes tonos en los ejemplares domésticos:
- Leucístico: de color pálido, pero con ojos negros.
- Albino: de color pálido y con ojos rojos.
- Golden albino: muy similar a la variante albina, pero con un tono amarillento sobre el fondo blanco.
- Xántico: gris con ojos negros.
- Melanoide: completamente negro, sin punteaduras oliváceas.
- Salvaje o wild type: la coloración que verdaderamente caracteriza a la especie.
Entre las curiosidades del ajolote, destaca su capacidad para adquirir distintas coloraciones según mutaciones genéticas.
4. Un anfibio que caza por succión
En general, se asocia a los anfibios con una lengua larga y pegajosa, que se lanza como un proyectil para cazar a los insectos voladores de los que se alimentan. Esta preconcepción casi nunca se cumple en el medio salvaje.
Por ejemplo, los ajolotes se alimentan mediante un mecanismo de succión. Gracias a su compleja morfología craneal, estos anfibios son capaces de abrir la boca muy rápidamente, con lo que arrastran el agua colindante a su cavidad bucal por fuerzas y diferencias de presiones. En un visto y no visto, este urodelo es capaz de ingerir a su presa entera.
5. Es capaz de regenerarse
Cuando un ser humano se hace una herida grave, aparece en el lugar de la lesión una cicatriz. Esta se compone de tejido cicatricial, un conglomerado fibroso que sirve para solucionar parcialmente el problema, pero no del todo. Cuando un órgano presenta cicatrices, parte de su funcionalidad se pierde.
Los ajolotes son un modelo científico apasionante, pues ante lesiones no generan cicatrices y son capaces de regenerar al completo el tejido dañado. Pueden reponer una extremidad en cuestión de meses y reparar estructuras más complejas, como la cola, algunos órganos, tejidos nerviosos y partes del corazón y los ojos.
Se cree que esta especie y otras salamandras regeneran sus tejidos mediante la modificación de sus niveles internos de macrófagos y a la supresión de eventos inflamatorios.
6. Tiene un genoma más grande que el del ser humano
Los seres humanos presentamos 3200 millones de pares de bases en nuestro ADN, mientras que el ajolote cuenta con 32 000 millones. Aunque su genoma sea 10 veces más largo que el nuestro, codifica un número de proteínas muy similar (23 251) a la cifra reportada en la especie humana. Se cree que su genoma es tan grande porque presenta muchísimas secuencias repetidas.
7. Su rango de distribución es muy limitado
El ajolote solo es nativo de las aguas del lago Xochimilco y del lago Chalco (Valle de México). El lago Chalco ha sido drenado para evitar inundaciones, mientras que el Xochimilco se ha reducido drásticamente en lo que a masa de agua y viabilidad ecosistémica se refiere. Como veremos en líneas posteriores, esto explica gran parte del declive de la especie.
8. Sus cuidados en cautiverio no son tan sencillos como parecen
El ajolote se mantiene en muchas peceras a lo largo y ancho del globo, pero no todos los tutores conocen sus requerimientos. Por ejemplo, es importantísimo destacar que el agua del acuario de esta especie nunca debe superar los 23 ºC de forma sostenida, pues esto aumenta su tasa metabólica, provoca estrés y en última instancia la muerte.
El rango de temperatura óptima de esta especie se encuentra entre los 18 y 20 ºC, aunque también aguanta hasta los 22 ºC sin muchos problemas. Además, el cloro —adicionado a casi todas las aguas de consumo— es muy peligroso para los ajolotes. Se trata de una mascota que solo se debe adquirir si el tutor tiene suficiente experiencia.
Está completamente desaconsejado mantener a un ajolote con peces de agua fría. En todos los casos, esta combinación acaba en tragedia.
9. Una figura importante en la cultura popular
En las leyendas aztecas, el desesperado dios Axolotl se transformó en uno de estos anfibios para evitar ser capturado y sacrificado por sus compañeros dioses, que lo buscaban a causa de su rebeldía. Este pequeño fragmento histórico nos demuestra que el ajolote ha formado parte de la historia y cultura de México desde hace cientos de años.
Más allá de esto, Ambystoma mexicanum también ha permeado la cultura general en todos los medios posibles. Sin ir más lejos, la serie Bojack horseman nos regaló un personaje antropomórfico basado completamente en este animal, doblado por la actriz Natale Morales. Desde junio de 2021, también se puede encontrar en las aguas del videojuego Minecraft.
Se espera que, para el 2022, entre en la circulación una moneda de 50 pesos mexicanos con esta especie grabada en ella. Las curiosidades del ajolote lo hacen un animal único en el mundo.
10. Una de las especies más amenazadas del mundo
Es imposible acabar una lista sobre las curiosidades del ajolote en una nota positiva, pues el pronóstico de la especie es crítico. Tal y como indican fuentes profesionales, a día de hoy se estima la existencia de 700 a 1200 ejemplares salvajes, un número poblacional 60 veces menor al presentado hace unas pocas décadas.
La polución de las aguas, la degradación de su ambiente natural y la introducción de peces no nativos en su ecosistema son las principales amenazas de este anfibio. A día de hoy, sus poblaciones siguen disminuyendo —a pesar de todos los programas de conservación instaurados—.
Aquí te hemos presentado 10 curiosidades del ajolote, pero no son las únicas. Te recomendamos que busques más sobre esta especie y te informes acerca de su estado de conservación: el primer paso para preservar es en todos los casos conocer.
Bibliografía
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