Un can comiendo cosas que no debe es el pan de cada día para el tutor. Por mucho entrenamiento que se haga, algunos de estos animales no pueden resistir la tentación de llevarse lo primero que encuentran a la boca. Pero, ¿por qué un perro come caca de gato? ¿Qué tienen de especial estas heces para los cánidos?
Para nosotros es una escena realmente desagradable, sin embargo en las siguientes líneas te explicaremos que este comportamiento tiene su razón de ser. Por supuesto, esto no quiere decir que tenga algún beneficio para los perros, sino todo lo contrario. Aquí conocerás todos los detalles de esta conducta.
¿Los perros comen heces?
Se le llama coprofagia al comportamiento de ingerir heces. Aunque es desagradable, no siempre es una conducta anómala o patológica, ya que muchas especies recurren a ella con algún fin. Un ejemplo de esto son los conejos, que realizan la digestión en dos ciclos, pues ingieren los cecotrofos (heces blandas) para aprovechar los nutrientes con mayor eficacia.
Cuando la coprofagia es un comportamiento patológico, se engloba dentro del trastorno de la pica, que se refiere a las conductas de ingestión de sustancias que están fuera de la alimentación normal de la especie. Por lo regular, este comportamiento responde a una deficiencia nutricional de los animales, pero en el caso de las mascotas, suele ser consecuencia de problemas conductuales, como así lo señala esta tesis de la Universidad de Zaragoza, en donde se señala que los problemas alimenticios en perros pueden producir efectos en su conducta y viceversa.
De hecho, según un estudio publicado en la revista Veterinary Medicine and Science, la coprofagia en los perros es bastante paradójica, ya que tienden a presentar una gran aversión hacia las heces de su especie. No obstante, los autores de este estudio sugieren que dicho comportamiento podría llegar a ser una estrategia de defensa contra parásitos.
Si bien es cierto que la coprofagia en los canes no es algo raro, esta conducta se puede «ampliar» a consumir heces de otros animales. A esto se le conoce como coprofagia interespecífica y es un poco más frecuente que la anterior, pues los canes tienen cierta preferencia por buscar y probar olores y sabores nuevos. Debido a ello, es posible que tu perro huela, pruebe o coma la caca de gatos u otras mascotas comunes.
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¿Por qué mi perro se come la caca de mi gato?
¿Qué empuja a un perro a comerse las heces de otra especie? Aquí tienes las razones principales:
- Comportamiento exploratorio: cuando el can explora en lugares donde ha estado el gato, como la caja de arena, a veces no se limita al olfato y coge lo que tiene cerca para reconocer su entorno, en este caso las heces.
- Entornos sucios: quizá se trate de una conducta de limpieza en un entorno con una higiene deficitaria.
- Demanda de atención: por refuerzo de la conducta de coprofagia.
- Estrés y ansiedad: la falta de ejercicio, sociabilización o la separación del tutor, entre otros factores pueden provocar síntomas de ansiedad en perros.
- Aburrimiento: la falta de estimulación ambiental da lugar a comportamientos como la coprofagia.
- Las heces son muy palatables: es decir, que les saben bien a los canes, por ejemplo: como las de los gatos, herbívoros y otros animales sobrealimentados.
- Deficiencia nutricional: un déficit de algún nutriente esencial puede hacer que el perro busque alimentos inusuales, como las heces de los gatos, para tratar de solucionarlo.
- Instinto de supervivencia: es el caso de perros recogidos en las calles o que han pasado mucha hambre en algún momento de su vida. Si comieron heces para sobrevivir, es posible que se haya fijado ese comportamiento en ellos.
Riesgos en la salud del perro por coprofagia interespecífica
No, tu perro no debería comer heces, ni suyas ni de otras especies. Si bien es una adaptación para la supervivencia que tuvo sentido cuando los canes vivían en libertad, en el mundo actual este acto solo trae problemas. Las dolencias derivadas más frecuentes son las que ves a continuación:
- Malestar gastrointestinal: si el perro come caca de gato en abundancia, esta le sentará mal. Las diarreas y los vómitos son los síntomas más frecuentes de la indigestión.
- Parásitos internos e infecciones bacterianas como los nematodos, los anquilostomas y los tricocéfalos: el perro ingiere estos patógenos junto con las heces del felino y estos se instalan en el tracto digestivo. Uno, en especial peligroso, es el Toxoplasma gondii, que causa toxoplasmosis.
- Obstrucción intestinal: si el can se come las heces directo del arenero del gato, seguro este está ingiriendo también esta arena. Esta, junto con los pelos presentes en la caca felina, puede causar una obstrucción en el intestino o el estómago, ya que no la digiere.
¿Puede un perro morir si come caca de gato?
Si bien es difícil que un perro muera por ingerir heces de gato, sí que es posible. Por lo general, la muerte es consecuencia de las complicaciones asociadas a la coprofagia, más no a la cantidad de caca que come de por sí.
En el caso de los parásitos internos, por ejemplo, algunos producen diarreas continuas que deshidratan gravemente al animal y provocan déficits de nutrientes que no ha logrado absorber.
Uno de los casos más graves es la mencionada toxoplasmosis, cuadro en el que los sistemas neuromuscular, intestinal y respiratorio son los más afectados en el perro debido a los ooquistes del parásito. Los signos más comunes de la toxoplasmosis son temblores, convulsiones, descoordinación en la marcha, debilidad muscular, parálisis, fiebre y dificultad para respirar.
Por otra parte, las consecuencias de una obstrucción gastrointestinal por comer la arena de la caja del gato también pueden ser fatales. En estos casos, el taponamiento del intestino provoca la acumulación de contenido digerido, lo que a su vez produce gases por la fermentación. Algunas de las consecuencias de esto son la necrosis del tejido enteral, la dilatación del mismo y la muerte (en casos graves).
Peligros para la familia si un perro come caca de gato
Otro aspecto importante de este trastorno conductual de la mascota son los riesgos que generan también para el hogar. Al final, si un perro come caca de un gato extraño, se convierte en un posible foco de infección de parásitos para toda la familia (mascotas y humanos). Esto no solo porque consuma heces, sino también por el contacto que tiene su pelo con ellas.
Es claro que una parasitosis no siempre es letal, pero existen algunos parásitos como el ya mencionado Toxoplasma gondii que produce infecciones de alto riesgo en los humanos. Por ejemplo, dicho patógeno es capaz de ocasionar el aborto en mujeres embarazadas o producir defectos congénitos en los bebes. Si se quiere prevenirlo, lo mejor es evitar a toda costa que el perro exhiba comportamientos dañinos como estos.
¿Cómo evitar que tu perro coma caca de gato?
La prevención será tu mejor amiga a la hora de abordar este tipo de comportamientos anómalos. Aunque con algunos perros siempre hay que estar ojo avizor para que no coman cosas que no deben, existen ciertas estrategias que disminuirán la conducta de coprofagia:
- Entrenamiento en positivo: asocia una orden sencilla a que tu perro no ingiera nada del suelo. Por ejemplo, cuando lo veas husmear cerca de la caja de arena, dale la orden y prémialo si se aleja.
- Proporciona un adecuado enriquecimiento ambiental: los perros aburridos tienden mucho más a menudo a buscar cosas que comer por el suelo. Si lo mantienes ocupado, el can no buscará entretenimiento con objetos y restos que no debe tocar.
- Limpia la caja de arena lo antes posible: intenta eliminar las heces del gato justo después de que defeque, de forma que tu perro no tenga acceso a ellas.
- Usa un arenero especializado: existen varios tipos de cajas para gatos, algunas de ellas con aberturas pequeñas para que el perro no pueda meter la cabeza. Otras tienen sistemas de autolimpieza, que también son útiles.
- Añade sustancias repelentes en la arena: la pimienta, la citronela o la salsa picante son remedios caseros bastante utilizados. No obstante, hay perros a los que les da igual el fuerte olor de estas sustancias. Si aun así tu can se come la caca del gato, prueba otro sistema.
- Dale una dieta adecuada: una porción de calidad con comida fresca variada es la mejor opción para que a tu can no le falte ningún nutriente. Si evitas los déficits nutricionales, estarás solucionando una parte de la coprofagia.
- Productos comerciales especiales: existen en el mercado diferentes productos fabricados para evitar que los canes coman heces. Estos contienen enzimas y probióticos que cambian la textura y el sabor de la caca, de manera que si se las das al gato, el perro encontrará desagradable su peculiar «manjar». Algunas marcas conocidas: For-Bid®, Nasty Habit®, NaturVet® Deterrent®, Potty Mouth®, S.E.P®, Coproban®, Deter®, Dis-Taste®.
- Cuida la salud del gato: si el felino está correctamente desparasitado y en buen estado de salud, evitarás gran parte de los riesgos que supone que el perro coma sus heces en alguna ocasión, aunque siga sin ser en absoluto bueno para él.
La conducta de comer heces puede volverse obsesiva en algunos canes. Por eso, cuando aparece, es recomendable hacer un chequeo veterinario para ver que todo está bien con respecto a la salud del can. Asimismo, no dudes en acudir con un etólogo canino para obtener ayuda y orientación sobre cómo eliminar esta conducta estereotípica.
Bibliografía
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