Una de las sensaciones más especiales de la vida es poder llegar a casa y ser recibidos por nuestras mascotas. Es una de las muestras más puras, inocentes e inigualables de amor. Cada salto, mirada especial, ladridos, aullidos, movimientos de cola y “abrazos” diciendo “te extrañé” nos llenan el corazón y nos recargan de energía. Así nos recuerdan lo importantes que somos para ellos.
Nuestros peludos son la muestra de lo que deberíamos ser los seres humanos. No tienen, ni conocen de prejuicios, nos aman incondicionalmente, son leales, no les importa nuestro físico y tampoco nuestra situación económica. Aman la esencia de nuestro ser, porque es lo que les brindamos a ellos también.
Son píldoras sanadoras al llegar a casa
Normalmente, al finalizar el día, estamos completamente drenados física, energética y emocionalmente. Llegar a casa y ver que un ser tan puro e inocente nos espera con tantas ansias y amor nos hace olvidar todo y sanar el alma. Es el momento del día cuando la recompensa de lo positivo que hacemos, nos da lo que nos merecemos.
Todos en algún momento de nuestra vida hemos sentido ese deseo de llegar a casa y olvidarnos de todo y de todos, simplemente dormir y despertar en otro lugar y con otra vida. Llegar a casa y ver esos ojitos llenos de felicidad porque deseaba verte, porque en ese momento su día se arregló solo con escuchar tus pasos y ahora es el mejor momento de su vida, lo vale todo, lo renueva todo.
La recompensa que merecemos por hacer las cosas bien
Cada una de las expresiones de nuestra mascota son una muestra de amor. Sus miradas pidiendo permiso para subir a nuestras camas o muebles, sus pancitas hacia arriba, cuando te tocan con la naricita fría, saltos pidiendo un paseo y hasta sonrisas para que hagamos lo que ellos quieren. Nos rendimos ante cada una de estas expresiones.
Seguramente, tu mascota también ha hecho cosas que descubres al llegar a casa, y en realidad no te hacen muy feliz: travesuras de mayor o menor consecuencia, que generan frustración en ti, pero ¿no se te ha ido el enojo al ver su cara de arrepentimiento, su mirada pidiendo perdón o tal vez sus besos recordándote que eso no es para tanto?
Seguro que sí, y has llegado a la conclusión de que no debiste dejar tantas cosas su alcance, o mejor aún, que necesitas proveerle de distracciones para cuando está solo. En todo caso, recuerda que en casa hay un ser inocente esperando a que regreses para disfrutar de tu compañía y vivir experiencias únicas.
¡Disfruta a tu mascota, recuerda que ella, al igual que tú, no es eterna!
Bibliografía
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- https://www.semana.com/vida-moderna/articulo/beneficios-de-tener-una-mascota/489599/
- The Health Benefits of Pets U.S. Department of Health and Human Services, consultado 8 de enero de 2012
- Alan M. Beck, Aaron Honori Katcher (1996). Between pets and people: the importance of animal companionship (en inglés) (2ª edición). Purdue University Press.