Tritón jaspeado: hábitat y características

El tritón jaspeado es uno de los anfibios más bellos del mundo, pues sus colores verdes, negros y naranjas deslumbran a cualquiera. ¿Sabes que es habitante de la península ibérica?

La península ibérica, que comprende a España y Portugal, se caracteriza por poseer la mayor riqueza biótica de Europa occidental. Se estima que unas 60 000 especies de animales eligen estas tierras para proliferar, más del 50 % de todas las existentes en la Unión Europea. Una de ellas es el tritón jaspeado (Triturus marmoratus), un anfibio urodelo que destaca por sus colores.

Aunque existen más de 7500 especies de anfibios en todo el mundo, en España solo se cuentan con unas 32. Por ello, informar sobre las joyas endémicas que tenemos en nuestros terrenos no es solo un lujo, sino una necesidad para la preservación de este grupo. Conoce con nosotros al tritón jaspeado, la joya verde viviente de la península ibérica.

Hábitat del tritón jaspeado

El tritón jaspeado es un anfibio urodelo muy común en Europa. Se puede encontrar por toda Francia, la mitad norte de España y parte de Portugal, aunque cuanto más se adentra hacia el centro de la península ibérica más dispersas se encuentran sus poblaciones. Se pueden observar ejemplares similares en el sur de la región, pero estos pertenecen a ostra especie: Triturus pygmaeus.

A pesar de que ambas especies se encuentren bien diferenciadas, las distinciones genéticas entre T. marmoratus y T. pygmaeus son bajas, por lo que se cree que existen zonas de hibridación entre ambas. De todas formas, esta especie se extiende desde las costas occidentales de Galicia y Portugal hasta el Pirineo Oriental y la costa del norte de Cataluña.

Como se trata de un anfibio, el tritón jaspeado siempre se encuentra en hábitats con fuentes de agua. De todas formas, acostumbra a evitar zonas que presenten corrientes, aunque estas sean moderadas. Son animales comunes en charcas, abrevaderos, lagunas, embalses y otras masas con volumen de agua importante y mucha vegetación.

Características físicas

Los tritones son anfibios urodelos, por lo que presentan ciertos rasgos comunes con las ranas y los sapos. Por ejemplo, ambos tienen ojos saltones, bocas relativamente grandes para el tamaño de su cabeza, pieles muy finas y la capacidad de generar toxinas en ciertas estructuras especiales (aunque no en todos los casos). Eso sí, los urodelos se diferencian de los anuros por la presencia de cola.

Esta especie mide de 13 a 17 centímetros y tiene un color verdoso muy característico, intercalado con manchas negras y una línea dorsal anaranjada. Su cuerpo es robusto, algo aplanado a nivel dorsoventral y presenta una cola muy poderosa, que puede llegar a suponer el 50 % de la longitud total. El morro es muy ancho y redondeado, mientras que las extremidades son cortas y robustas.

Dimorfismo sexual

El dimorfismo sexual en esta especie es muy evidente, sobre todo en la época de cría. Cuando se van a reproducir, los tonos verdosos de los machos se vuelven mucho más llamativos y desarrollan una cresta espectacular en su línea dorsal que alterna tonos negros y naranjas. Además, su cloaca se vuelve mucho más evidente y globosa en preparación de la cópula.

Comportamiento del tritón jaspeado

Como hemos dicho en líneas previas, estos anfibios presentan una fase acuática y otra terrestre. Normalmente, abandonan las masas de agua antes de que se sequen al terminar el verano y pasan bajo tierra gran parte del otoño y el invierno, sobre todo cuando las temperaturas son muy bajas. De todas formas, esto no significa que en momentos de frío relativo no permanezcan activos.

Aunque no se sabe mucho de la fase terrestre, se han encontrado ejemplares muy lejos de las charcas primigenias, tal y como indica Vertebrados Ibéricos. A menos que las temperaturas sean muy bajas, estos curiosos urodelos salen de sus guaridas en las noches de lluvia a cazar, pues no entran en un estado de hibernación total.

El tritón jaspeado suele entrar al agua cuando terminan las heladas y los picos de frío, tan pronto como acaba febrero y empieza marzo. A partir de aquí, comienza su fase acuática y su frenesí reproductor, que veremos en líneas posteriores.

Alimentación

Como podrás imaginar, la alimentación del tritón jaspeado depende de la época del año y de si se encuentra en fase acuática o terrestre. De todas formas, las bases de su menú suelen ser crustáceos de agua dulce, larvas de insectos alados y arañas o milpiés de forma esporádica. Al igual que el resto de anfibios, se trata de un animal carnívoro que basa su dieta en presas vivas.

Reproducción

Tal y como indica el portal Amphibia Web, todo el proceso reproductivo tiene lugar dentro del agua. Los machos acuden a la masa acuática primero, mientras que las hembras llegan unos 15 días tras la llegada de sus potenciales parejas (aunque también se van después). Como hemos dicho, en general esto suele ocurrir por febrero-marzo, aunque existe mucha variedad entre poblaciones.

Esta fase dura unos 5-6 meses y se caracteriza por un comportamiento reproductivo muy interesante. Los machos esperan la llegada de sus compañeras en un puntos estratégicos de la masa de agua, y cuando se encuentran con una, la interceptan y comienzan una exhibición marcada por el movimiento de su cuerpo, cola y cresta dorsal.

Cuando la hembra aprueba la constitución del macho, este deposita de forma rápida su espermatóforo, una especie de saco que contiene los espermatozoides viables. Entonces, su compañera se acerca de forma lenta y lo recoge con sus labios cloacales, fecundando sus óvulos internos en el paso final. A diferencia de otros muchos anfibios, en esta especie no se produce el abrazo o amplexo.

Cada hembra fecundada produce unos 250-300 huevos que colocará de forma individual y estratégica en la vegetación de la masa de agua. A los 15 días eclosionan las larvas acuáticas con branquias externas, pero estas deben desarrollarse durante 90 días más hasta que puedan colonizar la tierra. En general, las larvas comienzan a abandonar el medio acuático entre agosto y septiembre.

Estatus de conservación

La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN) cataloga a esta especie como “de preocupación menor (LC)”. De todas formas, esto no significa que no esté amenazada, pues sus poblaciones se encuentran en una clara disminución numérica. A nivel regional sí que se ha denominado como “en peligro” en Francia, pero no en España y Portugal.

Algunas de las enfermedades y problemas a los que se enfrenta el tritón jaspeado son las siguientes:

• Pérdida y cambio del uso del ecosistema, ya sea por el cambio climático o por la modificación del terreno por usos agrícolas. La disminución de las masas de agua y de la humedad relativa afectan muchísimo a los anfibios.
• Caza para la venta, algo que ocurre en Alemania y los Países Bajos.
• Uso de pesticidas, contaminantes, químicos y otros vertidos que acaban en las aguas naturales.
• Introducción de especies invasoras en los ecosistemas acuáticos, como el cangrejo americano (Procambarus clarkii). Este último invertebrado es una gran amenaza, ya que se come a los huevos y daña los tejidos de los adultos.
• Virus, hongos y agentes patógenos, como el hongo quitridio. Este último patógeno es muy problemático y ha llevado a la extinción de más de 90 especies de anfibios por sí solo.

Por todos estos motivos y muchos más, el tritón jaspeado se encuentra a día de hoy protegido en toda su área de distribución. Los anfibios están en grave peligro por la falta de empatía y excesos del humano, así que es necesario poner en marcha planes de reintroducción de estas especies antes de que sea demasiado tarde. Por suerte, algunas organizaciones ya están en ello.