Teniendo en cuenta la estrecha relación que tiene el hombre con los canes, sería muy difícil de imaginar que esta no haya existido desde siempre. Así es que especialistas de distintas disciplinas se han preguntado, a lo largo de los años, sobre el origen del perro y sobre cómo se dio su acercamiento a los seres humanos.
Algunos datos sobre el origen del perro
Las teorías que se barajaron fueron diversas. En un principio, debido a características físicas y de conducta, se pensó que los antepasados de nuestros amigos de cuatro patas podrían estar en distintas especies:
- Coyotes
- Chacales
- Lobos
Pero los avances en la genética despejaron todas las dudas: solo el perro y el lobo tienen un parecido genético de un 99,8%.
“Hasta el más pequeño poodle o chihuahua es todavía un lobo de corazón.”
-Dorothy Hinshaw Patent –
Un único origen y una gran diversidad de razas
Son escasas las especies que tiene tantas variaciones morfológicas como los queridos peludos. Hay centenares de razas de perros y las diferencias son notables en cuanto a:
- Peso
- Tamaño
- Color
- Pelaje
- Conductas
- Aptitudes físicas
¿Pero de qué manera algunos lobos llegaron a convertirse en los perros que son hoy en día? La respuesta pasa por la domesticación.
Del antiguo lobo al actual perro
Se conoce como proceso de domesticación a aquel por el que un ser vivo modifica su estructura genética a causa de su adaptación al entorno creado por el ser humano.
Aunque la mayor parte de los animales domésticos son herbívoros (caballos, vacas, ovejas), el lobo parece ser el primer animal que se adaptó a la compañía del hombre. Además, lo hizo de manera” voluntaria”.
Así, esos primeros lobos que se acercaron a los seres humanos, dieron origen a los perros de hoy en día, a través de la convivencia y la selección realizada.
Una antigua relación
Así surge la pregunta: ¿cuándo comenzó esté vínculo entre el hombre y el perro-lobo domesticado?
Las investigaciones lograron rastrear esta relación hasta el Paleolítico medio: unos 40 mil años.
Además, hay referencias paleontológicas de huesos de lobo junto a homínidos que se remontan 200 mil años atrás. Pero hasta el momento no es posible determinar de manera precisa cuándo los lobos fueron domesticados para empezar a ser considerados perros.
Mutua conveniencia
La relación entre el hombre y los canes primitivos no se dio por sometimiento, como sucedió con la mayoría de las especies domesticadas. En este caso, se trató de una relación de interés mutuo.
Mientras los primeros perros vigilaban los poblados y colaboraban con la caza, conseguían del hombre protección ante otros depredadores y obtenían alimento con facilidad de las sobras y desechos de los animales que habían contribuido a capturar.
Durante el proceso de domesticación, seguramente se fueron seleccionando los ejemplares con menor agresividad y con mayor tolerancia al contacto con el hombre, hasta llegar desde el antiguo lobo “modificado” a los perros de nuestros días.
La teoría de Coppinger
El biólogo Raymond Coppingger, por su parte, está convencido de que el origen del perro se debió a una selección natural y no a causa de la intervención humana, ya que -afirma- nadie ha sido capaz de domesticar lobos con más de dos semanas de vida.
El especialista cree que, al formarse los primeros pueblos en la Edad de Piedra, se empezaron a acumular residuos de animales y desperdicios de humanos, que atrajeron al lobo, que estaba en busca de alimento.
Así, los lobos que se mantenían más cerca de los humanos, comenzaron a transformarse hasta que surgió un animal conocido como proto-perro.
Características de los proto-perros
Entre los principales cambios que se fueron dando para que estos lobos llegaran a ser perros podemos mencionar:
-Se redujeron el tamaño del cráneo, el cerebro y el cuerpo
-Se acortó el hocico
-Desaparecieron los dientes de depredador
Según la teoría de Coppinger, los antiguos humanos domesticaron, entonces, a un animal que ya no era un lobo, sino un perro, que comenzó una rápida evolución hasta llegar a la diversidad de los canes de la actualidad.