Los delfinarios, ¿libertad o cárcel?

Si bien es cierto que estos divertidos cetáceos parecen contentos por las piruetas y juegos que hacen –obligados– en el agua de estos recintos, la realidad es que se trata de animales que son despojados de su libertad solo por dinero
Los delfinarios, ¿libertad o cárcel?

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 23 julio, 2018

Los delfinarios son una manera de acercarnos a estos increíbles animales que tanto nos gustan, los delfines. Disfrutamos viéndolos, y es que incluso parece que nos sonríen, pero… ¿alguna vez nos hemos parado a pensar que por mucho espacio que tengan, están fuera de su hábitat? ¿Encerrados?

El origen de los delfinarios

Un delfinario, lugar en el que podemos estar cerca delfines y orcas, es un conjunto de estanques que intentan imitar al hábitat natural de estos cetáceos. Son lugares abiertos al público en los que se cobra un precio por la entrada para disfrutar de ver a estos animales participando en shows, espectáculos e incluso poder nadar con ellos.

Además, se promueve la reproducción y cría de ellos, así que en ocasiones se usan para investigación científica. Lo más normal es que estos lugares de recreación con delfines estén dentro de zoológicos, parques de atracciones o acuarios.

El primer delfinario, por llamarlo de algún modo, se conoció en Nueva York en el año 1861. Realmente, solo eran dos belugas que se mantenían en cautividad con el fin de enseñarlas a otros.

En realidad, el primer acuario comercial que exhibía a estos animales, se conoció en el año 1938, cuando comenzaron a popularizarse. El mayor pico se logró cuando salió la película de Flipper, el delfín. ¡Cuánto puede influir el cine en nuestra vida!

(Mamíferos) Delfines: actuación

De dónde salen los delfines y orcas

Es obvio que estos animales no llegan allí por sí mismos, sino que son capturados de su hábitat natural para exhibirlos y negociar con ellos. Los delfinarios nunca son de asociaciones sin ánimo de lucro, sino todo lo contrario: los usan para lucrarse.

Así, la gran controversia comenzó ya en los años 60 y 70. Las autoridades afirmaban que se estaba arrancando a seres de su hábitat natural con un único fin egoísta basado en el dinero.

Aun así, estos están esparcidos por todo el mundo. Están muy extendidos en algunos países como Japón y Estados Unidos, y escasean en otros como España, donde cada vez hay más conciencia del maltrato animal.

Los delfinarios ofrecen distintos espectáculos y shows en los que incluso está permitido nadar con ellos, un sueño que muchos quieren cumplir. La simpatía y carácter amigable de estos animales hacen que muchos quieran verlos y estar más cerca de ellos de lo que creen que nunca podrán.

Pocos piensan que estos animales han sido apartados de su hábitat natural, de su familia y demás integrantes de la manada. Todos los que pagan una entrada para entrar en los delfinarios están colaborando para que siga el maltrato.

Entrenador de delfines

Además, hay otro número de delfines y orcas presentes en los delfinarios que provienen de la cría en cautividad, por lo que se les niega la oportunidad de desarrollarse en su hábitat natural. Así pasan el resto de su vida, alejados de sus congéneres y frenando su instintos.

Por ejemplo, los delfines necesitan nadar cientos de kilómetros cada día, algo que no pueden hacer en lagunas artificiales de tamaño reducido. Todos fueron creados para vivir en libertad, así que, ¿quiénes somos nosotros para frenar eso?

Dónde ver delfines sin apoyar a los delfinarios

Los delfines son animales muy simpáticos de los que se puede disfrutar en su estado natural más puro: en el mar. Hay muchas playas y costas en los que están presentes y donde te podrás dar un chapuzón con ellos.

Hay profesionales de esas zonas que organizan excursiones para que puedas verlos a lo lejos o incluso los que te ofrecen nadar con ellos a mar abierto. Los delfines parecen tener una conexión especial con los humanos, y no se van cuando alguien quiere acercarse. ¡Todo lo contrario!

La pregunta es… Si esto es así, ¿por qué nos empeñamos en ‘secuestrarlos’? Disfruta de ellos en el mar, donde viven y donde seguirán viviendo, y no colabores para que las atrocidades de arrancarlos de su hogar sigan sucediendo.


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