¿Tienen los gatos ansiedad?

La ansiedad es una sensación muy desagradable por todos conocida, pero ¿puede tu gato llegar a sufrirla?
¿Tienen los gatos ansiedad?

Escrito por Samuel Sanchez

Última actualización: 09 febrero, 2022

La ansiedad es, por desgracia, una patología cada vez más diagnosticada entre la población general. Muchos conocemos sus síntomas: sudoraciones, dolor en el pecho, falta de concentración y cansancio elevado son algunos de ellos. En esta sociedad de estímulos continuos y responsabilidades, el nerviosismo crónico está a la orden del día.

Aunque no lo parezca, y a menudo se ponga en duda la capacidad emocional de los animales no humanos, las mascotas también pueden sentir ansiedad. Al fin y al cabo, este sentimiento pone en alarma el cuerpo y lo prepara para situaciones de peligro, lo cual es esencial en la naturaleza para la supervivencia.

A continuación, te mostramos cómo identificar los trastornos de ansiedad en gatos, sus posibles causas, y algunos consejos generales para solucionarlos.

Cada animal tiene una percepción propia

En primer lugar, hay que tener claro que la ansiedad depende de dos cosas, principalmente:

  • La naturaleza del estímulo que causa esta sensación.
  • La predisposición del animal a experimentarla.

No hay que olvidar que, al igual que las personas, los animales son individuos con historias previas y personalidades diferentes. Por lo tanto, existen gatos más nerviosos y otros más calmados, y lo que genera indiferencia en uno puede desencadenar un cuadro de ansiedad en otro.

Cada tutor conoce mejor que nadie a su mascota, y observar al animal para descifrar sus características emocionales será clave para el diagnóstico. Aún así, existen dos factores ambientales generales que pueden causar ansiedad en gatos.

La ansiedad en gatos es común.

Entorno físico

Algunos de estos factores físicos promueven la ansiedad felina:

  • Ausencia de lugares que permitan un uso tridimensional del espacio, tales como rascadores, torres, o muebles que puedan escalar.
  • Falta de espacio individual, es decir, un lugar donde el gato pueda aislarse de personas y otros animales.
  • Disposición inadecuada o insuficiente de platos de comida y agua, sobre todo cuando varios felinos conviven en un mismo hogar, pues pueden producirse conflictos.
  • Cambios en el entorno físico: una mudanza, cambiar de sitio continuamente las estructuras de juego o de alimentación del gato…etc.
  • Un entorno demasiado monótono: una cosa es respetar los espacios del animal, y otra no otorgarle nunca nuevos estímulos. Los felinos son curiosos por naturaleza, y nuevos juguetes y desafíos son necesarios para su activación mental.

Entorno social

También existen diversos factores sociales que pueden hacernos sospechar que el animal sufre de ansiedad:

  • Mala convivencia con otros animales que comparten hogar con el gato, sean de la misma especie o de especies diferentes.
  • Mal manejo del animal por parte de los tutores: demasiada manipulación y contacto, castigos físicos, gritos, ruidos estridentes…etc.
  • Llegada de una nueva persona a casa, sobre todo si es un niño o un recién nacido que cause escándalos de forma usual.

¿Cómo identificar la ansiedad en un gato?

Como en las personas, los trastornos de ansiedad se pueden manifestar de una infinidad de formas, y comprenden tanto síntomas comportamentales como físicos.

La lista de señales es prácticamente inabarcable, pero aquí mostramos algunos cambios en el felino que deberían hacer sonar las alarmas de cualquier tutor:

  • Agresividad sin precedentes, aumento del acicalamiento, y contracciones espasmódicas de la musculatura dorsal del tronco del animal. Estos síntomas se recogen en una patología denominada síndrome de hiperestesia felina.
  • Disminución de las ganas de comer o anorexia.
  • Aumento de los periodos de descanso de forma desproporcionada.
  • Marcaje con orinas o con heces fuera de la caja de arena.
Gato en una bolsa

¿Cómo tratar la ansiedad en gatos?

La ansiedad puede tener diversas causas, y según estas, el tratamiento será más o menos complejo.

No es lo mismo tratar a un gato con ansiedad por una fobia o experiencia pasada, que a uno que la sufre por falta de estímulos en el domicilio.

Por ello, siempre es importante conocer la historia del animal antes de que llegara al hogar, y consultar al veterinario ante cualquier cambio en su comportamiento.

En general, el aumento de estímulos suele funcionar en trastornos de ansiedad generalizados (sin un motivo concreto), pues mantienen al animal ocupado y reducen el estrés a fuerza de ejercicio físico. Rascadores, juguetes nuevos o interacción con el tutor son buenas opciones. En resumen, el enriquecimiento ambiental es esencial.

De todas formas, si estos cambios no surten efecto, existen una serie de fármacos ansiolíticos que pueden administrarse a los gatos, siempre bajo receta y vigilancia de un veterinario.

 


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