Coprofagia en perros: ¿cuáles son las razones?

Comer heces es un comportamiento bastante desagradable desde el punto de vista humano, pero la coprofagia en perros tiene diversos motivos.
Coprofagia en perros: ¿cuáles son las razones?
Sara González Juárez

Escrito y verificado por la psicóloga Sara González Juárez.

Última actualización: 01 enero, 2021

Ver a un perro comer heces es relativamente habitual. Es ciertamente desagradable desde el punto de vista humano, pero en las siguientes líneas podrás leer algunas razones por las que puede aparecer la coprofagia en perros.

Como describiremos a continuación, en algunos casos este comportamiento está justificado, pero en otros puede ser patológico. En caso de que ocurriera esto último, también encontrarás algunos consejos de prevención.

¿Qué es la coprofagia?

Se le llama coprofagia al comportamiento de ingerir heces. No necesariamente es una conducta anómala o patológica, ya que muchas especies recurren a ella con algún fin. Un ejemplo de esto son los conejos, que realizan la digestión en dos ciclos, pues ingieren los cecotrofos para aprovechar los nutrientes con mayor eficacia.

Cuando la coprofagia es un comportamiento patológico, se engloba dentro del trastorno de la pica, que se refiere a las conductas de ingestión de sustancias que están fuera de la alimentación normal de la especie. Dentro de la coprofagia podemos distinguir 3 tipos:

  • Autocoprofagia: comer las propias heces.
  • Coprofagia intraespecífica: comer las heces de otros dentro de su misma especie; en este caso, otros perros.
  • Coprofagia interespecífica: comer heces de otras especies.
Un perro sonríe al lado de su caca.

Razones de la coprofagia en perros

Pero ¿por qué ocurre la coprofagia en perros? ¿Es siempre patológica? A continuación, se exponen las razones más probables de este comportamiento.

1. Coprofagia en la maternidad

Cuando la madre está amamantando a los cachorros, ingiere sus heces para mantener limpio el entorno y para evitar atraer a depredadores por el olor. Esta es la única coprofagia considerada normal en el comportamiento canino.

2. Coprofagia por causas orgánicas

Cuando el perro comienza a comer heces, lo primero que hay que descartar es que sea un comportamiento causado por alguna patología orgánica. Estas son algunas de las causas orgánicas que pueden ocasionar que tu can ingiera heces:

  • Déficits nutricionales o calóricos: puede que el can tenga hambre porque no come lo suficiente o le falte algún nutriente.
  • Hiperadrenocorticismo o enfermedad de Cushing: esta enfermedad acelera el metabolismo. El can agota más rápido los nutrientes circulantes, lo que puede llevar a la coprofagia por el déficit de los mismos.
  • Síndrome de malabsorción digestiva: el animal presenta problemas para la absorción normal de los nutrientes y va acompañada normalmente de aumento del apetito, lo que puede llevar a la coprofagia.
  • Parasitosis intestinal: una tenia, por ejemplo, consumirá los nutrientes de su huésped, creándole la necesidad de comer.
  • Diabetes mellitus, que también aumenta la necesidad de comer.
  • Fármacos que aumenten la ingestión de alimentos, como los glucocorticoides.

Una vez descartados estos motivos médicos, se puede empezar a pensar en desajustes comportamentales. En las siguientes líneas, te mostramos los más comunes de forma somera.

3. Coprofagia como comportamiento patológico

Hay muchas razones por las que un can puede comenzar a ingerir heces, pero salvo por la mencionada anteriormente, es un comportamiento que se debe corregir. Algunas de estas causas son las siguientes:

  • Comportamiento exploratorio: cuando los canes quieren explorar sus alrededores, a veces no se limitan al olfato y cogen objetos del suelo, entre ellos las heces.
  • Evitación del castigo: aunque parezca inverosímil, que los perros sepan que van a recibir un castigo por defecar puede llevarlos a eliminar las pruebas.
  • Aprendizaje de la madre, en el caso de los cachorros.
  • Entornos sucios: puede ser una conducta de limpieza en un entorno con una higiene deficitaria.
  • Demanda de atención por refuerzo de la conducta de coprofagia.
  • Estrés y ansiedad.
  • Aburrimiento: la falta de estimulación ambiental da lugar a estereotipias como la que nos ocupa.
  • Heces muy palatables —es decir, que saben bien para ellos—, como las de gatos, herbívoros y otros animales sobrealimentados.

Prevención y tratamiento de la coprofagia en perros

Una vez se ha hecho el diagnóstico correcto, ¿cómo solucionarlo? ¿Cómo evitarlo de aquí en adelante? Por último y para cerrar este espacio, puedes leer algunos consejos para prevenir y corregir este comportamiento:

  • Cuidar los premios y castigos: partiendo de que el castigo nunca es una buena opción para la educación canina, los refuerzos deben darse en el momento oportuno para no promover conductas anómalas.
  • Mantener siempre limpio el entorno: esto, además de prevenir infecciones y otros problemas derivados de ello, evitará el instinto de limpieza de las heces del perro.
  • Distribuir la dieta en más tomas, para prevenir que el can sienta hambre a lo largo del día.
  • Aumentar la fibra en la dieta: de esta forma, se enriquece la flora intestinal y se previenen problemas digestivos. Además, la fibra tiene efecto saciante.
  • Controlar los paseos para evitar que el animal ingiera las heces.
  • Crear un entorno rico en estimulación: hay muchas formas de hacerlo; con ejercicio, juguetes, sociabilizar, estimulación sensorial y un largo etcétera.
  • Añadir ingredientes a la dieta que empeoren el sabor de las heces, como piña, calabacín, suplementos o aceite vegetal.
Un perro hace caca en un parque.

Como se puede observar, la conducta de coprofagia en perros no es tan extraña como parecía. Esto no quita que sea desagradable, pero las opciones para corregirla y prevenirla son muchas. Como siempre, la ayuda de un profesional es tan necesaria como útil cuando aparecen estos problemas.


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