Papilomas en perros: causas, síntomas y tratamientos

Los papilomas en perros son formaciones cutáneas o en tejidos mucosos con aspecto de pequeños tumores. Aunque no son graves, requieren evaluación veterinaria.
Papilomas en perros: causas, síntomas y tratamientos

Escrito por Samuel Sanchez

Última actualización: 14 agosto, 2021

Los papilomavirus (Papillomaviridae) son un grupo de agentes víricos patógenos que infectan a vertebrados. Solo en humanos se han aislado más de 100 tipos diferentes, algunos de ellos de naturaleza anecdótica y otros causantes del cáncer de cuello uterino en mujeres (VPH-16 y VPH-18). Más allá de nuestra especie, ¿sabías que los perros también pueden tener papilomas debido a esta infección?

Efectivamente, los papilomas en canes son tumores benignos provocados por papilomavirus, aunque los que les infectan no son los mismos que provocan la signología en humanos. Las distintas especies de virus en este grupo son muy específicas en lo que al mecanismo de replicación se refiere, por lo que no suelen “saltar” entre especies.

¿Qué son los papilomas en perros?

La palabra papiloma puede sonar un poco técnica, pero si hacemos uso del término “verruga” seguro que sabes de lo que estamos hablando de forma automática. Los papilomas, en perros y en cualquier otro animal, son tumores benignos provocados por los papilomavirus, en este caso especializados en infectar a las células de los cánidos.

La mucosa oral y las comisuras de los labios son los lugares de presentación de los papilomas más comunes, pero también pueden aparecer en la piel e incluso en los genitales, sobre todo si la transmisión ha sido por contacto sexual con un animal infectado. La naturaleza del virus suele condicionar el lugar en el que se presenta la infección.

Características del virus

Los papilomavirus (PV) son agentes patógenos de ADN con unas 8000 pares de bases integradas en su genoma, a su vez recubierto por una cápside icosaédrica sin envoltura accesoria. Como estos virus carecen de orgánulos y estructuras celulares, deben “secuestrar” las células del hospedador e integrarse en ellas para poder multiplicarse y diseminarse entre ejemplares.

La diana de los PV son las células epiteliales, aunque solo se invaden aquellas que tienen potencial proliferativo, pues este es un requisito para que la infección sea persistente. Cabe destacar que, una vez los virus entran en el organismo del can, se instaura una fase asintomática que dura por lo menos 4 semanas.

Tipos de papilomavirus canino

Como hemos dicho, en el ser humano existen más de 100 tipos de papilomavirus, seguramente porque en nuestra especie es en la que más se han estudiado. Aunque más de la mitad de los PVs descritos provengan de infecciones en Homo sapiens, podemos destacar las siguientes variantes en perros:

  • CPV1: suele provocar infecciones asintomáticas, aunque también es causante de lesiones internalizadas o más externas —endofíticas y exofíticas, respectivamente—.
  • CPV2: causa lesiones endofíticas y exofíticas, pero también es el culpable de la aparición de carcinomas invasivos de las células escamosas.
  • Tipos CPV3, CPV4, CPV5: los 3 tipos provocan la surgencia de placas pigmentarias.
  • CPV6: causa papilomas endofíticos.
  • CPV 7: provoca papilomas exofíticos.
Un virus del papiloma en 3D.

Síntomas de los papilomas en perros

Tal y como indica el portal VCA Hospitals, los papilomas en perros pueden presentarse en distintas áreas. En cachorros y canes jóvenes, se forman agrupaciones en la mucosa oral y la comisura de los labios. Por otro lado, en perros de todas las edades aparecen como verrugas solitarias en cualquier parte de la piel.

Algunos tipos más específicos de PVs pueden aparecer en la zona genital agrupados, mientras que otros surgen en los párpados o en el límite del lagrimal. De todas formas, todos ellos tienen algo en común: provocan la aparición de pólipos secos (verrugas), placas escamosas o estructuras duras que crecen “hacia adentro”.

Dependiendo del tamaño y la localización de los papilomas, estos pueden ser completamente inocuos o provocar algunos síntomas. Entre los posibles signos clínicos, destacamos los siguientes:

  • Dificultad para comer: esto ocurre en los casos en los que se forman muchos papilomas en el paladar, la orofaringe o la comisura de los labios.
  • Sangrado: el perro puede rascarse un papiloma en la piel y hacer que sangre. A veces, los cachorros se muerden las propias masas que crecen en su boca al comer y estas también sangran.
  • Dolor: aquellos papilomas que crecen “hacia adentro” pueden ser dolorosos, sobre todo si se presentan en las plantas de una pata. En este caso, el perro cojeará y se lamerá la zona.

Algunas infecciones son completamente asintomáticas. Todo depende del tipo de papilomavirus y el estado de salud del animal.

¿Cómo se contagia un perro?

Como hemos dicho en líneas previas, los papilomas en perros aparecen por el contagio con alguna de las variantes de papilomavirus caninosDe todas formas, la vía de entrada puede ser muy dispar, dependiendo del patógeno y del estado de salud general del animal.

Estos virus son muy resistentes y pueden sobrevivir en el medio ambiente fuera de su hospedador. Por ello, el can se infectará al entrar en contacto directo con otro perro contagiado, pero también si juega con los objetos infectados o si comparte con otros animales ciertos elementos de cuidado.

Los papilomavirus suelen entrar a través de las heridas del animal, así que las pulgas o las garrapatas pueden ayudarlos.

Diagnóstico de los papilomas en perros

Los papilomas son muy parecidos entre ellos, pero a veces se pueden confundir con tumores sebáceos y otras condiciones epidérmicas. Con el fin de obtener un diagnóstico certero, en la clínica veterinaria se suele hacer uso de la inyección  por aspiración. Con esta técnica, se puede recoger de forma mínimamente invasiva un grupo celular de la lesión y observarlo al microscopio.

En algunos casos, la muestra obtenida tras la inyección no es lo suficientemente reveladora. En este escenario, se indica una resección completa de la verruga y luego se analiza de forma laboratorial. Así, se descartan melanomas y condiciones más serias.

Tratamiento

El tratamiento de los papilomas en perros dependerá de la localización de las verrugas y del estado general de salud del animal. Por ejemplo, algunas de estas formaciones se reabsorben solas en 1 o 2 meses, pues el sistema inmunitario del animal lucha contra la infección y acaba con ella.

En los casos en los que esto no suceda, se puede recurrir a la extracción quirúrgica directa o el retirado por electro o radiocirugía. En los ejemplares sanos, la reaparición de una verruga una vez se ha realizado el tratamiento es muy rara.

Si el animal está inmunosuprimido, pueden aparecer más papilomas por el cuerpo. En estos casos, se requieren tratamientos más específicos.

Un veterinario limpia el ojo de un perro.

Los papilomas cutáneos no son condiciones serias. Aunque permanezcan en el tiempo en la piel del animal, si no crecen ni se diseminan no hay de qué preocuparse. Por otro lado, si un grupo de lesiones se establece en la mucosa oral del can puede ser necesaria una intervención quirúrgica, sobre todo si dificultan la deglución o el masticado.


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