Ya sea por su comportamiento o su fuerza, quizás por alguna leyenda antigua o por creencias populares, usamos a los animales como símbolos. Cada uno representa algo diferente para las personas desde hace cientos de años, así que en este artículo te expondremos más información acerca de algunos simbolismos en el reino animal.
¿Por qué usamos a los animales como símbolos?
Desde tiempos remotos se le han otorgado grandes cualidades a los animales: velocidad, valentía, fiereza, dominación, etc. Estas luego derivaron en simbolismo, es decir, que para relatar algún suceso se usaba a las especies en las famosas ‘leyendas’.
Con el paso del tiempo estas apreciaciones se fueron haciendo más conocidas y varias sociedades empleaban ejemplos de animales para referirse a algo o a alguien: “es tan valiente como un león”, “es decidido como un rinoceronte”, “tiene la memoria de un elefante”, etc.
Algunos de estos significados son arbitrarios y están más relacionados a las creencias populares que a datos científicos. Sin embargo, en otros casos los animales fueron utilizados como símbolos de tal manera que, al ver una imagen, automáticamente lo asociamos con la definición ‘humana’.
Animales como símbolos: el caso del águila
Para empezar podemos hablar de uno de los ejemplos más ‘famosos’ a la hora de emplear a los animales como símbolos: el águila. Desde tiempos inmemoriales este ave depredador ha sido relacionado con el poder y la victoria, por lo que se pueden observar en insignias, escudos y hasta en banderas de países.
De hecho, el águila fue emblema de la Antigua Roma, de las Cruzadas y de los reyes Católicos; también fue relacionada a los dioses Júpiter y Zeus, y hasta es un símbolo de la monogamia y la buena visión.
La simbología del león
Otro de los casos que podemos destacar en cuanto al uso de los animales como símbolos es el león, conocido por ser ‘el rey de la selva’ debido a su valentía. Lo imaginamos como el más poderoso de la sabana africana, cuando en realidad hay otros animales que incluso tienen más fuerza que él.
No podemos olvidar, por ejemplo, que el león macho pasa una gran parte del tiempo durmiendo, mientras que las leonas hembras son las encargadas de conseguir alimento. Sin embargo, varias sociedades y culturas lo han tomado como símbolo de ‘poderío’, incluso en regiones donde esta especie no habita, como es el caso de Roma y Grecia.
Asimismo, en Egipto el león representa a la Diosa Sekhmet, que protege a los buenos y aniquila a los malos. Por otra parte, dentro de la alquimia se lo relaciona con el sol, la iluminación y el oro.
Ya en la Edad Media muchas familias plasmaron a este animal en sus escudos debido a su coraje, su bravura y su majestuosidad. Hasta un rey inglés, Ricardo I, era conocido como ‘corazón de león’ tras haber demostrado su gran valentía para defender el poder religioso durante la tercera cruzada.
El elefante como símbolo
Este enorme mamífero, el más grande entre los terrestres, es oriundo de África y Asia, y desde hace milenios ha sido venerado por diferentes culturas y religiones, especialmente en la India y en China.
Resulta que el elefante simboliza la fuerza, la paciencia, la inteligencia y la memoria, aunque también para algunos está relacionado al honor, la dignidad y el orgullo. En la religión hindú los elefantes ocupan un lugar muy importante en la vida cotidiana y es la imagen del Dios Ganesha, de la suerte, la protección y la fortuna.
Este animal se basa en el matriarcado –las hembras son las que guían– y también es un modelo de vida familiar y de valores, por lo que es elegido como amuleto para la bonanza y la riqueza, así como para la protección de los hogares.
Animales como símbolos: el gato
Los felinos domésticos son motivo de veneración desde el antiguo Egipto, quienes al igual que los celtas lo consideraban un guardián del inframundo, debido quizás a que son silenciosos y misteriosos.
Como pueden ver bien en la oscuridad, gracias a unos ojos preparados anatómicamente, se dice que conocen nuestros sueños y que son seres espirituales. Justamente estos hábitos nocturnos los hayan hecho casi desaparecer durante la Edad Media, cuando se pensaba que eran brujas convertidas en animales.