Prolapso rectal en gatos: causas, síntomas y tratamientos

El prolapso rectal en gatos puede derivarse de una infestación parasítica y un esfuerzo excesivo a la hora de defecar. Es necesario detectarlo a tiempo para poder comenzar el tratamiento.

¿Qué es el prolapso rectal en gatos?

Algunas enfermedades son mucho más llamativas que otras a nivel sintomático. Los gatos son excelentes a la hora de ocultar su signología clínica, pues sus ancestros eran cazadores natos con un instinto de supervivencia muy agudizado. Por ello, rara vez dejan mostrar que algo les sucede en el terreno fisiológico o emocional.

De todas formas, el prolapso rectal en gatos es una condición extremadamente evidente que se manifiesta de forma física e inequívoca. Sigue leyendo y no pierdas la calma: por llamativa y alarmante que sea esta condición, tiene solución si se acude al veterinario con presteza.

¿Qué es el prolapso rectal?

El recto es la pieza final del intestino grueso, el conjunto tisular encargado de transformar la materia de desecho en las heces y de reabsorber una gran cantidad de agua. A la salida de esta estructura en los felinos se encuentran los sacos anales, unas pequeñas glándulas responsables de secretar una sustancia maloliente durante el acto de la defecación.

El término prolapso rectal se utiliza para designar a la condición en la que una o más capas del recto se “salen” por el ano fuera del cuerpo del animal. Su presentación es inequívoca, pues se manifiesta como una masa rosada tubular que sobresale por la zona que debería utilizar el gato para defecar. Según su etiología, este tipo de prolapso se clasifica en 2 categorías:

  • Incompleto: solo la sección tisular interna del recto sobresale fuera del ano (también se conoce como prolapso anal).
  • Completo: todas las secciones tisulares del recto sobresalen fuera del ano (es el prolapso rectal propiamente dicho).

En un prolapso incompleto, la masa rosada se observa cuando el gato intenta defecar, pero el tejido suele volver a su posición tras el esfuerzo físico. Por otro lado, en la variante completa la parte afectada del recto cuelga fuera del ano en todo momento. Este último cuadro representa una emergencia veterinaria evidente. 

Un gato se huele el ano sobre un fondo blanco.

Causas del prolapso rectal en gatos

Tal y como indica el portal veterinario MSD, el prolapso rectal es mucho más común en gatos cachorros que tienen una diarrea severa o graves problemas para defecar. Algunos de los desencadenantes más comunes de ambos eventos fisiológicos son los siguientes:

  • Parásitos intestinales: los gatos jóvenes tienen un sistema inmunitario poco desarrollado, por lo que son más proclives a padecer infecciones provocadas por virus, bacterias, platelmintos y nemátodos. Estos últimos grupos de parásitos complejos (hookworms roundworms en inglés) son unos de los causantes principales del prolapso.
  • Constipación: la acumulación de heces en el intestino grueso siempre es un problema. El gato hará esfuerzos para intentar deshacerse del tapón fecal, pero en algunos casos solo consigue desgarrar su musculatura anal o que esta estructura se evierta (algo similar a un calcetín dado la vuelta).
  • Deshidratación: un aporte de agua adecuado es esencial para que las heces se lubriquen y puedan salir sin problema por el ano.
  • Inflamación de órganos en el aparato genitourinario: la inflamación de la vejiga, de la próstata y del entorno uterino pueden presionar sobre la zona anal, provocando así el prolapso.
  • Cáncer y neoplasias benignas: la presencial de tumores anales, ya sean benignos o malignos, puede empujar al recto a salirse de su posición normal.

Existen muchas causas de este evento fisiológico, pero destacamos que la mayoría afectan sobre todo a gatos recién nacidos o jóvenes. Por ello, es necesario monitorizar con exactitud cómo y cada cuánto defecan.

Síntomas

Como hemos dicho en líneas previas, los signos clínicos del prolapso rectal en gatos son extremadamente evidentes. Te contamos los más relevantes en la siguiente lista:

  • Una masa de tejido rosada y tubular que sobresale por el ano del animal.
  • Zona perianal enrojecida e inflamada.
  • Estreñimiento severo e incapacidad para expulsar heces.
  • Lamido anal excesivo por parte del gato.
  • Depresión y letargia.
  • Síntomas graves: prolapso ennegrecido, enrojecido o que secreta pus. Esto es indicativo de que el tejido se está inflamando.

Además de los signos físicos, notarás que el gato suele estar en posición curvada de forma constante, como si fuese a defecar. Este se esforzará cada vez más para ello, lo que empeorará el cuadro de prolapso. Por esta razón, hay que acudir al veterinario en cuanto se note el primer síntoma.

Diagnóstico del prolapso

El prolapso rectal es muy fácil diagnosticar, pero el verdadero desafío se encuentra en encontrar la causa subyacente. En primer lugar, el profesional veterinario le realizará un examen físico exhaustivo al animal, incluyendo la palpación del recto y de la zona evertida (por desagradable que suene).

Para realizar el diagnóstico, también es necesario realizar un conteo sanguíneo completo del gato mediante una extracción sanguínea. El análisis coprológico detectará la presencia de parásitos, mientras que las técnicas avanzadas de imagen (como rayos X o tomografía computarizada) permitirán analizar la inflamación de los órganos internos o la presencia de masas tumorales.

Si se detecta un tumor, habrá que realizar una biopsia del tejido para saber si es cancerígeno o no.

Tratamiento

Cuanto antes se lleve al gato a la clínica, mejor será el pronóstico y más fácil resultará tratar el prolapso. Existen múltiples opciones para abordar este cuadro, entre las que se encuentran las siguientes:

  • Colocación manual: si la mayoría del tejido rectal sigue vivo, se puede empujar manualmente hacia su posición inicial. Es necesario colocar puntos de sutura durante 48 horas para evitar que el prolapso reaparezca.
  • Colopexia: es un proceso un poco más invasivo, pero aun así no supone ningún riesgo. Se hace una incisión y se cose el recto en la posición adecuada.
  • Resección rectal: si parte del tejido ha muerto, es necesario operar y separarlo de las secciones que sí son funcionales. De lo contrario, la zona necrotizada se infectará dentro del animal.
  • Administración de antiparasitarios: esto es necesario si la infección ha sido causada por helmintos.
  • Administración de antibióticos: en caso de que el cuadro diarreico se deba a una infección bacteriana.

Si el gato es sometido a la colopexía, el tutor tendrá que darle una dieta especial durante unos días para que sus heces sean lo más blandas posibles. Es posible que se prescriban ablandadores fecales durante un tiempo limitado con este mismo fin.

El granuloma eosinofílico en gatos requiere tratamiento especializado.

El pronóstico del prolapso rectal en gatos suele ser positivo, pero todo depende de la condición que haya impulsado al recto a salirse por el ano en primera instancia. Una infestación parasítica no supone mayor problema una vez se administran los fármacos adecuados, pero un tumor cancerígeno casi siempre es letal. Cuanto antes detectes la condición, más posible será que el gato sobreviva.

Bibliografía

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  • Indra, R., Wardhita, A. A. G. J., & Pemayun, G. A. G. P. I. (2019). Case report: rectal resection and anastomosis method as rectal prolapse treatment in Persian kitten. Indonesia Medicus Veterinus8(4), 424-431.
  • Digestive disorders of cats, MSD Manuals. Recogido a 26 de octubre en https://www.msdvetmanual.com/cat-owners/digestive-disorders-of-cats/disorders-of-the-rectum-and-anus-in-cats
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