Los microbios intestinales ayudan a las ardillas a mantenerse fuertes durante la hibernación

La hibernación es un proceso complejo en que los animales reducen y limitan sus procesos metabólicos, con el objetivo de ahorrar recursos para sobrevivir durante varios meses.

Una ardilla gris sobre un árbol.

La hibernación es un proceso que reduce la actividad biológica de manera drástica. Esto permite que los organismos sobrevivan durante meses sin necesidad de alimentarse, por lo que es una gran estrategia durante las épocas de frío. No obstante, la inactividad física prolongada también es peligrosa, pues tiende a disminuir la masa muscular, limitar la movilidad y causar estragos en la salud.

Contrario a lo que se podría esperar, algunas especies como las ardillas se despiertan de su hibernación después de 8 meses y no presentan dificultades físicas. De hecho, casi de inmediato comienzan su búsqueda de alimento, así que saltan, trepan y corren con la misma agilidad que antes. Sigue leyendo este espacio y descubre cómo los microbios intestinales de las ardillas les ayudan a mantenerse fuertes durante su hibernación.

¿Por qué la inactividad reduce la masa muscular?

Es muy conocido que, en humanos, el reposo completo durante más de dos semanas comienza a reducir la masa muscular. Dicha situación es ocasionada por el control homeostático del cuerpo, el cual intenta regular el metabolismo para evitar gastos de energía innecesarios.

Por un lado, el músculo no solo sirve para la movilidad del cuerpo, sino que también genera cierta cantidad de calor durante su metabolismo (actividad). Esto significa que funciona como un mecanismo de regulación térmica. Sin embargo, el exceso de musculatura ocasiona que se sobreproduzca calor, por lo que el cuerpo tiende a reducir la masa muscular.

Si el músculo es necesario para la vida diaria del animal, el cuerpo podría aceptar mantenerlo y soportar el gasto energético que conlleva enfriarlo. No obstante, cuando se pasa por un período prolongado de inactividad física, el organismo detecta el exceso y procede a eliminarlo porque ya no es necesario.

En consecuencia, una persona normal que pasa meses en cama por algún padecimiento o un accidente, pierde la fortaleza de sus músculos y su movilidad es limitada. A pesar de que esto mismo aplica para cualquier especie animal, aquellos que pasan por la hibernación no sufren los mismos estragos. De hecho, impiden la destrucción de su masa muscular para no perder movilidad al despertar de su letargo.

Cuidar una ardilla coreana puede ser difícil.

Otros peligros de la pérdida de masa muscular

La pérdida de masa muscular no solo afecta a la movilidad, sino que también libera en la sangre compuestos nitrogenados que son tóxicos. Esto sucede porque el músculo se descompone en aminoácidos, moléculas que se caracterizan por contener nitrógeno en su estructura.

De manera afortunada, el cuerpo de todos los animales tiene un mecanismo que elimina estos compuestos nitrogenados y los secreta en forma de orina (urea). Así, mientras el músculo se degrada, el organismo se defiende de las toxinas y las saca de forma segura. A pesar de esto, ciertos padecimientos pueden afectar este sistema de desintoxicación y generar daños severos en los órganos internos.

La hibernación puede llegar a ser peligrosa

Los mamíferos que hibernan son incapaces de secretar los compuestos tóxicos que se producen por la degradación del músculo. Esto podría ocasionar estragos en los órganos internos e incluso provocar su muerte. Por lo tanto, ciertas especies como las ardillas han desarrollado mecanismos alternativos para mantener su salud y su fuerza a pesar de estas amenazas.

¿Por qué las ardillas no pierden la fuerza después de la hibernación?

Algunas especies de mamíferos como los osos, impiden que los compuestos nitrogenados afecten su salud al detener la proteólisis (degradación) en los músculos. Mientras que otros animales como las ardillas, utilizan un complejo sistema de reciclaje de nutrientes durante su hibernación, en el que incluso intervienen los microbios intestinales (microbiota).

Según un estudio publicado en la revista Science, en el momento que el músculo se degrada, la urea que se produce pasa de inmediato al torrente sanguíneo y llega hasta el intestino. En este sitio, los microbios intestinales (microbiota) de las ardillas procesan este compuesto durante la hibernación, y nulifican su toxicidad. De esta manera, el metabolismo puede volver a aprovechar el nitrógeno sin riesgo alguno.

Este reciclaje de nutrientes no solo salva a las ardillas de las toxinas que producen la degradación muscular, sino que también les permite mantenerse fuertes y saludables. En el momento que su cuerpo sufre pérdidas por la inactividad física, el sistema de reciclaje le ayuda a recuperarse casi de manera inmediata. Así, cuando despierta de su letargo, no presenta grandes afectaciones en su salud o en su movilidad.

Una ardilla coreana.

Es claro que este mecanismo de reciclaje no tiene la eficiencia suficiente para reparar todos los daños que genera la hibernación. Sin embargo, aminora demasiado el efecto y les permite a las ardillas mantener la fuerza suficiente para recuperar su estilo de vida. Esta es la razón por la que después de pasar más de 7 meses inactivas, ellas son capaces de saltar, trepar y correr sin ningún problema.

Bibliografía

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