Cómo proteger las almohadillas del perro

Existen sencillas acciones que podemos realizar para cuidar esta parte de su cuerpo y evitar molestias a mediano y largo plazo. Te contamos todo lo que debes saber.
Cómo proteger las almohadillas del perro

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 02 septiembre, 2022

Algo que muchas veces se obvia en el cuidado de nuestras mascotas, son las almohadillas. En especial, durante los paseos, la función de las almohadillas es muy importante, pues protegen sus delicadas patitas del contacto con las superficies, bacterias y demás aspectos del terreno.

Es por ello que en este artículo te enseñaremos útiles consejos para proteger las almohadillas del perro.

¿Qué son las almohadillas del perro?

Las almohadillas son esa parte blanda que equivale a la planta de nuestras manos y pies. Son esenciales porque ayudan al perro a mantener el equilibro y actúan como amortiguadores para soportar el peso de su cuerpo y el impacto durante el trote o las caminatas.

A pesar de ser un área relevante, son pocos los que se encargan de prestarle atención a esta zona. Por lo tanto, terminan agrietándose, llenándose de callosidades o con sangrados permanentes, situaciones que les causan molestias y dolores.

¿Para qué sirven?

Como decíamos anteriormente, las almohadillas ayudan al perro a amortiguar y soportar el peso. Esto es muy importante, pues así se evita en gran parte el impacto de los golpes al correr y caminar, previniendo posibles fracturas, daño muscular, articular, etc.

Sin embargo, esta zona es muy sensible y se daña con cierta facilidad si no se tienen en mente precauciones orientadas a protegerlas. Debemos tener en cuenta aspectos como el lugar de vivienda del can, el tipo de suelo que tiene, entre otros.

pasear a tu perro

¿Cómo proteger las almohadillas del perro?

Ahora que sabemos el gran papel que cumplen, es momento de ver algunos aspectos clave que debemos tener en cuenta para cuidarlas y así, evitar cualquier molestia en el futuro. Veamos:

1. Endurecer las almohadillas cambiando la superficie

Lo mejor que puedes hacer para protegerlas es fortalecerlas y endurecerlas para que puedan soportar distintas superficies. Por eso, ten en cuenta que los perros que viven en ciudades están más expuestos a condiciones que pueden resultar agresivas para sus patitas, en especial porque el asfalto es uno de los elementos que más tiende a dañar las patas del can.

Tener una piel resistente, preparada para entrar en contacto con el suelo, es el paso inicial para que las almohadillas no sufran heridas o se formen llagas.

Una buena solución es combinar las zonas de asfalto con las de césped, de esta manera el perro irá acostumbrándose y le dará tiempo a las almohadillas de endurecerse sin llegar a dañarse.

2. Protegerlas de las superficies los días de calor

El calor también es un elemento a tener en cuenta, pues las almohadillas se queman al contacto con ciertos materiales que han estado expuestos al sol durante un tiempo prolongado, generando llagas y dolor, por lo que es prudente en verano cubrir los pies de tu can con botitas o zapatos especiales.

Si no cuentas con esto, es mejor pasear al perro en momentos del día en que no haya mucho sol, ya sea temprano en la mañana o en la noche, después de que el suelo se haya enfriado.

Las almohadillas del perro son como nuestros dedos, por ello requieren cuidado.

3. Revisar las condiciones del terreno

Otro aspecto que solemos pasar por alto, además de la temperatura de las superficies, tiene que ver con las condiciones que tiene el suelo. En casa puede haber varios peligros, como restos de algún material hostil, juguetes y artículos que le lastimen, pero no son los únicos.

Cuando pasees por la ciudad, también es importante inspeccionar el terreno, así podrás asegurarte que la zona esté limpia de objetos cortantes como clavos, metal oxidado o vidrio. Así como revisamos el piso por donde pasamos, no está de más observar el que tu perrito va a pisar.

Cuando llegues a casa, comprueba las patas de tu perro y presta especial atención a detalles como callosidades o sangrado, así sea poco.

4. Cuida el pelaje y las uñas

Algunas razas de canes se caracterizan por su gran pelaje, además del crecimiento de este entre los dedos. Si tu perrito es uno de ellos, lo mejor será controlar el crecimiento de pelo para evitar complicaciones y hasta malformaciones en su pata.

Asimismo, es vital que las uñas del can permanezcan en una medida cómoda para él, dado que también pueden causar problemas e incluso molestias físicas para su movimiento. Si no sabes hacerlo de la manera correcta, visita el siguiente artículo o consulta a tu veterinario.



Preparación para las caminatas

El asfalto no es el único tipo de superficie con la que tiene contacto el perro. En los paseos se ve expuesto a terrenos arenosos, rocosos o irregulares, por lo tanto, en una sola salida el perro puede tener contacto con diferentes clases de superficies.

Así, resulta insensato someter a un perro poco habituado a caminatas extensas, este termina siendo la causa número uno de lesiones en las almohadillas del can. Para comenzar a entrenar a tu perro lo mejor es que empieces por zonas húmedas y blandas, por ejemplo, los terrenos cubiertos de hierba.

Para que estas puedan endurecerse sin formar callosidades debe someterse al perro a una exposición continua, pero dosificada, pues esto le permitirá acostumbrarse paulatinamente y podrá irse adaptando a las diferentes clases de suelo.

playa para perros

Tipos de superficies abrasivas con las almohadillas

  • Asfalto
  • Arena cuando está muy caliente
  • Hielo
  • Rocas irregulares o filosas

Más protección: cremas o botas

La moda canina ha resuelto este problema a través de la implementación de botitas para perros, pues suelen ser útiles al separar las almohadillas del perro del suelo. Sin embargo, estas pueden causar incomodidad al perro si no está habituado. Se trata de un asunto de necesidad.

Lo ideal es comprar cremas o bálsamos especiales para esta zona, pues son una buena forma de mantener hidratadas las almohadillas. Lo mismo ocurre con la limpieza, pues al retirar residuos de las patas del can se previene que se incrusten y generen lesiones posteriormente.

Siempre será mejor prevenir que curar, por ello, presta mucha atención a esta parte de su cuerpo para asegurarte que siempre están fuertes y en buen estado.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.