La tortuga gigante de las islas Galápagos

La tortuga gigante de las islas Galápagos es un quelonio asombroso, tiene un largo cuello para conseguir comida y puede pasar horas alimentándose cada día; ¡además necesita horas de sol porque es de sangre fría!
La tortuga gigante de las islas Galápagos

Escrito por Yamila

Última actualización: 06 marzo, 2019

No se trata de una, sino de 10 especies de quelonios –dos extintas– que habitan las islas Galápagos (no las hay en ningún otro lugar en el mundo). En este artículo te contaremos sobre la increíble tortuga gigante que podemos hallar en este archipiélago del Ecuador.

Características de la tortuga gigante de las Galápagos

¿Sabías que las islas Galápagos fueron bautizadas de esa manera en ‘honor’ a las tortugas gigantes que los exploradores y naturalistas encontraron al arribar en el siglo XVI? Posteriormente, Charles Darwin las dividió en subespecies de una única familia: Chelonoidis Nigra.

Se trata de los quelonios más grandes que habitan el planeta, ya que pueden medir más de dos metros y pesar alrededor de 500 kilos. Además, tienen otro récord: el de la longevidad, ya que en estado salvaje pueden vivir más de 100 años.

Tortuga gigante de las islas Galápagos

Hoy en día podemos encontrar algunos ejemplares de la tortuga gigante en los zoológicos y reservas naturales de varias partes del mundo, donde alcanzan nada menos que los 170 años de vida. En cuanto a su taxonomía, existen tres tipos diferentes de caparazones, que permiten diferenciarlas:

1. Caparazón en forma de domo

Estas tortugas habitan principalmente las tierras altas del archipiélago y en ambientes húmedos, tales como los que podemos encontrar en las islas Santa Cruz e Isabela (en esta última concretamente en la zona de volcanes).

El caparazón en forma de domo permite a la tortuga gigante desplazarse entre la densa vegetación sin el peligro de quedar atrapada entre las ramas. Además, tiene el cuello más corto que sus ‘familiares’ y la coraza es más grande.

2. Caparazón en forma de silla de montar

La tortuga gigante de San Cristóbal es uno de los más claros ejemplos de este subgrupo, el cual vive mayormente en áreas de poca vegetación y desértica. Posee una elevación especial en la parte frontal de la caparazón, sumado a su largo cuello, que le permite alcanzar las hojas altas de los arbustos o las pencas de los cactus.

3. Caparazón intermedio

Podría decirse que es una combinación entre los otros dos tipos de caparazones. Una de las subespecies que presenta esta característica es la tortuga gigante de Santa Cruz.

Comportamientos de la tortuga gigante de las Galápagos

Todas las tortugas gigantes de las islas Galápagos son herbívoras y no presentan dientes. Para alimentarse utilizan su boca terminada en punta, con la cual cortan hojas y frutas. Su dieta está compuesta por plantas, frutas, helechos acuáticos, líquenes y cactus.

Qué comen las tortugas gigantes de las islas Galápagos

Estas van comiendo a medida que encuentran alimento disponible, incluso cuando aún no han terminado de digerir lo consumido anteriormente. Además, tienen la capacidad de pasar mucho tiempo sin beber agua, debido a que extraen líquido de las plantas. Pero cuando se encuentran con un espejo de agua dulce, no dudan en disfrutarla y zambullirse.

Otra característica interesante es que la tortuga gigante de las Galápagos es muy lenta y no avanza más de 300 metros por hora. Pero esta lentitud es complementada por una gran resistencia, ya que puede caminar durante tres días sin detenerse a descansar.

En el caso de las tortugas gigantes que viven en las islas más húmedas emigran tras el fin de la temporada de lluvias hacia la zona montañosa, donde la hierba es más abundante. A lo largo de su vida forma diferentes ‘rebaños’ debido a que se trata de un animal gregario, es decir, que está acostumbrado a vivir en comunidad.

Incluso disfruta de una relación simbiótica o mutualista con ciertas especies de pinzones, unas aves que habitan también las Galápagos. Estas se colocan sobre la cabeza y se encargan de quitarles las garrapatas de su cuello.

La tortuga gigante es de sangre fría y, por este motivo, pasa una buena cantidad de tiempo al sol –al menos dos horas diarias– sobre todo en las mañanas. Está activa como máximo ocho horas. En algunos casos, para mantener la temperatura corporal elevada, se sumergen en pozos de agua y barro cercanos a los volcanes. Además, estos ‘baños’ les permiten protegerse de los parásitos e insectos como los mosquitos.

No hay duda de que la tortuga gigante de las islas Galápagos es un animal fascinante… Si tenemos la suerte de visitar este archipiélago las veremos en varios sitios mientras comen. ¡Podemos también seguir la huellas circulares y profundas que dejan en el barro o la arena!


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